Un servicio funerario de EE UU, al borde del colapso por el ritmo imparable de las sobredosis
Desde junio de 2016, Virginia Occidental ha concedido fondos públicos a más de 1.500 muertos por consumo de droga
Las muertes por droga sacan ventaja a los servicios funerarios. El programa estatal de Virginia Occidental dedicado a la asistencia funeraria para familias con pocos recursos económicos está al borde de la quiebra a cuatro meses de la conclusión del año fiscal, el 30 de junio. En 2014, el mismo programa se quedó sin dinero en junio; en 2015, la mayoría del capital disponible se había esfumado en marzo.
El Departamento de Salud y Servicios de Virginia Occidental recibe cada año dos millones de dólares para asistencia funeraria a familias de pocos recursos. El programa ofrece 1.250 dólares por fallecido a las personas o familias que necesiten esta ayuda económica o no dispongan de nadie dispuesto a pagar los costes. Pero Frederick Kitchen, el presidente la asociación funerarias del Estado, afirmó al diario local The Intelligencer que el alarmante número de sobredosis por drogas, normalmente heroína, lleva años ahogando las arcas públicas.
Desde junio de 2016, “se han solicitado 1.508 funerales a través del programa de asistencia funeraria” afirmó Allison Adler, una portavoz del Departamento de Salud y Recursos de Virginia Occidental a The Washington Post. “Quedan fondos para 63 funerales más”.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades estadounidense (CDC, por sus siglas en inglés) estimó en 2015 que Virginia Occidental fue el Estado con el mayor ratio de muertes por sobredosis en proporción a la población. Por cada 100.000 habitantes, hubo 41 muertes por sobredosis. Es una tasa que ha crecido de manera exponencial en los últimos cinco años.
Pero la situación de Virginia Occidental, localizada a tres horas en coche de Washington, sólo encabeza una larga lista de regiones de Estados Unidos donde el consumo de droga aumenta a pasos agigantados. Le siguen de cerca Pensilvania, Florida, Ohio o Kentucky. El Departamento de Estado alertó la semana pasada de que EEUU atraviesa la peor crisis de droga desde los años 80. Hace apenas seis días, el Gobernador de Maryland declaró el “estado de emergencia” por la “acuciante crisis del consumo de heroína y opiáceos que destroza las comunidades”.
Desde su comienzo en 2010, la crisis de las drogas a nivel nacional se ha expandido de forma exponencial, sobre todo entre la población blanca de clase media. Entre ese año y el 2014, el número de blancos muertos por sobredosis de heroína —que causó más de 10.500 muertes en 2014— aumentó en un 267%. A día de hoy, las drogas en EEUU matan a más personas que los accidentes de coche.
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