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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Crees que el futuro será mejor o peor? Así de pesimistas son los españoles

La aplastante mayoría dice que en 10 años habrá más soledad, más desigualdad, más gente egoísta y más violencia. Pero un optimista como yo es capaz de encontrar buenas noticias entre todo eso

Un optimista, de la película 'Up' / Disney y Pixar
Un optimista, de la película 'Up' / Disney y Pixar
Kiko Llaneras

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Un estudio reciente del CIS confirmó esta semana algo que hemos visto en otros trabajos anteriores: los españoles expresan un profundo pesimismo sobre el futuro del país. Para un optimista como yo, los datos son tremendos:

Preguntados por la España de dentro de 10 años, la gran mayoría dice que habrá más soledad, que se ensancharán las diferencias sociales, que más gente se moverá por su propio interés y que seremos más materialistas. ¿Habrá más o menos delitos? Los que dicen “más” quintuplican a los que dicen “menos”. Muchos de esos presagios me parecen endebles cuando uno los confronta con datos, porque nuestra trayectoria reciente a menudo es positiva. Pero algunos puntos me sorprenden especialmente: ¿tanta gente cree que seremos más racistas, que tendremos peores trabajos y que dañaremos (¡aún más!) el medio ambiente?

El pesimismo es generalizado. Los españoles desconfiamos de casi cualquier institución. A la justicia le ponemos un 5 sobre 10 de confianza, y puntuamos todavía peor al parlamento (4,4), a los medios (4,1), al Gobierno (4), a los sindicatos (3,8) y a los partidos (3,8). Y nuestro problema no es solo con España. Preguntados por el futuro del mundo, la mayoría augura más desigualdades y más guerras.

Sin embargo, y aunque sigo preocupado por todo lo anterior, he encontrado tres motivos para matizar estos datos y mantenerme positivo.

1. Somos optimistas con algunas cosas

Como muestra el gráfico, la mayoría de españoles cambian su actitud cuando se le pregunta por ciertos asuntos concretos. Por ejemplo, el 80% cree que en diez años habrá más mujeres con responsabilidad. También somos optimistas con el teletrabajo, la libertad sexual y con el tiempo de ocio.

2. ¿Y si el pesimismo es impostado?

A veces los encuestados somos paradójicos, optimistas cuando se nos pregunta por victorias y negativos cuando se nos habla de problemas. Mi impresión es que en nuestras respuestas se mezcla la pura predicción —lo que crees que pasará— con una voluntad de denunciar los peligros que quieres evitar.

Es lo que me sugieren los datos por edad. Mirad las respuestas. Por un lado, los jóvenes son los más optimistas con cambios positivos, como que retroceda el racismo. Pero, al mismo tiempo, son los más pesimistas con cambios negativos. Por ejemplo, solo el 10% de los mayores de 75 años creen que en el futuro “habrá menos tiempo libre”, frente al 43% de los jóvenes que dicen lo mismo. Quizá me equivoque, pero mi sensación es que los jóvenes no expresan tanto un pronóstico como un deseo: para su futuro quieren tiempo libre y trabajos donde realizarse.

3. En abstracto hay más optimistas

En otro momento de las entrevista del CIS, el estudio pregunta en general. “Hablando del futuro y de los cambios sociales y económicos”, preguntaron: ¿crees que habrá pocos o muchos cambios? ¿Y que serán positivos o negativos? Lo interesante es que con esa formulación, que no evoca ningún problema particular, salen a la luz más personas optimistas.

Los que creen que los cambios serán positivos (39%) se imponen a los que creen que serán negativos (35%). Lo hacen sobre todo entre los muy jóvenes y entre los muy mayores, donde los optimistas llegan a doblar a los pesimistas. Es bonita la paradoja: aunque los ancianos suelen ser más conservadores y reacios a los cambios, aquí son los más positivos de todos.

Dejadme recordar que este pesimismo social no es una particularidad española. Es un patrón como mínimo occidental: solemos ser optimistas individuales y pesimistas sociales. Sentimos, de manera exagerada, que el futuro nos tratará bien a nosotros y mal al conjunto de la sociedad. En Our World in Data ofrecen algunas pistas para explicar lo segundo. Por un lado, nos falta información porque no solemos pensar sobre la marcha del mundo. Y cuando eso ocurre, los humanos respondemos con atajos. Por ejemplo, asumimos que si el CIS nos pregunta por un tema, será que hay un problema —si no, ¿por qué preguntar?—. También nos dejamos influir por lo más llamativo, que suele ser lo negativo: es más fácil ver las muertes de una ola de calor que las no-muertes que evitó el aire acondicionado.

