Por una refundación de la UE
300 intelectuales y académicos europeos firman este manifiesto en el que apuestan por "un gobierno europeo que defienda valores compartidos”
300 intelectuales y académicos europeos firman este manifiesto en el que apuestan por "un gobierno europeo que defienda valores compartidos”
La democracia está para que cualquiera pueda gobernarnos. Lo que importa son los procedimientos y las reglas: lo que impidió a Obama aplicar su ambicioso programa de salud puede ahora dificultar a Trump el cumplimiento de sus promesas (o amenazas)
Los que están en posiciones directivas no entienden lo que está ocurriendo. Viven en entornos cerrados que les impiden ver lo corrosiva que es la persistente desigualdad y la diferencia de oportunidades
Nuestros sistemas políticos son impotentes ante quienes ofrecen una simplificación tranquilizadora. Hay que promover una cultura en la que los planteamientos matizados no sean castigados sistemáticamente con la desatención o el desprecio
En tiempos del ‘big data’, la sociedad no es observada desde categorías en las que encajarían los individuos sino a partir de las huellas que realmente dejan y que los singularizan. Los algoritmos capturan los acontecimientos sin categorizarlos
Las incertidumbres y miedos de la época actual permiten que afloren disparatadas teorías
Ante el ascenso de indignados y populistas de extrema derecha, el autor invita a convertir las exasperaciones en transformaciones reales
Existen dos concepciones de la solidaridad: la moralista y la cínica. Ambas tienen en común una falta de autorreflexión acerca de lo que está en juego en la UE, una institución que es a la vez heterogénea e interdependiente
A raíz del ‘Brexit’, puede que tengamos que agradecer a los británicos su contribución a politizar la Unión Europea. Se lo reconoceríamos más si se quedan que si se van y valoraríamos más que se quedaran pudiendo haberse ido
Más allá de sus espejismos, Internet promociona una preocupante y creciente desigualdad
Las nuevas guerras se llevan a cabo sin Estados y sin ejércitos. Son un asunto cada vez más social que militar y responden a la desintegración social, el contagio de un mundo interdependiente y el carácter universal de la desigualdad
Somos una sociedad que elogia el acuerdo en las encuestas pero lo detesta en la realidad. Es una de las paradojas que deberemos resolver y que mostrará si queremos abordar los graves problemas a los que tenemos que enfrentarnos
¿Está sobrevalorado lo nuevo? Tenemos que ser cautos a la hora de enterrar lo que aparece solo como debilitado. Hay que averiguar qué hay de oportunismo y qué hay de oportunidad en todo lo que irrumpe en el presente
Muchos quieren irse de distintos sitios y por diversos motivos: británicos, franceses y griegos, de la UE o del euro; catalanes y escoceses, de sus Estados. Pero irse no es posible si aquello de lo que se ausenta sigue siendo lo que era
Los relatos agudizan el estereotipo de personas solitarias y de simpatía escasa. Si los bibliotecarios cedieran a la tentación de leer, no harían lo que deben hacer
Daniel Innerarity ofrece en su nuevo ensayo las claves para entender la actividad pública en tiempos de “confusión”: “Es malo el elitismo aristocrático y también el popular”
La situación de Grecia es una razón más para transformar la hegemonía económica de Alemania en liderazgo: es jugar a un juego diferente, con más responsabilidad hacia el conjunto de la Unión y con mecanismos de decisión más compartidos
La obligación de estar conectados invade todos los ámbitos de la sociedad y convierte la cotidianidad en un asunto extenuante
Que políticos den a conocer sus memorias y reflexiones no es ninguna novedad, lo nuevo es que sufrimos una auténtica inundación
Lograr acuerdos o caer en la irrelevancia. Este año lleno de citas electorales pone a prueba la capacidad para el consenso de los partidos en un país con escasa tradición de alianzas
La tragedia de los Alpes muestra que, ante cualquier riesgo, la solución no pasa por las personas
Los actuales Estados no han sabido entender su profunda interdependencia
Debemos ser críticos con la política pero sin hacernos demasiadas ilusiones
Ni el islamismo ni las sociedades occidentales son entes compactos
En nuestra sociedad el conocimiento se ha industrializado aceleradamente. Es un bien más
La práctica de dejar huellas en Internet ya no se ve como una anomalía, sino como una ampliación de la propia persona. La intimidad queda muy afectada y los procedimientos para defenderla son poco eficaces
Nadie puede bloquear el acceso de autores nuevos y agendas inusuales
Conocer es a la vez un acto creativo que da origen a algo nuevo y una recombinación de elementos que ya existían
La idea de que las decisiones se apoyan en la objetividad es una ilusión
Los que critican o protestan no tienen necesariamente razón ni el espacio público se reduce a una agregación apolítica de preferencias. Alguien tiene que ordenar y gestionar las demandas de la sociedad abierta
La integración europea sospechó por principio de la soberanía popular
La lógica de internet conduce a que podamos observar a cambio de ser observados; Snowden ha demostrado que es más un bazar que un ágora. A partir de ahora se agudizará el conflicto entre libertad y control
El imperativo económico diluye la distinción entre izquierda y derecha
La defensa de los jueces alemanes del Estado nacional puede entorpecer los retos de mayor integración
La volatilidad del espacio político explica que se debilite la idea de programa electoral
En un mundo interdependiente se han acabado los espacios delimitados de la soberanía: hemos de acostumbrarnos a que nos digan lo que tenemos que hacer. Pero con criterios de reciprocidad y deliberación
Hace falta vigilancia democrática pero la transparencia total paralizaría la política
El reciente “desorden” mundial conlleva riesgos planetarios (en seguridad, alimentación, salud, financieros...) que urgen a reinventar la política global. Esta es la tesis del nuevo libro del catedrático de Filosofía Política y Social Daniel Innerarity, ‘Un mundo de todos y de nadie’
La soberanía está hoy repartida entre distintas instituciones y limitada por esa pluralidad
Sin representantes públicos nos ahorraríamos sueldos y algunos espectáculos bochornosos, pero perderían la representación de sus intereses y aspiraciones de igualdad los que no tienen otro medio de hacerse valer