La fiscalía decide seguir investigando a Fillon por presunta malversación de fondos

Entienden, por tanto, que hay indicios de delito. En un comunicado, la Fiscalía señala que está analizando la posibilidad de que tanto Fillon como su esposa, Penelope, hayan cometido, entre otros, los delitos de “malversación de fondos públicos y abuso de bienes sociales”. Añade que el contenido de los informes entregados por la Oficina de Lucha contra la Corrupción “no permiten plantear el archivo del procedimiento”.

La decisión de los fiscales, por tanto, echa por tierra la tesis que, a la desesperada, había lanzado el propio Fillon el lunes pasado cuando exigió que se parara la investigación por respeto “al principio de separación de poderes”. Para él, como explicaron sus abogados, la indagación es “ilegal” porque solo el propio Parlamento, y no la justicia, puede investigar qué hace un parlamentario con los dos fondos que le son asignados.

Por el contrario, la fiscalía ha señalado en su comunicado: “Las investigaciones van a continuar en el estricto respeto a las que reglas que determina el Código de Procedimiento Penal”. “La única misión de la Fiscalía Nacional Financiera es aplicar la ley, fundamento del pacto democrático”.

Fillon ha reaccionado airado porque entiende que el anuncio de la fiscalía "alimenta el folletón mediático". "Eso no afecta nada a mi determinación", dice el candidato conservador. Con una estrategia ya reiterada por parte de otros políticos presuntos corruptos, especialmente en España, el exprimer ministro ha dicho en un tuit: "A partir de ahora me remito solo al veredicto del sufragio universal". Como si un apoyo en las urnas supusiera una amnistía.

Policías anticorrupción han investigado desde hace tres semanas si fue ficticio o no el empleo de Penelope Fillon como asistente parlamentaria del propio candidato y de su sustituto en el escaño. Cobró casi un millón de euros por ello entre 1998 y 2013, más 45.000 euros de indemnización cuando supuestamente dejó ese trabajo.

Los investigadores no han hallado prueba alguna de que Penelope realmente trabajara el Parlamento. No tenía pase oficial, ni correo electrónico del Parlamento. Tampoco ha aportado informe alguno o rastro fehaciente. Fillon se ha limitado a decir que Penelope llevaba su agenda, corregía sus discursos desde casa y que asistía a eventos culturales o deportivos.

Los investigadores no han hallado prueba alguna de que Penelope realmente trabajara el Parlamento

La Fiscalía tenía tres opciones. Archivar el caso, como hubiera deseado Fillon, es la que ha desechado. La segunda era enviar los informes a un juez para que abriera una causa. El magistrado tendría que haber decidido pronto si imputaba o no al candidato. Este dijo que dimitiría si caía sobre él la imputación.

Y la tercera opción hubiera sido enviar el caso a un tribunal penal por entender que ya había razones y motivos para preparar un juicio contra el o los acusados.

Con lo ocurrido ahora, la campaña de Fillon queda ya deteriorada de manera irremediable. Sin embargo, la continuación de las investigaciones permite al candidato ganar tiempo en su cerrada posición de negar la evidencia y rechazar toda alternativa a ser relevado.

Las candidaturas al Elíseo quedarán oficialmente cerradas el 17 de marzo. A partir de esa fecha, y según una ley no escrita, los tribunales franceses abrirán una “tregua electoral” en casos que afecten a los candidatos. No están obligados a hacerlo, pero es lo que ha ocurrido en situaciones similares en el pasado.

Pese a la determinación pública de no tirar la toalla con el argumento de que no hay mejor opción en Los Republicanos, la situación de Fillon es muy delicada. Una veintena de sus propios diputados plantearon el lunes una rebelión interna para forzar su relevo. El candidato apagó el incendio a duras penas tras un pacto con su más duro rival, el expresidente Nicolas Sarkozy, en cuyos círculos nació la revuelta.

Para escenificar ese arreglo, Fillon acudió el miércoles al despacho de Sarkozy y los dos dijeron haber tenido una franca y positiva reunión seguida de un almuerzo. Horas después, y en el único mitin del candidato esta semana, el candidato asumió una promesa de su rival que no estaba en el programa: rebajar a los 16 años la edad penal de los franceses.