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La rebelión íntima de Joe Arroyo

El jueves 3 de noviembre se estrena la película del director José Luis Rugeles sobre el genial cantante cartagenero, que marcó la banda sonora de muchos colombianos

Trailer de: "La Rebelión", película que retrata la vida del cantante colombiano Joe Arroyo.Foto: Sebastián Rodríguez / Max Morales | Vídeo: Rhayuela Films / Alacran Pictures / Jinga Pictures / Leyenda y Corinthian
Catalina Oquendo

Nunca una vida es plana ni lineal y menos la de Álvaro José Arroyo González, más conocido como Joe Arroyo. Por eso, la película sobre su vida no podía ser una aproximación ordinaria. La Rebelión, del director José Luis Rugeles no es un biopic sino una mirada íntima sobre las sombras del gran cantante cartagenero que ha marcado la banda sonora de los colombianos.

Al autor de La Noche, En Barranquilla me quedo y Rebelión, cuyo estribillo ‘no le pegue a la negra’ es mundialmente famoso, lo vemos como a través de una rendija en las decenas de hoteles que habitó durante su carrera. La película funciona pues, como un ojo en una de esas habitaciones, le permite al espectador asomarse a la soledad, a la creación y a la genialidad del artista. Todo en medio de un ambiente denso y claustrofóbico, donde el humo es también un personaje.

Rugeles (Alias María y García) parte de una pregunta que los espectadores tienen que resolver con escenas e información fragmentada: “¿quién es el Joe Arroyo?”. El propio cantante, interpretado por el cartagenero Jhon Narváez, se burla de esa pregunta, que era una de las más insistentes de los periodistas estadounidenses a su paso por Nueva York. ¿Era acaso, como dice uno de los personajes de la película, un hombre que cargaba a una leyenda? Durante 100 minutos se vislumbran tantas respuestas como el espectador quiera.

El director de la producción colombiana, argentina y estadounidense decidió que sería un viaje en el tiempo y el mundo a través de los cuartos de hotel y partió de hechos reales, pero tomó enormes licencias. “Es una película basada en el Joe, pero es en esencia nuestra especulación sobre quién es esa persona que hizo música tan luminosa, que logra que nosotros los blancos sintamos a África”, dice Rugeles.

Mauricio Silva, autor de los libros El Centurión de la Noche y ¿Quién mató al Joe?, que inspiró Rebelión, recuerda al músico como un vampiro. “Era un hombre con carácter infantil, un embustero y una fuente inagotable de historias fantasiosas”. La película juega en ese terreno del delirio y los fantasmas del cantante y con su obsesión por contener y reunir a África en su música. “Él es el resultado de un proceso de mil colombias que nacen en África. Nuestro James Brown”, dice Silva y destaca que los productores le compraran los derechos del libro.

La Rebelión, película que cuenta la vida del cantante colombiano Joe Arroyo
La película del director Jose Luis Rugeles sobre el cantante cartagenero, marcó la banda sonora de muchos colombianos.Sebastián Rodríguez / Max Morales

Los amores del Joe, cuyas huellas se pueden encontrar en sus canciones como si fueran mapas, son presencias nostálgicas en Rebelión. Mary, el amor de la vida, es interpretada por Angie Cepeda y aparece como una figura lejana que está incluso en los sueños de despedida del cantante.

Cepeda siempre estuvo en la imaginación del director para la película; pero Narváez, que interpretó al músico, llegó, si se quiere, por predestinación. “Si no crees en la magia no puedes hacer cine”, dice este cartagenero que logra transfigurarse en el Joe Arroyo. Narváez hizo la audición sin saber para qué personaje audicionaba antes de que se cerrara el mundo por la pandemia. Dos años después, estaba convertido en el cantante que marcó su infancia, el hombre al que fue a despedir en el multitudinario funeral en Barranquilla en 2011.

“Joe Arroyo es la banda sonora de mi vida, la de mi familia, las raíces de mi ciudad y mi cultura. Era un referente de un hombre que derribó barreras. Imagínate lo que siginifica para los niños negros, pobres cartageneros, que con tu talento puedes salir de la pobreza y pasar a la historia”, dice el protagonista, que tomó clases de canto para interpretar a su ídolo musical.

La mirada de Narváez, que no intenta imitar a Joe Arroyo, la atmósfera brumosa y la música, logran el objetivo que se impuso el director: entrar en la cabeza del artista, estar dentro de “sus más oscuras imaginaciones”, el lugar donde se dispararon también las enormes canciones que dejó el centurión de la noche.

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.

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