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La terna a la Fiscalía y el MinCultura dan un nuevo aire al mandato de Petro

La terna de mujeres para elegir Fiscal General y el designado ministro de Cultura renuevan su apuesta en lo cultural, en los derechos humanos y en las mujeres

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, saluda en Santo Domingo, República Dominicana, en marzo de 2023.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, saluda en Santo Domingo, República Dominicana, en marzo de 2023.Mauricio Duenas Castaneda (EFE)
Juan Esteban Lewin

Gustavo Petro sabe mover la agenda noticiosa y revivir tras sufrir derrotas. Tras dos semanas de fracasos, en las elecciones en el Senado y por el duro golpe humano y político de tener un hijo detenido y procesado por enriquecimiento ilícito, el presidente de Colombia hizo este miércoles dos anuncios que le dan un nuevo aire porque muestran un Gobierno comprometido con las instituciones, con la cultura y con los derechos humanos.

Temprano en la mañana, tras meses de darle largas a la decisión, anunció que designa en el ministerio de Cultura a Juan David Correa, un escritor y editor reconocido y querido por un sector que apoyó mayoritariamente su campaña a la presidencia y que se venía quejando de la interinidad en la cartera. Luego, al mediodía, envió a la Corte Suprema de Justicia una terna femenina para que esta elija a la nueva cabeza de la Fiscalía General, trámite para el que tenía aún varios meses, pues el período del fiscal actual, Francisco Barbosa, culmina en febrero, y los presidentes anteriores enviaron sus ternas con mucha menos anticipación.

Con las postulaciones a la Fiscalía, de lejos el más poderoso de los dos cargos y el que además será su legado, pues la elegida estará hasta 2027, rompió los precedentes de incluir a exministros, cuotas políticas o amigos personales de los mandatarios en esas ternas. Lo hizo con tres penalistas con trayectoria reconocida en asuntos de conflicto y derechos humanos, temas en los que Petro brilló cuando hacía debates políticos como parlamentario, pero que han perdido lustre en el año que cumplirá el próximo lunes como presidente.

“He escogido tres mujeres con profunda experiencia en el derecho penal y en el ejercicio de su vida profesional como fiscales para integrar la terna”, escribió el presidente en su cuenta de Twitter. “Las tres tienen un común denominador: todas arriesgaron su vida por defender los derechos de los seres humanos en el peor momento del genocidio desatado en Colombia”, añadió. Con ello enfatizó el mensaje: no la presentó como una terna de luchadoras contra la corrupción, de litigantes famosas, de defensoras del cambio social con el que identifica su Gobierno. La enmarcó como parte de la lucha por los derechos humanos y contra la impunidad en el conflicto armado.

Efectivamente, Amparo Cerón, Amelia Pérez y Ángela María Buitrago reflejan ese mensaje. Son penalistas, con trayectoria en la Fiscalía (de más de 30 años en el caso de las dos primeras) y líderes de procesos de alto calibre que incluyen masacres o casos de connivencia entre políticos o militares con paramilitares. Pero también conforman una terna en la que no quedan trazas del rumorado pacto de no agresión con el expresidente Álvaro Uribe, que se habría ganado cuerpo y nombre con la postulación de Héctor Carvajal, el amigable componedor que ha logrado tres encuentros entre los dos grandes rivales políticos, pues ha sido abogado de ambos. Por el contrario, Pérez y Buitrago lideraron procesos contra militares retirados cercanos al Centro Democrático: la primera vinculó al caso de la masacre de Mapiripán al general Jaime Humberto Uscátegui, padre del congresista José Jaime Uscátegui y eventualmente condenado por haber permitido la matanza; y la segunda adelantó el caso por las desapariciones durante la retoma del Palacio de Justicia, en el que acusó al general Jesús Armando Arias Cabrales y al coronel Alfonso Plazas, esposo de la exsenadora Tania Vega.

Así, sin incluir políticos o abogados que provengan de los movimientos o partidos de izquierda, la terna de Petro deja una señal de compromiso con los sectores de la Rama Judicial que por años han investigado a los corruptos, los políticos tradicionales o la alianza entre militares criminales y grupos armados que hizo reinar el terror en extensas zonas del país. Es un sector al que ha pertenecido su ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien como magistrado auxiliar de la Sala Penal de la Corte Suprema lideró las investigaciones de la llamada parapolítica.

Es el sector que más sufrió los embates de fiscales de derecha como Luis Camilo Osorio, quien chocó con Pérez cuando esta renunció a la Fiscalía y se exilió en Canadá justamente por sus investigaciones; o como Guillermo Mendoza Diago, quien sacó a Buitrago de la entidad. Es el sector que se sintió humillado y ofendido cuando, justamente por las investigaciones de la parapolítica, el entonces presidente Uribe libró una dura batalla con los magistrados de la Corte Suprema de entonces, que incluyó la negativa a elegir fiscal general de la terna enviada por el mandatario, así como seguimientos y persecuciones ilegales de la policía política a los magistrados.

Petro logra varias cosas. Evita chocar y perder con la justicia, como ocurrió con Uribe. Elige una terna técnica y no política ni activista, que no resulta fácil de criticar para la oposición. Muestra talante de estadista, de respeto a la institucionalidad y a la experiencia. Lleva a que la discusión publica sobre asuntos judiciales no se centre únicamente en el proceso que tiene a su hijo Nicolás ad portas de colaborar con la justicia. La importancia del caso, que seguirá este jueves cuando se retome la audiencia de imputación contra Petro hijo, no quedó en todo caso soslayada por el presidente, quien lo abordó de forma indirecta en su carta de presentación de la terna a los magistrados, refrendando su mensaje de no intervención. “En cuanto a las indagaciones o procesos penales que involucren a miembros de mi familia, les solicito que consideren la posibilidad de designar un fiscal ad-hoc para que no haya dudas respecto a la transparencia de estas”, dice uno de los tres párrafos de la misiva.

La designación de Correa tiene efectos menos visibles por la naturaleza del cargo, pero no deja de dejar señales. Una, que comparte con la terna, es la de elegir personas conocedoras del área y sin carrera política ni padrinazgo conocido. Otra es la de escuchar a los artistas, que se habían quejado, una y otra y otra vez, por el prolongado encargo del ministerio en cabeza de Jorge Zorro. La tercera es que el presidente señalado por la Fundación para la libertad de prensa (FLP) de debilitar al periodismo y los medios, tendrá ahora a un ministro que tiene la camiseta de la defensa del periodismo: Correa había renunciado hace tan solo tres semanas a la dirección editorial literaria de Planeta en Colombia como rechazo a una decisión señalada como censura, la de no publicar el libro de la periodista Laura Ardila sobre la familia Char (que ahora será publicado por la editorial independiente Rey Naranjo).

La bocanada de aire fresco fue inesperada: el rumor más fuerte ha sido el relevo de varios ministros en los próximos días, no la terna que se esperaba más adelante ni el anuncio en Cultura. En su remezón más reciente, en abril, el presidente había designado ministros más políticos o más de izquierda, en un giro esperable tras haber roto la coalición de Gobierno. Con los anuncios de este miércoles, el mensaje es uno menos de política partidista y más de compromisos con causas que parecían olvidadas.

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Sobre la firma

Juan Esteban Lewin
Es jefe de Redacción de la edición América Colombia, en Bogotá.

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