Rescate válido
El aval del Constitucional alemán a su Gobierno permite fortalecer las finanzas de la eurozona
El Tribunal Constitucional (TC) alemán se ha pronunciado a favor del apoyo del Gobierno al primer paquete de rescate de Grecia. La desestimación de la demanda que se interpuso contra esa decisión de 2010 despeja uno de los obstáculos que se interponen a la normalización de la difícil situación en la eurozona. Ese tribunal ha declarado, además, que los avales al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) son conformes a la ley. Al reconocer que las decisiones del Gobierno no violan las competencias de la Comisión Presupuestaria del Parlamento alemán, el temido tribunal elimina uno de los principales obstáculos para que Alemania aporte más avales a la ampliación de la FEEF y al segundo rescate de Grecia, acordadas el 21 de julio por los 17 países del euro en la cumbre extraordinaria de Bruselas. Será esa Comisión parlamentaria la que tenga que autorizar en lo sucesivo decisiones similares.
Los más críticos con la contribución alemana al salvamento de las economías afectadas por la inestabilidad en los mercados de deuda pública han considerado que esa sentencia admite de hecho esa "Unión de Transferencias" en la que temían se pudiera convertir la eurozona, correspondiendo al contribuyente alemán el papel de donante permanente. Una desconfianza que también encuentra arraigo entre algunos de los miembros de una coalición gobernante que no se encuentra precisamente muy cohesionada respecto a este asunto. Presunciones tales, sin embargo, no disponen de mucho fundamento. Alemania, la prosperidad de sus ciudadanos y la economía de sus contribuyentes, dependen de que la zona monetaria común siga presidida por la estabilidad, tal como ha ocurrido hasta la traslación a Europa de la crisis desencadenada en el sistema bancario estadounidense. Esa estabilidad ha permitido que Alemania exhiba sus ventajas competitivas vendiendo sus bienes y servicios en la zona monetaria común.
Aunque, como el propio TC ha advertido, esa decisión no puede interpretarse como un cheque en blanco para la actuación discrecional del Gobierno, sí debería ser aprovechada para acelerar el fortalecimiento de la FEEF. La ampliación de sus recursos, desde los 440.000 millones de euros actuales, y de sus funciones en la resolución de la crisis abierta en los mercados de deuda soberana es esencial. Desde luego para liberar al BCE de las excepcionales actuaciones que lleva a cabo comprando en el mercado secundario cantidades significativas de deuda pública de algunos países. La potenciación de esta institución es decisiva para propiciar una mayor integración fiscal. La capacidad para poner en común la solvencia de los Gobiernos y emitir deuda conjunta justificaría las cesiones de soberanía de los Estados en materia presupuestaria, propias de una verdadera federación. Es la única salida a esa asimetría que explica la extensión de esta crisis en los mercados de bonos públicos: la determinada por la existencia de una unión monetaria completa, pero la ausencia de integración económica o fiscal.
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