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Rajoy y Mas arrancan la lucha por la opinión pública catalana y española

El presidente irá a Barcelona y encarga a Montoro replicar la tesis del expolio El líder de CiU manda a Homs a preparar su campaña en el resto de España CiU, ERC e ICV buscan una treta para acelerar la consulta en el Congreso

La realidad de la crisis independentista en Cataluña no se parece en nada a la de Escocia. No hay un referéndum reconocido por ambas partes, y por tanto tampoco una campaña electoral como tal, al contrario de lo que sucede en el Reino Unido. Sin embargo, lo que se va a vivir en 2014 en España es algo muy parecido. Tanto el Gobierno central como la Generalitat dan por imposible —aunque oficialmente no lo cierren del todo— un diálogo en estos momentos. Y los dos se preparan para librar la batalla de la opinión pública. Aunque desde el Gobierno insisten en que no habrá referéndum porque el Constitucional lo impedirá, el equipo de Rajoy ha decidido ir a trabajar también en Cataluña. Y Mas parece tener intenciones de responder no solo en esta comunidad, la suya, donde se vive en una especie de campaña electoral permanente, sino también en el resto de España.

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De momento va a enviar a esta misión al conseller Francesc Homs, y en la Generalitat dejan la puerta abierta incluso a actos del propio Mas en el resto de España. El president y su equipo se habían concentrado hasta ahora en Cataluña y en la batalla internacional, con viajes dentro y fuera de Europa y cartas a todos los presidentes y primeros ministros, pero ahora entienden que debe dar la batalla interna. El president no visita oficialmente Madrid, por ejemplo, desde la última y turbulenta reunión pública con Rajoy, que derivó en una convocatoria anticipada de elecciones. Ha pasado un año y medio, muestra de lo poco interesado que se ha mostrado Mas en el combate de la opinión pública del resto de España. Solo acudió a La Moncloa,en secreto, el 29 de agosto de 2013, una cita que no tuvo los resultados esperados porque Mas insistió en reclamar a Rajoy que buscara una salida que incluyera algún tipo de consulta y el presidente le contestó que no había margen legal ni político para eso.

Mientras, el propio Rajoy, que acude con cuentagotas a Cataluña y en cada visita ha visto cómo empeoraba el ambiente —en la última Mas ni siquiera se quedó a escuchar al presidente, molesto porque no le dejaban hablar en el acto— ha decidido acudir a Barcelona a hacer campaña. En La Moncloa preparan con detalle la intervención del presidente el sábado en el cierre de la convención del PP catalán, que servirá como arranque de la campaña que el Gobierno y el PP van a desplegar en Cataluña para recuperar terreno perdido. En La Moncloa y en la calle Génova preocupa el hecho de que Ciutadans esté quitando espacio al PP catalán.

Rajoy prepara todo tipo de datos y argumentos para convencer a los catalanes de que seguir en España es la mejor opción, una nueva línea que ya abrió la semana pasada al apuntar que la independencia supondría “un empobrecimiento incalculable”.

Pero antes de que llegue Rajoy, calentará motores Cristóbal Montoro, que acudirá este viernes al mismo foro en Barcelona. El ministro prepara un despliegue de datos —ha pedido los más importantes a sus asesores en Hacienda— para demostrar que Cataluña aguanta en este momento gracias al respaldo financiero del Estado y que la independencia sería un muy mal negocio.

Los entornos de Rajoy y Montoro insisten en que con los datos actuales, que muestran por ejemplo que Cataluña es una de las comunidades con mayor déficit de la seguridad social, si el debate fuera puramente económico sería fácil ganarlo. El problema, aseguran, es que con la independencia entran en juego los sentimientos, y ahí es más difícil la batalla.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Congreso. / ÁLVARO GARCÍA
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Congreso. / ÁLVARO GARCÍA

Montoro explicó este miércoles en el Congreso que acudirá a la convención del PP y allí hará “una exposición de argumentos económicos y de financiación de la Generalitat relacionada, imbricada en la financiación de las comunidades autónomas”. Lo que no llevará Montoro a Barcelona serán las esperadas balanzas fiscales. Las prometió para finales de 2013, pero se han retrasado, tal vez hasta marzo.

Montoro sí está a punto de anunciar quién las va a elaborar y su metodología, que pretende superar incluso la idea de balanza fiscal para concentrarse en cuánto cuestan los servicios públicos y cómo se financian. En cualquier caso será un criterio que evite que esas balanzas puedan ser utilizadas a su favor por los independentistas. Después seguirá el despliegue, y en breve acudirán también a Cataluña José Manuel Soria (Industria) y Ana Pastor (Fomento) que inaugurará la remodelación de la estación del Passeig de Gracia.

Mas se plantea ahora actos y entrevistas en medios nacionales

El entorno de Mas no cree que la campaña del Gobierno y de Rajoy en Cataluña tenga un gran efecto sobre la opinión pública catalana, a no ser que ofrezca una alternativa de mejora del autogobierno muy clara y que vaya más allá de retocar el modelo de financiación, cuyo grupo de trabajo hizo su primera reunión. Por este motivo, el presidente catalán insistió este miércoles en que el Gobierno debe ser claro y detallar sus planes a los catalanes. “Si tan importante es el plan de Rajoy que nos lo explique”, dijo este miércoles el presidente en el Parlamento autónomo.

El Gobierno catalán se parapeta siempre en un dato que se mantiene bastante estable en las encuestas desde hace un año: un 70% de los catalanes son favorables a celebrar un referéndum de autodeterminación estén o no a favor de la independencia.

Este es precisamente el mensaje que el Gobierno catalán quiere lanzar a partir de ahora hacia el resto de España. En paralelo a la estrategia de internacionalización que lleva meses practicando, el Ejecutivo de Artur Mas intentará trabar complicidades en otras comunidades autónomas con un mensaje que intentará diferenciar entre “independencia” y “derecho a decidir”. La Generalitat considera que en España hay sectores políticos y sociales que pueden ser receptivos a un mensaje “de radicalidad democrática” en el sentido de que nadie debería privar a los catalanes decidir su propio futuro.

Artur Mas a su llegada al pleno sobre los Presupuestos. / ALBERT GARCÍA
Artur Mas a su llegada al pleno sobre los Presupuestos. / ALBERT GARCÍA

De momento el principal encargado de hacer trascender el mensaje pro consulta fuera de Cataluña será el consejero de Presidencia, Francesc Homs. Con todo Mas también se reserva un papel activo que puede pasar por entrevistas en los medios de comunicación, además de nuevos contactos con el presidente del Gobierno. Precisamente este miércoles, el jefe del Ejecutivo catalán insistió en su “absoluta disposición” a dialogar con Rajoy. Eso sí, reiteró que prefiere que este contacto, de haberlo, sea “discreto”. Hasta ahora las citas entre el Gobierno y la Generalitat han pasado básicamente por el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, y por personas próximas a Mas, como el secretario general de Presidencia, Jordi Vilajoana.

Mientras se fragua la batalla de la opinión pública, el proceso sigue adelante. Ante la evidencia de que el trámite de la iniciativa del Parlament reclamando la competencia para plantear el referéndum será muy lento —tendría que esperar a junio o septiembre— CiU, ERC e ICV han decidido presentar esta misma propuesta pero como iniciativa conjunta de estos grupos en el Congreso. Lo harán el 3 de febrero, lo que acelerará los trámites aunque perderá fuerza simbólica, ya que no será una propuesta del Parlament sino de esos grupos.

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