_
_
_
_

Hallados nuevos indicios de que los cuatro niños desaparecidos tras un accidente de avión habrían sobrevivido

La principal hipótesis es que salieron con vida del siniestro sin grandes heridas y que se encuentran perdidos en la selva desde hace 23 días

Un perro del escuadrón de búsqueda olfatea los rastros dejados por los niños. FUERZAS MILITARES DE COLOMBIAFoto: FUERZAS MILITARES DE COLOMBIA | Vídeo: EPV
Juan Diego Quesada

Las autoridades y los indígenas que participan en la búsqueda de los cuatro niños desaparecidos tras un accidente aéreo en un lugar selvático de Colombia han encontrado nuevos rastros de que habrían sobrevivido al siniestro, lo que les hace creer que están perdidos desde hace 23 días. Según informa el ejército, en las últimas horas han sido encontrados en dos lugares diferentes pañales, un accesorio de móvil, una toalla y unos tenis. Aparecieron a casi 600 metros del lugar donde cayó el avión, en el que viajaban los cuatro menores con su madre, otro adulto que los acompañaba y el piloto. Las fuerzas especiales entraron hace 17 días en la selva, en los límites entre el Caqueta y Guaviare, donde la búsqueda se dificultad por lo oscura que es la selva, allí no se ve más allá de 20 metros de distancia y los rayos del sol apenas alcanzar a pasar entre los árboles.

Los militares y una mujer nukak, un pueblo indígena que vive en la selva tropical, encontraron las zapatillas, que por el tamaño pertenecerían al niño de cuatro años —sus hermanos tienen 11 meses, 9 y 13 años—. En otra parte, 428 metros al noroeste del lugar del accidente, hallaron los otros rastros. Por el desgaste de las cosas que han encontrado, el ejército cree que los niños estuvieron en ese lugar entre el 3 y el 8 de mayo, es decir, en los días posteriores al desplome del avión, que reportó el fallo de un motor el día 1. Hace tres semanas. Estos hallazgos refuerzan la idea de que los niños sobrevivieron al siniestro y que lo hicieron sin heridas graves, ya que no se han encontrado rastros de sangre en los alrededores.

Titánico esfuerzo

“Esto alienta el titánico esfuerzo de la Operación Esperanza, donde más de 350 colombianos, entre instituciones del Estado, población civil y comunidades, emplean todas sus capacidades tecnológicas, conocimientos y experiencias para desafiar lo imposible y traer de regreso a los cuatro niños”, señaló el ejército. Los rastreadores han encontrado también en este tiempo un refugio construido con palos y ramas, donde había unas tijeras, una goma del pelo y una manzana mordida. El lunes, el general Pedro Sánchez, comandante de las fuerzas especiales del Ejército Nacional, dijo que era inminente que aparecieran. “De acuerdo a los rastreadores, tanto de nuestras tropas como de don Manuel, el padre de los dos niños y padrastro de las dos niñas, nos decían que las huellas son muy frescas, de unas 24 a 48 horas. En toda esa área han volado helicópteros, se ha hecho ruido y decimos que están a pocas horas”, explicó el general.

Los niños abordaron el día 1 de mayo una Cessna 206, la avioneta más popular en los vuelos extremos porque son pequeñas, resistentes y pueden aterrizar en pistas cortas. Salieron de Araracuara y debían llegar a San José del Guaviare, la capital de la región. Pero a medio camino, cuando sobrevolaban el Caquetá, sobre el río Apaporis, en plena selva amazónica, el piloto avisó por radio de un fallo en el motor. Nunca volvió a comunicarse con la torre de control. La hipótesis más plausible es que habían perdido altura y se habían estrellado. Durante 15 días no se supo nada de la nave, hasta que el día 16 fue encontrada junto a los tres cadáveres de los adultos, pero sin los menores.

Al día siguiente, el presidente Gustavo Petro anunció que los cuatro habían sido encontrados sanos y salvos. La noticia conmovió al país de inmediato. El presidente se enteró por Bienestar Familiar, la institución encargada de velar por los derechos de los menores. A ese organismo le habían informado desde una comunidad que los habían encontrado y que estaban siendo trasladados río arriba hasta el puesto de mando de las autoridades. Con las horas, los niños no aparecían. La información resultó ser falsa. Petro tuvo que decir en Twitter que había sido malentendido y que lamentaba el error, pero que la búsqueda continuaba y era la prioridad de toda la nación.

La misma avioneta que se desplomó ya se había accidentado en 2021. No hubo muertos, pero quedó destruida. El aparato fue reparado sin consultar a la casa fabricante porque resultaba más barata la restauración. La avioneta fue fabricada en 1982, en Estados Unidos, y llegó a Colombia en 2019. Un mecánico aeronáutico consultado por este periódico sostiene que nunca debería haber volado en esas condiciones.

La Amazonía colombiana comprende el 42% de la geografía de todo el país. Encontrar a alguien en ese inmenso territorio es misión casi imposible. Moverse entre pueblos también entraña una gran dificultad, y a menudo jugarse la vida. No hay aeropuertos, ni calles de rodaje, solo pistas de aterrizaje sin señalización y con retazos disparejos entre asfalto, tierra y grava. Los expertos consideran que es urgente invertir en infraestructura en estos lugares apartados, a los que muchas veces solo se puede llegar por aire o por río.

En esta zona de Colombia hay cerca de 40 pequeñas empresas que operan como aerotaxis. No son vuelos comerciales, sino chárter. Por lo general, son aeronaves precarias, cuya autonomía de vuelo es de seis horas. En los últimos cinco años han ocurrido 16 accidentes aéreos que han dejado 11 muertos. Catorce de esos siniestros fueron de Cessna monomotor, como en la que viajaban los niños y su madre.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_