Se jodió Ecopetrol

¿A qué horas trabaja en Ecopetrol su presidente, el señor Ricardo Roa, si se la pasa atendiendo requerimientos del Congreso y de los periodistas que le preguntan todos los días sobre las irregularidades que surgen de un montón de dudas sobre su comportamiento? Se cuentan la supuesta injerencia de su pareja, Julián Caicedo Cano, en decisiones de la compañía, los procesos de selección y nombramientos de trabajadores, la compra y remodelación de un apartamento que adquirió antes de su posesión —el predio había sido vendido por una compañía que tenía vínculos con un importante empresario con actividades de petróleo—, la relación con William Vélez y testimonios de extrabajadores de Cenit ―filial de transporte de Ecopetrol― en el sentido de que la compañía estaría siendo usada para pagar favores de la campaña presidencial.

La otra pata que le sale al cojo es la que tiene que ver con la investigación del Consejo Nacional Electoral (CNE), que determinó que Roa deberá responder por la presunta vulneración al régimen de financiación de las campañas electorales, dado que el organismo encargado de vigilar los comportamientos electorales sospecha que se superaron los topes de gasto establecidos y recurrieron a fuentes prohibidas que no declararon. La presunta vulneración al límite de gasto en la campaña de primera vuelta es por la suma de 3.709.361 millones de pesos. En la segunda vuelta electoral la campaña Petro presidente se voló en 1.646 millones de pesos, según el CNE.

El presidente Roa niega todo y por supuesto que tiene derecho a defenderse ante las autoridades y ante la opinión. A la gente hay que creerle lo que dice, pero es natural que, mientras tanto, la compañía más importante del país se haya despelotado.

En 2023 sus utilidades se derrumbaron a 19,1 billones de pesos, una caída de 42,8 billones. Y el primer semestre de este año volvieron a caer 24,2%. La acción se ha desvalorizado 31% en el último año en la Bolsa de Valores de Colombia. En Wall Street bajó de 12,36 dólares a 7,60 dólares, una pérdida del 38,51%. El banco J. P. Morgan ha bajado dos veces la calificación de la empresa. Dice que Ecopetrol está atravesando un periodo turbulento, caracterizado por márgenes de refinanciación presionados y crecimiento de producción limitado.

El veto al proyecto Oslo, una propuesta de fracking que hubiera aumentado en 14% las utilidades netas de la compañía, fue una insensatez que además motivó una crisis en la junta directiva. Dos de sus miembros muy calificados prefirieron retirarse.

Es, pues, apenas natural que el presidente de la compañía no tenga tiempo para enfrentar la mala racha. Es justo que se tome el tiempo necesario para defenderse de tantas cargas personales si, como él dice, lo que hay es una persecución, y cuando termine su vía crucis regrese a la presidencia de la principal empresa de Colombia.