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El Senado le propina una derrota a Petro al elegir a Carlos Camargo como magistrado de la Corte Constitucional

La plenaria escoge al ex defensor del Pueblo con el apoyo de los partidos de la oposición y pese al esfuerzo del Gobierno por impedirlo

Carlos Camargo durante la plenaria del Senado.
Juan Miguel Hernández Bonilla

El Senado de Colombia ha elegido en la tarde de este miércoles a Carlos Camargo como magistrado de la Corte Constitucional tras una apretada campaña que mantuvo la incertidumbre hasta el último momento y pasó por un difícil debate jurídico sobre la posibilidad de votar de varios congresistas. Con 62 votos a favor, el ex defensor del Pueblo venció a Jaime Humberto Tobar, quien no tuvo votos, y a María Patricia Balanta (41 votos), quien tenía el respaldo de las bancadas oficialistas. Camargo recibió el apoyo de los partidos de la oposición al presidente Gustavo Petro. El nuevo magistrado de origen conservador, quien como cabeza de la entidad encargada de los Derechos Humanos nombró a personas allegadas a varios de los magistrados de la Corte Suprema que postularon su nombre, remplazará a José Fernando Reyes y tendrá un periodo de ocho años en la alta Corte.

La elección del abogado de origen cordobés es una fuerte derrota para Gustavo Petro, quien apoyó con toda la fuerza la aspiración de la abogada Balanta. Un día antes de la elección, el mandatario de izquierdas reveló en su cuenta de X su rechazo a la postulación de Camargo: “La elección de la nueva magistrada o magistrado definirá todo el cuadro de alianzas en el congreso de la república. No podemos ceder a quienes han apoyado el fascismo”. Pese a la presión del Gobierno, el ex defensor del Pueblo obtuvo la mayoría de los votos de los partidos de derecha Conservador, Centro Democrático y Cambio Radical. También recibió el apoyo de algunos senadores liberales, de La U y probablemente de otos partidos, aunque no hay claridad sobre cada apoyo, pues el voto es secreto.

En su intervención ante la plenaria del Senado, previa a la votación, Camargo insistió en que su elección era clave para la independencia entre el poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial: “En sus manos reposan la democracia, la estabilidad institucional y la preservación de la separación de poderes”, dijo Camargo al terminar su discurso. El exdefensor, cuñado del senador conservador Marcos Daniel Pineda (quien no votó por estar impedido) y muy cercano al expresidente de derechas Iván Duque, recordó que los senadores ya lo habían elegido dos veces en el pasado, primero para ser magistrado del Consejo Nacional Electoral por la bancada conservadora y después para ser defensor del Pueblo. Dejó ese cargo antes de terminar el periodo para aspirar a la Corte Constitucional.

El voto de Camargo podría inclinar las mayorías en la poderosa Corte en decisiones determinantes para el Gobierno y el país, como las relacionadas con las grandes reformas sociales, sobre todo de la pensional, que será definida en los próximos meses. Por eso, y por sus viejas relaciones con el establecimiento, Camargo tuvo al apoyo explícito de toda la clase política tradicional. El fin de semana previo a la elección, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras insistió en su columna en el diario El Tiempo que la elección era “una de las mayores responsabilidades a que se haya enfrentado el Senado en su historia”. En las tres elecciones previas de magistrados a la Corte, el Senado escogió al candidato que tenía el apoyo del presidente: primero Vladimir Fernández, quien era su secretario jurídico; luego Miguel Polo Rosero, quien si bien no es cercano a Petro, sí tuvo su respaldo; y finalmente Héctor Carvajal, el abogado personal del mandatario. En el caso de Lina Escobar, el Ejecutivo no jugó.

La aspiración del nuevo magistrado generó rechazo en distintos sectores sociales que cuestionan sus actuaciones como defensor del Pueblo durante el estallido social en Colombia, que dejó decenas de jóvenes fallecidos. El constitucionalista Rodrigo Uprimny rechazó la postulación desde el principio. “Camargo fue un pésimo defensor del Pueblo. No solo fue clientelista (26 de los 38 directivos que nombró fueron cuotas políticas de los partidos que lo eligieron), sino que, además, su desempeño en el estallido social, que era cuando más se necesitaba un buen defensor del Pueblo, fue desastroso”. Con esta elección, la Corte se aleja de la paridad de género, pues solo hay tres mujeres entre los nueve magistrados, un elemento que recordó la defensora del Pueblo, Iris Marín.

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Sobre la firma

Juan Miguel Hernández Bonilla
Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.
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