Los más pesimistas desconfiaréis del párrafo anterior, pero dejadme aportar una prueba de nuestra tendencia a la negatividad. El truco es pensar en el pasado en lugar de en el futuro. Supón que pregunto: “En los últimos 20 años, la proporción de la población mundial que vive en extrema pobreza crees que ha bajado, que ha subido o que se ha mantenido igual?”. La mayoría de la gente dice que hay más pobreza. Eso dice el 56% de los españoles. ¡Pero no es verdad! Entre 1997 y 2017, cuando se hizo la encuesta, la tasa de pobreza se redujo a una tercera parte.

Mi interpretación es sencilla: nuestra mirada está teñida de pesimismo, y no solo cuando la dirigimos al incierto futuro, también cuando juzgamos nuestro pasado.

Otras historias

🌈 1. ¿Tienes buenas noticias? Si llevas tiempo leyendo esta newsletter, ya sabes que acabaré el año reuniendo cuarenta o cincuenta buenos datos de 2023. Tengo una lista creciente, pero he pensado en pediros ayudas: ¿Te viene a la cabeza alguna buena noticia para mi lista? Un descubrimiento científico o una historia pequeña. Mándamela a kllaneras@elpais.es.

🖼️ 2. Alucinante la app de Freepik para pintar ayudado por una IA. Tú manejas dos controles: 1) escribes un texto con lo que quieres, y 2) pintas un boceto en el panel de la izquierda. El resultado sale en la pantalla de la derecha… ¡en tiempo real! Aquí puedes ver mis pinitos. Para probar la app puedes apuntarte aquí. Merece la pena.

💰 3. Los salarios bajos son los que más subieron desde 2018. Los salarios del 20% inferior crecieron un 18%, mientras que los del 20% superior bajaron un 5%. Este artículo de Javier Jorrín en El Confidencial analizaba los motivos. Primero, se ha creado empleo en sectores que pagan más, lo que eleva los sueldos en general. Segundo, se nota la recuperación económica. Tercero, se subió el salario mínimo (¡un 40%!). Y por último, algo indirecto pero esencial: mucha gente trabajó más horas —y así elevaron sus bajos salarios—, gracias a la reforma laboral, que logró sustituir contratos temporales e involuntariamente parciales por indefinidos de tiempo completo.

👨‍👩‍👧‍👦 4. Despliegue de datos con ‘Cuéntame’. Esta semana se ha acabado la longeva serie y mis compañeros han hecho despliegue: analizan 30.000 minutos de subtítulos, episodio por episodio, para descifrar las peripecias y relaciones de los Alcántara con su entorno.

Descifrando ‘Cuéntame’, nuestro despliegue de datos sobre la serie
Descifrando ‘Cuéntame’, nuestro despliegue de datos sobre la serie

⭐ 5. El mapa de las estrellas Michelin. Se concedieron esta semana y las pusimos sobre un mapa. Como señaló en Twitter uno de los implicados, podéis comprobar que en Jaén hay cuatro restaurantes con estrella en prácticamente una manzana.

🌐 6. Una historia increíble. ¿Os acordáis cuando en 2016 se apagó Netflix, Spotify, Twitter y medio internet? He leído fascinado la historia de los tres jovencísimos hackers detrás de Mirai, el código responsable de aquello. Es un relato de cibercrimen, amistad, comunidades de internet, caos, traición y redención. Es un texto muy largo, pero si lees inglés y te interesa mínimamente el asunto, es 100% recomendable.

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Sobre la firma

Kiko Llaneras
Es periodista de datos en EL PAÍS y doctor en ingeniería. Antes de llegar al periódico en 2016 era profesor en la Universitat de Girona y en la Politécnica de Valencia. Escribe una newsletter semanal, con explicaciones y gráficos del día a día, y acaba de publicar el libro ‘Piensa claro: Ocho reglas para descifrar el mundo’.

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