La marcha del orgullo antifascista y antirracista reúne a miles de personas contra Milei en Buenos Aires
Los colectivos LGTBIQ+ y feministas logran el apoyo de organizaciones sociales, políticas y sindicales
Decenas de miles de personas marcharon este sábado en Buenos Aires para repudiar el discurso homofóbico que el presidente, Javier Milei, llevó como bandera al Foro Económico Mundial en Davos. Milei había vinculado la homosexualidad con la pedofilia como parte de sus ataques contra lo que llama “el cáncer de la ideología woke”. Esta vez, los excesos del ultraderechista le valieron un repudio transversal en Argentina, que se saldó con una gran manifestación a la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, convocada por los colectivos LGTBIQ+ y feministas. Se sumaron a la convocatoria organizaciones sociales, sindicales y políticas, como el peronismo kirchnerista, la izquierda y los sectores más progresistas de la centenaria Unión Cívica Radical (UCR). El Gobierno, que estuvo toda la semana a la defensiva, tildó la convocatoria de “partidaria”.
La movilización inició frente al Congreso y avanzó por la tradicional avenida de Mayo hasta la Casa Rosada. Lemas como “al closet nunca más” se mezclaron con otros de tinte netamente opositor como “basta de ajuste”. La convocatoria de los colectivos de género se convirtió pronto en una gran manifestación de repudio a Milei bajo las banderas del “antifascismo y el antirracismo”. A los grupos organizados, se sumaron personas sin filiación política, familias que se acercaron con niños. La Iglesia Católica, incluso, apoyó a su modo. El arzobispado de Buenos Aires se quejó por escrito de la valla que la policía había colocado frente a la Catedral para evitar desmanes: “El Arzobispado de Buenos Aires quiere expresar que la imagen que hoy brinda la iglesia mayor no fue por decisión eclesiástica y a todos vuelve a reiterar su convicción que nada se construye con el odio y la división”.
La última gran movilización contra Milei fue en abril del año pasado, cuando medio millón de personas salió a la calle en Buenos Aires para rechazar el recorte presupuestario a las universidades públicas. Hubo una segunda convocatoria en octubre, sin la misma repercusión, y desde entonces el Gobierno ha disfrutado de paz social pese a la profundidad del ajuste económico que aplica. Por eso no esperaba la repercusión que tuvieron las palabras de Milei en Davos. Todo el arco político, incluidos algunos aliados, repudiaron sus palabras. Ante los primeros rechazos, el Gobierno ultraderechista redobló la apuesta y anunció la presentación ante el Congreso de un proyecto de “igualdad ante la ley”. ¿Su propuesta? Eliminar la figura legal de feminicidio, los cupos laborales para minorías sexuales, la paridad de género en listas electorales y los documentos de identidad no binarios, entre otras medidas alineadas con el desguace de políticas e instituciones públicas que luchaban contra la discriminación a la mujer y las diversidades sexuales.
En el Foro Económico Mundial, Milei había sostenido que el feminismo “es una distorsión del concepto de igualdad” y esconde la “búsqueda de privilegios”. También se había referido a la “agenda sanguinaria y asesina del aborto” y afirmado que, “en sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil; son pedófilos”. Además de negar la brecha salarial de género, había cuestionado que “si uno mata a la mujer se llama femicidio y eso conlleva una pena más grave que si uno mata a un hombre solo por el sexo de la víctima”.
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