Trump… contra el mundo: a la justicia internacional
Son tiempos en los que desde América Latina y la Unión Europea se podría -debería- pasar a la acción
Como se esperaba, Trump mostró el hacha, urbi et orbi. Contra el mundo. Por lo que al planeta le toca sufrir una nueva -e impredecible- fase en las relaciones internacionales. Y una amenaza a importantes estándares y acuerdos internacionales laboriosamente construidos.
Desde un pedestal autoconstruido por la megalomanía, su extremismo y una desfasada concepción imperial del poder, Trump estuvo, a fin de cuentas, dentro de lo previsible: contra el mundo y las reglas del vapuleado multilateralismo.
No solo contra América Latina, aunque lo de Panamá parecería retrotraernos cien años, a 1904, cuando Estados Unidos asumió el control total del proyecto del Canal. Sino contra Canadá, por el déficit comercial. Y contra Europa, por lo de Groenlandia. Y en crítica frontal a la Unión Europea, en su discurso virtual del jueves en Davos: por el supuesto trato comercial “injusto” hacia Estados Unidos, por las sanciones contra empresas estadounidenses y el alegado gasto militar “insuficiente” para la OTAN.
Proyecto neo-imperial
Gran pregunta sobre el futuro de ese proyecto neo-imperial: ¿”liderazgo” capaz de arrastrar al mundo tras su prédica confrontacional? Varias dudas de fondo pronostican, más bien, su inviabilidad. Pensemos, por el momento, solo en cinco temas/espacios importantes en los que parece colapsar el locuaz Trump.
Uno: uso arbitrario de la política arancelaria, con propósitos políticos. Lo anunció: al margen -y en confrontación- a las vigentes reglas adoptadas en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Cero multilateralismo y libre mercado.
Dos: duras medidas contra los inmigrantes. Que incluyen la confrontación a las obligaciones internacionales sobre refugiados establecidas en el mundo desde que se adoptó la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados en 1951 y del que son parte 151 Estados. Nada menos.
Tres: las simplistas calificaciones “militares” para los carteles de la droga: ¿para poder legitimar, así, eventuales incursiones militares estadounidenses en América Latina? Y omitiendo un crudo dato de la realidad: que el mercado global de la droga tiene su eje en los Estados Unidos Es en ese país donde se dan los niveles más elevados de consumo, en todas las drogas y en todos los grupos de edad.
Cuatro: por supuesto, contra América Latina. Por el anunciado garrotazo imperialista para dejar, de facto, sin efecto el tratado Torrijos-Carter. Para “recuperar” por la fuerza el Canal de Panamá. Y la amenaza de elevación de aranceles, empezando con México.
Quinto: el anuncio de retirar a Estados Unidos del acuerdo climático de París y de la Organización Mundial de la Salud. Estados Unidos único país “por encima todo” y no sujeto a regla alguna. Y, por supuesto, contra América Latina.
Concluyó su mensaje con sintomática y reveladora frase: “Nada se interpondrá en nuestro camino”. Nuestra región -y el mundo- toma nota de esta frase. Digna de Hitler o Stalin.
Reacciones: venidas, en marcha y por venir
Todo este “paquete” ofende al mundo, al derecho internacional laboriosamente construido y a las relaciones civilizadas entre las naciones.
Mientras, Europa ya toma clara distancia: la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró en Davos que el cambio climático sigue ocupando un lugar prioritario en la agenda mundial, que el Acuerdo de París “sigue siendo la mejor esperanza para toda la humanidad”. Y que “Europa mantendrá el rumbo y seguirá trabajando con todas las naciones que quieran proteger la naturaleza y detener el calentamiento global”.
Quedó “en el aire”, por ahora, lo de la intervención en Panamá, para retomar el control del Canal. Pero todo lo dicho antes no fue enmendado: la amenaza de intervención “imperial” en Panamá, pues, persiste. Y la urgencia de una consistente reacción latinoamericana en la que ya empieza a producirse.
Asunto que, paradójicamente, pone una suerte de bandeja de plata a la región latinoamericana para que reaccione unificadamente. De hecho, ya se vienen produciendo consistentes reacciones desde destacados voceros del sentimiento regional. Como el claro y contundente manifiesto publicado hace pocos días por decenas de ex cancilleres y líderes políticos de la región contra el anuncio de Trump de retomar arbitrariamente el Canal.
Estuve personalmente involucrado en recoger las firmas y adhesiones a ese importante documento. Y debo decir que quedé muy impresionado con la general disposición de prácticamente todas las personas consultadas de firmar de inmediato. Signo de los tiempos que corren y de la potencialidad de lo que tendría que hacer América Latina a la que lo de Panamá parece haberla despertado.
Guerra comercial anunciada
La explicación fundamental a los “déficits comerciales grandes y persistentes” de los que se culpa a la Unión Europea, América Latina o China no tienen nada que ver con las migraciones o los supuestos subsidios europeos o latinoamericanos, sino con la productividad.
Trump saltó a la palestra el clásico, simplista y desfasado proteccionismo, prevaleciente antes del funcionamiento de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Por eso el paso directo, al arbitrario aumento de aranceles. Y las anunciadas medidas proteccionistas, frontalmente atentatorias de las reglas y estándares de la OMC. Guerra comercial que empezaría en febrero atentando contra los estándares y reglas regulados por la OMC.
Pasando a la acción
Tiempos, pues, en los que desde América Latina y/o la Unión Europea se podría -debería- pasar a la acción. En varias áreas posibles como las tres siguientes:
Proceso judicial ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). contra la pretensión imperial de Trump de dejar de facto de lado el tratado Torrijos-Carter e intentar tomar el Canal de Panamá. Varios juristas latinoamericanos destacados tienen sólida experiencia y conocimiento acerca de la CIJ. Un numeroso y calificado equipo podría ponerse pronto en acción si lo convoca el Gobierno del presidente panameño Mulino.
Un accionar semejante frente al ya anunciado desconocimiento de las obligaciones internacionales sobre refugiados de las que es parte Estados Unidos. Llevando esta materia a las altas esferas de las Naciones Unidas.
Ante el anunciado manejo político de los aranceles, violatorio de las reglas adoptadas en la Organización Mundial del Comercio (OMC) llevar la materia, con la correspondiente denuncia ante el Órgano de Solución de Diferencias (OSD) de la OMC, órgano responsable de resolver disputas comerciales entre los países miembros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.