Ding pierde ante Carlsen por un error de principiante en la cuarta hora

El temor de muchos se cumplió, y en peor de las versiones posibles. El campeón del mundo en gran crisis, Liren Ding, jugó razonablemente bien con las piezas negras durante 29 movimientos frente al número uno, Magnus Carlsen, en una posición de doble filo. Y justo cuando la emoción crecía, cometió un error garrafal, impensable en cualquier jugador profesional. El noruego lidera el Norway Chess en Stavanger a falta de cuatro rondas mientras crece el riesgo de que el chino renuncie al título mundial.

“Ding no está bien. Me siento muy incómodo jugando así con él”, dijo Carlsen tras su victoria, resumiendo el sentir de todos los participantes. El escandinavo planteó la partida con blancas buscando una posición aguda, de doble filo, donde los tres resultados fueran posibles; una elección lógica ante un rival que llevaba tres derrotas consecutivas con errores de bulto, aunque sea el vigente campeón del mundo.

Pero esta vez Ding dio durante un largo rato la impresión de que era el verdadero Ding, aquel que Carlsen definió a finales de 2019 como su rival más temible, en una conversación con este periódico en Londres. El chino jugaba rápido y bien, como si viera la luz y un camino claro en una posición realmente compleja, y más difícil de jugar para las negras que para las blancas.

Es verdad que Ding cometió algunas imprecisiones en la tercera hora que no se hubieran producido de estar en su mejor forma. Pero nada grave: la posición era ventajosa para Carlsen, pero también difícil de jugar para él, como ser humano que es; de hecho, el noruego no encontró la manera exacta que predecían las máquinas para aprovechar su ventaja, que poco después se hizo muy pequeña. Es verdad que el asiático estaba a la defensiva, pero sin grandes motivos de preocupación y con tiempo suficiente.

Y entonces llegó la hecatombe total. Carlsen montó un esquema de mate que conoce todo profesional, y también los aficionados de cierto nivel, pero fácil de neutralizar, como ya habían anticipado todos los comentaristas en directo. Y, de pronto, Ding no hizo la jugada defensiva elemental, sino que permitió que le dieran mate. Estrechó la mano del número uno en señal de abandono y se quedó un rato con la cabeza apoyada en sus manos, los ojos tapados, intentando entender el increíble accidente que acababa de sufrir.

Poco antes, en la sala de prensa, el director de la organización, Kjell Madland, contaba lo siguiente a EL PAÍS: “Esta mañana he hablado con Ding para interesarme por su salud, por si pudiéramos ayudarlo de algún modo. Pero él me ha insistido que está bien, recuperado, desde el punto de vista médico. Que su único problema está en el ajedrez”. Eso sería creíble si Ding -tras al menos ocho meses con muy serios problemas para conciliar el sueño cada día- jugase simplemente por debajo de su nivel habitual. Pero lo cierto es que comete errores impensables en alguien de su categoría.

Mientras tanto, y en las horas posteriores, el innovador sistema del Norway Chess con sus muertes súbitas propiciaba placer a los aficionados domingueros que abarrotaban la sala y a la legión de espectadores por internet. En el duelo entre estadounidenses, Fabiano Caruana se impuso en el desempate a Hikaru Nakamura. Y en el enfrentamiento entre dos de los mayores talentos en lo que va de siglo, Alireza Firouzja y Rameshbabu Praggnanandhaa empataban su partida lenta tras una lucha muy tensa, y luego el franco-iraní ganaba el Armagedón.

El torneo femenino también fue trepidante, sobre todo en la lucha de la líder, Rameshbabu Vaishali, con la campeona del mundo, Wenjun Ju. Parecía que la india lograba levantar una posición técnicamente perdida, pero reclamó tablas a los árbitros dos veces erróneamente y al final perdió la partida y el primer puesto. Anna Muzychuk confirmó su brillante salida del bache que ha sufrido los últimos meses con una victoria en la muerte súbita sobre Tingjie Lei. Y la gran señora, Pía Cramling, de 61 años, logró su primer triunfo en la muerte súbita, después de perder tres, sobre Humpy Koneru.

Al mismo tiempo, en otro lugar del edificio se está intentando batir un récord Guinness, el de más horas seguidas jugando al ajedrez, por parte de los noruegos Askild Bryn y Odin Blikra Vea, quienes se proponen llegar a las 61 sin dormir. Pero esa marca puede ser simultánea a otra, negativa y muy triste: la peor actuación de un campeón del mundo en la historia del ajedrez.

Resultados (6ª ronda).-

En el Norway Chess, cada partida que termina en tablas es seguida de inmediato (menos de 20 minutos) por una Armagedón, con 10 minutos para las piezas blancas y 7 para las negras; en caso de nuevo empate, gana el jugador de las negras. La victoria en la partida lenta da 3 puntos (cero para el perdedor); en Armagedón, 1,5 (1 para el perdedor).

Torneo absoluto: Carlsen – Ding, 1-0; Nakamura – Caruana, tablas, 0-1; Firouzja – Praggnanandhaa, tablas, 1-0.

Torneo femenino: Vaishali – Ju, 0-1; Koneru -Cramling, tablas, tablas; Lei - A. Muzychuk, tablas, 0-1.

Clasificaciones.-

Torneo absoluto: 1º Carlsen 12 puntos; 2º Nakamura 11; 3º Praggnanandhaa 9,5; 4º Firouzja 8; 5º Caruana 6,5; 6º Ding 2,5.

Torneo femenino: 1ª-2ª A. Muzychuk y Ju 10,5 puntos; 3ª Vaishali 10 puntos; 4ª Lei 7; 5ª Koneru 5; 6ª Cramling 4,5.

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