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Reportaje:

El imparable ascenso de la legionela

En los últimos cuatro años se han dado en España una media de 10 brotes anuales y ya hay 600 afectados en 2002

Es una bacteria muy resistente, tanto a la cloración como al tratamiento térmico', asegura Sebastià Crespí, jefe del Servicio de Análisis Clínicos de Policlínica Miramar, miembro del grupo europeo de esta enfermedad y experto de la Organización Mundial de la Salud. 'Es capaz de vivir en todas partes donde hay agua, y resiste muchos de los biocidas habituales. Eso hace que sea difícil de erradicar, porque es más resistente que muchas otras que viven en el agua. Y, además, cuando se logra erradicar, recolo-niza la red con mucha facilidad si las medidas de prevención se eliminan o simplemente se baja un poco la guardia'.

Se llama la enfermedad del legionario porque se descubrió en 1976, durante un reunión de la Legión Americana, en Filadelfia (EE UU), cuando la bacteria cau-só la muerte de 29 de los asistentes a la convención. La enfermedad nació en un hotel y desde entonces sigue asociada a estos establecimientos. De hecho, según Crespí, autor de una obra editada por la Fundación Barceló sobre las normas para prevenir y controlar las instalaciones hoteleras, 'más del 50% de los hoteles españoles están colonizados por legionella en alguna parte de su red hídrica. Estas cifras son similares a las de otras partes de Europa y del mundo, y denotan que se trata de una bacteria mundialmente distribuida y extraordinariamente ubicua'.

Más del 50% de los hoteles españoles tienen legionela en alguna parte de su red hídrica

Según los datos del Grupo Europeo de Legionela, en el año 2001 se detectaron en Europa 481 casos de la enfermedad en turistas, y en los siete primeros meses de este año se han declarado ya 255 casos, frente a los 219 del año pasado. Teniendo en cuenta que el primer año en el que se detectaron casos fue 1987, cuando se encontraron tres enfermos en Europa, el incremento ha sido enorme, aunque, según los expertos, se debe a que ahora hay pruebas sencillas y eficaces para detectar la enfermedad. En 1999, último año del que hay datos oficiales, se censaron 2.136 casos en toda Europa, en 28 países que suman 398 millones de habitantes. De estos casos, el 32% tuvieron un origen comunitario, el 21% se asociaron al turismo, el 9% a hospitales y en el 38% no se pudo determinar la procedencia.

Según Rosa Cano, epidemióloga del Instituto de Salud Carlos III, desde 1997, cuando se hizo una enfermedad de declaración obligatoria en toda España (en Cataluña ya lo era desde antes) 'se detectaron 342 casos en 1998; 451 en 1999; 752 en 2000, y 1.404 en 2001 (650 de ellos pertenecientes al brote que hubo en Murcia). En este año, llevamos hasta la fecha 600 casos, así que calculamos que terminaremos el año con unos 700. Pero se trata de una serie muy corta para sacar conclusiones epidemiológicas y, por otra parte, es una serie muy parecida a la de otros países, como Francia. Tenemos una media de entre 10 y 12 brotes al año en los últimos cuatro años'.

La bacteria llega hasta el enfermo en aerosol, cuando se respira un ambiente en el que abunda. Pero, para producir el aerosol, es necesario que el agua esté en gotitas microscópicas, como las que se forman en la ducha o en otros sistemas hídricos. Para Cano 'es una enfermedad que está asociada con la industrialización. Se produce en lugares en los que se guarda el agua en aljibes y tienen redes hídricas muy largas'. Los varones de más 50 años componen el principal grupo de riesgo, aunque, si se detecta a tiempo se puede tratar con antibióticos. Entre el 5% y el 15% de los infectados mueren.

Miquel Sabrià, jefe del servicio de medicina interna del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona), acaba de publicar un trabajo en The Lancet sobre cómo se produce la colonización de la bacteria en hospitales y cómo evitar las infecciones. 'Desde 1976 se ha detectado la presencia de esta bacteria en muchos hospitales. De hecho, es una causa importante de las neumonías que se contagian en los hospitales, y se han referido, desde 1982, unos 300 casos en todo el mundo', dice Sabrià, que mantiene una de las pocas páginas en Internet en español (www.legionella-online.org). Sin embargo, no es frecuente encontrar la bacteria en las redes de agua caliente de las casas particulares, pues necesita cientos de metros de cañería para proliferar.

