Contrabando y bilingüismo
De acuerdo con el informe Panorama del Contrabando 2024 de la DIAN, entre 2018 y 2022 el 10% del valor de las mercancías que ingresaron al país fue contrabando, y en 2022 este superó los $8.800 millones de dólares
En Colombia hay varios países paralelos. Uno de ellos es el del contrabando. Eso quedó en evidencia en los últimos días cuando, tras la aparición estelar pública de alias Papá Pitufo, emergió todo el engranaje de este delito que tiene tentáculos en la policía, en la política y en lo empresarial. Como dijo el exdirector de la DIAN, la entidad que maneja las aduanas, Juan Ricardo Ortega, es un nuevo tipo de bilingüismo: los contrabandistas colombianos hablan bien el idioma de lo legal y lo ilegal.
Y dentro de ese idioma hay sublenguas: contrabando abierto, el tradicional ingreso de mercancías por rutas ilegales, y contrabando técnico, el más sofisticado y difícil de determinar porque consiste en la adulteración de las declaraciones de importaciones. Es decir, que se reporta una parte de la mercancía con información imprecisa sobre sus características o precio, pero ingresa mucha más sin pagar los aranceles. Esta es la lengua más utilizada y la que necesita más de los sobornos.
Aunque suele pensarse como un delito menor en un país de tantos homicidios y masacres, el contrabando mueve miles de millones de dólares y alimenta otros delitos como tráfico de influencias, sobornos o lavado de activos. De acuerdo con el informe Panorama del Contrabando 2024 de la DIAN, entre 2018 y 2022 (años con estimaciones comparables) el 10% del valor de las mercancías que ingresaron al país fue contrabando, y en 2022 este superó los $8.800 millones de dólares, algo así como 36 billones de pesos, más del doble de todo el costo de la primera línea del metro de Bogotá.
Con semejante botín, se entiende que lo dominen estructuras de crimen organizado que utilizan las mismas rutas y estrategias del narcotráfico, según han explicado expertos en estos últimos días. Basta recordar que Pablo Escobar hizo sus primeros pinos delictivos en el contrabando y de ahí tomó la estrategia del soborno que aplicaría durante años. De acuerdo con analistas, el contrabando es la vía por la cual los narcos lavan el dinero.
La denuncia de Ortega de que hace algunos años Diego Marín o Papá Pitufo ofreciera la cifra descomunal de 18 millones de dólares para comprar a un funcionario de la policía aduanera es un ejemplo; o que buscara infiltrar la campaña presidencial de Gustavo Petro, a través de un primer pago de 500 millones de pesos al catalán Xavier Vendrell que según el Gobierno fueron devueltos, habla de los largos tentáculos.
Lo mismo que las recientes denuncias del ministro de Comercio, Luis Carlos Reyes. Mr. Taxes, como es conocido, dijo que cuando llegó a ser director de la DIAN, en 2022, recibió decenas de peticiones de congresistas para que ubicara a algunas personas en puestos aduaneros clave. Reyes, que en su momento entregó esa información a la fiscal Luz Adriana Camargo, enfiló incluso contra el hoy embajador Roy Barreras, lo que desató otra pelea intestina en el Gobierno. No era el único, según el listado filtrado a medios de comunicación, políticos desde el Partido Verde hasta el opositor Centro Democrático hicieron recomendaciones para ubicar fichas en la DIAN. La fiscal Camargo, sin embargo, dijo que “hacer recomendaciones no es delito” y causó otro vendaval de polémica.
Uno más hasta el siguiente que en Colombia suele ser muy pronto.
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