Una mujer encuentra a su hija 31 años después de que se la robaran
En la documentación del caso aparece sor María, la monja imputada por otro hecho similar
María, una mujer nacida en febrero de 1981 en la maternidad madrileña de Santa Cristina ha encontrado recientemente a su madre biológica, quien la dio a luz cuando solo tenía 18 años. Hace un año, María presentó en un juzgado una Orden de Jurisdicción Voluntaria para que el juez le dejara conocer sus orígenes biológicos, tal como contempla la ley. Meses después, el juez le facilitaba la identidad de una mujer que, cuando contaba 18 años, dio a luz el mismo día y a la misma hora en la que ella nació. A partir de ese dato, María, que al igual que su madre biológica prefiere mantenerse en el anonimato, se puso en manos de un mediador familiar que contactó con la posible madre, Elvira, una gallega de 50 años que reside en Ourense.
Elvira trabajaba de sirvienta en una lujosa casa de La Moraleja (Madrid). Al quedarse embarazada, sus patronos le ofrecieron que se trasladara a vivir a una pensión próxima a la calle Carretas, a pocos metros de la Puerta del Sol de Madrid. Allí pasó los últimos tres meses de gestación. El día del parto, Elvira fue sedada en la maternidad de Santa Cristina y así la mantuvieron sedada durante varios días. Antes de darle el alta, le dijeron a la joven madre que su bebé había muerto y que la clínica se encargaría de todos los trámites para proceder al entierro del cadáver.
Más de 30 años después, Elvira ha podido saber que su recién nacido no murió y que era una niña. María fue dada en adopción a un matrimonio de Ciudad Real formado por dos personas de más de 45 años, los cuales iniciaron los trámites para hacerse con una niña a través de un sacerdote amigo de la familia. La pareja pagó 136.000 pesetas por los gastos de estancia de la madre biológica en la pensión madrileña, por los gastos hospitalarios, incluyendo el servicio de anestesia y también por los honorarios médicos. Según Antena 3, en la documentación aparece el nombre de sor María Gómez Valbuena, la monja octogenaria que está imputada por un juez de Madrid por su presunta implicación en el robo de otra niña en la misma maternidad.
María y Elvira se sometieron a las pruebas genéticas de ADN, que demostraron “sin ningún género de duda” que ambas son madre e hija. Ambas se citaron en Madrid para conocerse. “Fue como verme a mí misma pero más mayor”, ha declarado María. Su madre Elvira asegura: “Fue algo extraño, nos dimos dos besos como dos extrañas. Yo me preguntaba, ¿es posible que esta sea mi hija? Luego me derrumbé”. Tanto María como Elvira, que, después de que le robaran a María, se casó y es madre de un varón, van a denunciar los hechos. “Todavía no me hago a la idea. Esto es increíble. Me he perdido los mejores años de mi hija y eso no se paga ni con dinero ni con cárcel”, declara.
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