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El centro Kirchner, 275 millones para hacer historia

La presidenta argentina inaugura una obra colosal que pretende simbolizar el renacer de este país después del hundimiento de 2001

Mientras el vecino Brasil recorta, Argentina, en año electoral, mantiene su exhibición constante de gasto público. La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ha inaugurado, en un acto político de gran relevancia rodeada de militantes y de actores e intelectuales kirchneristas, el Centro Cultural Kirchner, una obra colosal que pretende simbolizar el renacer de este país, siempre ligado a la cultura, después del hundimiento de 2001. La infraestructura ha costado 275 millones de dólares y según Kirchner “quedará como un emblema”.

Cuando se trata de pasar a la historia, el peronismo no repara en gastos. La recuperación del edificio de Correos, al lado de la Casa Rosada y muestra de la época de esplendor de Argentina —fue inaugurado en 1928, cuando este país aún era una de las grandes potencias del mundo— ha costado de momento —no está acabado— 2.500 millones de pesos (unos 278 millones de dólares). Y para que no hubiera dudas de su deseo de pasar a la historia, la presidenta ha dedicado el centro a su marido, Néstor Kirchner, fallecido en 2010.

La presidenta, que en el mundo cultural ha tenido siempre uno de sus grandes apoyos —buena parte de los intelectuales están con ella alrededor del grupo llamado Carta Abierta, aunque también hay muchos críticos— aseguró que durante el mandato del matrimonio, desde 2003, se han invertido “más de 24.000 millones de pesos [2.657 millones de dólares]” en infraestructuras culturales.

El centro es una obra impresionante de dos estudios de arquitectura argentinos —también eso está medido— que han vaciado el antiguo palacio de Correos manteniendo su esencia francesa neoclásica para instalar dentro un enorme espacio de 100.000 metros cuadrados que incluye 47 espacios distintos y una gran sala de conciertos para 1.950 personas, llamada la ballena azul, que tiene la forma de este cetáceo y parece casi suspendida en el patio central. Dentro tiene un órgano de 4.300 tubos diseñado especialmente en Alemania. Todo al estilo de la Argentina dorada, cuando se traían los mármoles de Carrara para hacer el Teatro Colón, uno de los más bellos del planeta, donde cantaban todos los grandes de la época, incluido el mítico Caruso.

Intención política

La cúpula neoclásica del antiguo palacio de Correos, al estilo de la obra del Reichstag en Alemania, se ha cambiado por una transparente que por la noche dibuja con luces las banderas de todos los países. Todo con una intención política clara de reivindicar al estado y lo público y también ensalzar a los Kirchner: “Esto no lo puede hacer la inversión privada. Si no lo hace el Estado, no lo hace nadie”, aseguró la presidenta. El espacio será abierto para todos los ciudadanos que podrán subir a su espectacular terraza para contemplar la ciudad.

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La inauguración llega en un momento clave, en la llamada semana patria, llena de fastos que concluirán el lunes 25 de mayo con un gran acto de la presidenta en la plaza de mayo ante miles de peronistas, como hacía su gran referente, Evita Perón, que también tiene una sala especial en el nuevo centro, en el despacho que ella utilizó en la sede de Correos y desde donde enviaba regalos a los niños pobres.

La presidenta dejará el Gobierno en diciembre y está embarcada en una tarea de reivindicar su legado. “Este es un modelo económico con inclusión social”, insistió. Poco antes de que hablara, el argentino Santiago Mitre ganaba en Cannes el gran premio de la crítica por La patota, lo que le sirvió para citarlo como ejemplo del éxito internacional de la cultura argentina durante su mandato. La noticia fue recibida con exaltaciones de orgullo patriótico.

Culto a Néstor con vídeos de su madre

El centro Kirchner, con 40 salas de exposiciones, 16 de ensayo, seis auditorios y capacidad para 5.000 personas, está dedicado al culto a la figura de Nestor Kirchner, que falleció en 2010.

En una sala hay vídeos de todos sus familiares hablando de él, incluida su madre, también fallecida. “De chiquito le pregunté qué quería ser y me dijo que gobernador. Que iba a estudiar mucho para lograrlo”, asegura la madre bajo un cartel dedicado al expresidente que dice: “Que su fuerza y convicción sean siempre una presencia viva entre nosotros”.

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