Dos militares, heridos tras un intento por quemarlos vivos en la destrucción de un laboratorio de cocaína en Putumayo
El ministro de Defensa de Colombia, Pedro Sánchez, denuncia que “criminales y narcos” rociaron gasolina a los soldados en el municipio de Villagarzón, cerca de la frontera con el Ecuador

Dos militares han sido víctimas de un ataque en el municipio de Villagarzón (Putumayo) después de que personas sin identificar trataran de quemarlos vivos. El hecho ha sido denunciado en la noche de este miércoles por el ministro de Defensa de Colombia, Pedro Sánchez, quien indicó que la agresión, que dejó a los soldados heridos, ocurrió en medio de una asonada durante la destrucción de un laboratorio de cocaína en ese municipio amazónico, limítrofe con Ecuador. “Quienes hicieron esto no son ni campesinos, ni comunidades reclamando sus derechos. Son criminales y narcos que intentaron asesinar a nuestros militares”, aseguró el también general en retiro de la Fuerza Aeroespacial.
El ministro Sánchez publicó, junto a su mensaje en redes sociales, un video en que se ve, difuminado, el momento en que los dos militares eran atendidos por compañeros suyos del Ejército y por un grupo de enfermeros. Los soldados, según las imágenes, fueron evacuados del lugar del ataque en helicóptero, para agilizar la atención. El estado de salud los heridos de momento no ha trascendido. Sánchez ofreció una recompensa de 200 millones de pesos (unos 50.000 dólares) para quien proporcione a las autoridades información que permita identificar a los responsables de la agresión. En la zona operan los llamados Comandos de la Frontera que, tras salirse de la llamada Segunda Marquetalia, mantienen una mesa de negociación con el Gobierno.
𝐂𝐑𝐈𝐌𝐈𝐍𝐀𝐋𝐄𝐒 𝐈𝐍𝐓𝐄𝐍𝐓𝐀𝐑𝐎𝐍 𝐐𝐔𝐄𝐌𝐀𝐑 𝐕𝐈𝐕𝐎𝐒 𝐀 𝐃𝐎𝐒 𝐌𝐈𝐋𝐈𝐓𝐀𝐑𝐄𝐒, 𝐄𝐍 𝐕𝐈𝐋𝐋𝐀𝐆𝐀𝐑𝐙Ó𝐍, 𝐏𝐔𝐓𝐔𝐌𝐀𝐘𝐎
— Pedro Arnulfo Sanchez S. Orgullosamente Colombiano (@PedroSanchezCol) September 4, 2025
Condenamos y repudiamos el demencial intento de quemar vivos a dos de nuestros militares del @COL_EJERCITO, quienes se encontraban… pic.twitter.com/EAijo0IPCi
El hecho sucede poco más de una semana después de la retención de un grupo de 34 soldados en el municipio de El Retorno, en Guaviare, también en la región amazónica de Colombia. Allí, los uniformados no pudieron retirarse del lugar por tres días, después de un ataque en que murió Willington Vanegas Leyva, alias Dumar, un hombre importante para la disidencia de las extintas FARC al mando de alias Iván Mordisco. La propia comunidad de la vereda Nueva York, en ese municipio, impidió a los militares salir, debido a la muerte en esa misma operación de Ramiro Correa Ortiz, un habitante de esa vereda quien, según sus vecinos, no tenía ningún tipo de filiación o afinidad con ese grupo armado ilegal. Los soldados pudieron salir de la zona el jueves por la noche, tras horas de diálogos con varias entidades estatales. El ministro Sánchez calificó de “secuestro” esa retención.
La agresión de este miércoles, además, se suma a una andanada de ataques que han tenido como objeto la fuerza pública. El 21 de agosto pasado, un grupo de disidentes de las FARC derribó un helicóptero de la Policía y causó la muerte de 13 uniformados en una zona rural del municipio de Amalfi (Antioquia). La acción armada ocurrió cuando la aeronave evacuaba a un grupo de miembros de esa institución que habían sido atacados mientras erradicaban un cultivo de hoja de coca en ese sector.
Ese mismo día, pocas horas más tarde, siete personas murieron y más de 70 quedaron heridas tras una poderosa explosión a pocos metros de la base aérea militar Marco Fidel Suárez, en Cali. La acción —que estaba planeada para ser tres veces más grave, pero no lo fue debido a una falla en el plan— afectó a varias casas y negocios de los barrios La Base y Villa Colombia, y fue responsabilidad del Estado Mayor Central, al mando del mencionado Mordisco. Todos los muertos fueron civiles, a pesar de que la acción estaba dirigida contra la base aérea.
Tras los hechos de ese día, el presidente Gustavo Petro —que hasta entonces, y pese a los tropiezos y las escasas muestras de voluntad de los armados, había insistido en la paz negociada— pasó a calificar el accionar de Mordisco de “terrorista” y se refirió al líder disidente como “traqueto vestido de revolucionario”. Ese 21 de agosto, el presidente dijo: “Lo sucedido en Cali nos muestra el paso de las disidencias de Iván Mordisco hacia una acción netamente terrorista”, y añadió que tanto esa organización como la Segunda Marquetalia y el Clan del Golfo serían “consideradas organizaciones terroristas, perseguibles en cualquier lugar del mundo”.
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