Vecinos de Mataró (Barcelona) asisten a una reunión informativa sobre la legionela.
Vecinos de Mataró (Barcelona) asisten a una reunión informativa sobre la legionela.CARLES RIBAS

España, en cabeza

Este año', señala Sebastià Crespí, 'no ha sido especialmente malo, descontando el caso de Mataró, donde ha habido ciento y pico afectados. Por ejemplo, hace dos años hubo muchos más en Alcoy y más todavía el año pasado en Murcia. Lo anormal es que siempre seamos líderes en los brotes más importantes del mundo. En 1996, tuvimos el mayor brote del mundo en su momento, el de Alcalá de Henares; el brote de Alcoy ha sido uno de los más largos en el tiempo y con el brote de Murcia, con casi 800 afectados, volvemos a tener el récord de grandes brotes. Y hace poco, el de Mataró. No es normal'.¿Qué puede hacer que nuestro país se sitúe a la cabeza en esta estadística? 'En mi opinión', dice Crespí, 'puede que haya condiciones climatológicas que favorezcan la propagación de la bacteria, pero en otros países mediterráneos, con el mismo clima, no se dan tanto. Por eso, creo que hay que achacarlo a una previsión tardía, a una política de salud pública pobre en relación con el mantenimiento técnico-sanitario de los sistemas de riesgo. Si se hubieran puesto a trabajar antes, no estaríamos en desventaja'. La legislación, como ocurre con frecuencia, ha ido a remolque de los grandes brotes y, por ejemplo, el actual decreto de prevención se promulgó justo un mes después del gran brote de Murcia. 'Se trata siempre', dice Crespí, 'de políticas reactivas, después de los sucesos. Esta práctica no es exclusiva del Gobierno central. La Generalitat de Cataluña, la Valenciana o la Comunidad de Madrid reaccionaron de forma parecida'.La nueva legislación debería ayudar a que esto cambie. Además de las multas más cuantiosas a quienes no declaren las torres de refrigeración, se exigirá, señala Sabrià, 'hacer cuatro controles microbiológicos cada año. Se trata de exigir más al propietario de la torre, que ponga más de su parte, ya que tanto los investigadores, que hacemos todo lo que podemos, como las administraciones, que nos hacen bastante caso, estamos decididos a acabar con los brotes'. Rosa Cano coincide con esta opinión: 'Creo que vamos notar pronto los efectos de la legislación, pero hay que dar un poco de tiempo hasta se hagan la cosas bien'.

Problemas para la erradicación

Para erradicar completamente la legionela es necesario tener instalaciones adecuadas y, sobre todo, mantenerlas correctamente. Según Rosa Cano, es necesario 'que haya una mayor sensibilización. Es cierto que las medidas mayores, como cambiar las torres de refrigeración, son complicadas de llevar a cabo, pero hacer un mantenimiento adecuado, tener monitorizados los valores de cloro, limpiar los aljibes, tener censadas las torres... son tareas más sencillas. Ahora creo que es importante difundir la información y que las administraciones hagan la inspección'.El problema, según Sabrià, es que las torres de refrigeración no están censadas. 'En Cataluña tenemos unas 3.000 o 4.000 torres de refrigeración y sólo hay unas 1.000 censadas, y algo similar ocurre en el resto de España. Resulta que si usted tiene una torre, el mantenimiento adecuado le cuesta entre 750.000 y un millón de pesetas al año, mientras que si no la declara y van pasando los años, cuando le descubren, paga una multa de 200.000 pesetas y ya está'. También, sugiere Crespí, hay un problema de capacitación técnica: 'El personal que se encarga del mantenimiento de torres de refrigeración o sistemas hídricos de hoteles o de hospitales, excepto en Cataluña, no es necesario que tenga ningún estudio'. Convencido de que la formación es clave, imparte en Internet un curso de prevención de legionelosis (www.biolinea.com).Cuando se produce un brote, el problema más grave para poder detenerlo, en muchos casos, consiste en identificar la fuente. 'A veces', dice Sabrià, 'hay que recurrir al uso de helicópteros dotados con instrumental termográfico, ya que las torres no están a la vista'. Y es que en ocasiones ni siquiera las empresas están a la vista.Precisamente, una de las cuestiones que el grupo de expertos ha sugerido a las administraciones es que se cambie la normativa, de manera que no sea rentable mantener la torre de refrigeración sin declarar. 'Creo que la normativa', asegura Sabrià, 'cambiará pronto en este sentido, porque, en otros aspectos, se trata de una legislación muy adecuada'. E incluso así, cumpliendo la estricta normativa, aún habrá casos porque 'donde hay agua caliente, siempre habrá legionela'. Y añade: 'Si se cumple la normativa en saunas, centros lúdicos, en las redes de agua caliente de grandes edificios... habrá casos esporádicos, pero no brotes de la magnitud de los últimos'.

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