Las familias llegan al pie de la montaña donde se estrelló el avión
Los allegados de los fallecidos españoles han sido trasladados en siete autobuses
Los familiares de algunas de las víctimas españolas han llegado a las 16.10 a La Vernete, al pie de la montaña en la que se estrelló el avión de Germanwings en el que viajaban 150 personas. Los allegados han sido trasladados en siete autobuses, custodiados, hasta el punto accesible más cercano al lugar del impacto en el que se han desplegado banderas a media asta de todas las nacionalidades de los fallecidos.
Con las ventanillas cubiertas por cortinas, en algunos casos, con cara de sorpresa tras los cristales, en otros, los familiares han bajado de los autobuses en una zona en las que les esperaba, sobre todo, personal de la Cruz Roja. Todos ellos se han parado, de forma silenciosa, frente a la montaña en la que perdieron a sus seres queridos. A lo largo de esta tarde serán trasladados a Synes-les-Alpes.
Juan Pardo Yáñez, un familiar de tres víctimas en el siniestro aéreo ocurrido el martes en los Alpes franceses, ha señalado este jueves que han sido informados de la versión ofrecida por la fiscalía sobre la intención del copiloto de estrellar el avión.
"Acaban de informarnos de que la causa del accidente ha sido que el copiloto se ha encerrado en la cabina, no ha dejado entrar al piloto y ha activado el descenso de emergencia". "No se sabe más que eso", ha agregado Pardo Yáñez, que ha perdido a su exmujer, a su hija y a su nieta en este suceso.
Así, ha señalado, en una entrevista concedida a la Radio Galega, que según lo que les han expuesto a los familiares, el copiloto se encerró en la cabina y "luego no quiso abrirle al piloto a pesar de que aporreaba la puerta y le llamaba". "Con todos esos indicios, la suposición creo que es clara", ha indicado. "A mí esas cosas me dan lo mismo, nada de lo que pase, de lo que se diga, me las va a devolver", ha dejado claro en sus declaraciones acerca de los motivos.
El avión chárter con 62 familiares y allegados de las víctimas del accidente aéreo en los Alpes franceses ha llegado a Marsella (Francia) tras haber salido del Aeropuerto de Barcelona a las 10.05 para llevarles al lugar del siniestro.
Según ha informado Lufthansa —matriz de Germawings—, los familiares serán trasladados a un punto lo más cercano posible a la zona del accidente, "teniendo en cuenta las difíciles condiciones de accesibilidad del terreno y cumpliendo con los parámetros de seguridad de la investigación".
Este jueves, el Gobierno ha rebajado a 50 la cifra de los españoles que han perdido la vida en accidente. El Ejecutivo ha reducido en una persona la cifra de españoles que iban en el avión siniestrado, ya que uno de los identificados reside desde hace más de veinte años en España pero no tiene la nacionalidad, ha explicado Martínez.
Con sol y mucho menos viento se han retomado este jueves las tareas de rescate. Los helicópteros han retomado el vuelo a las ocho y media de la mañana. A primera hora, los efectivos han tenido problemas al llegar debido a la niebla, que finalmente se ha disipado, según ha explicado el responsable de la seguridad del dispositivo. "Trabajan a pleno rendimiento", han asegurado fuentes de Interior.
Desde ayer por la tarde, los equipos están recuperando restos de los cadáveres de las 150 víctimas, según fuentes del Gobierno catalán. Estos son trasladados hasta el aeródromo de Syenes-les-alpes, donde han dispuesto diversos camiones frigoríficos, según esas mismas fuentes. Está previsto que las muestras luego sean analizadas en Marsella o en París para compararlas con el ADN de los familiares.
El responsable de la seguridad del dispositivo ha declinado dar detalles de las tareas concretas que se están llevando a cabo en la cima, alegando que solo se encarga de que se hagan de forma segura.
Los especialistas trabajaron ayer durante todo el día, con gran dificultad porque en la zona había llovido, y nevado. Eso supuso que el macizo, que es prácticamente una pared, fuese además muy resbaladizo. Hoy han subido diversos investigadores, acompañados de expertos de alta montaña. La zona sigue teniendo partes heladas, lo que la hace especialmente peligrosa.
Otro problema añadido es el viento que genera el movimiento de las hélices de los helicópteros, que hacen volar parte de los restos, según el responsable de seguridad del dispositivo. Los aparatos no pueden aterrizar en la zona, que es sumamente escarpada, lo que obliga a acercarse el máximo para que los equipos se puedan descolgar con cuerdas. La prioridad es el rescate de los cuerpos y dar con la segunda caja negra del Airbus.
Tres días después de estrellarse un avión de Germanwings en los Alpes franceses, la población de la zona se vuelca para recibir y ayudar a los familiares de las 150 víctimas que llegarán este jueves allí. El despliegue que el Gobierno francés ha preparado en la zona de la catástrofe es impresionante. Cuenta con una pléyade de voluntarios que, espontáneamente, se han sumado a todas las tareas. Se prestan para trabajar como intérpretes, para ayudar a la policía de montaña, para aportar café… También con una veintena de psicólogos para aportar consuelo a los allegados. Mientras los trabajos de recuperación de las víctimas han vuelto con las primeras luces, las noticias llegadas esta madrugada desde París resultaban sorprendentes: la grabación del avión registra cómo uno de los pilotos salió de la cabina momentos antes del choque pero luego, cuando intentó volver a entrar, no logró abrir la puerta ni obtuvo respuesta del otro piloto.
El alcalde de Seyne, Francis Hermitte, ha desvelado este jueves cómo más de 100 personas, de unas 2.000 que viven en el valle, han llamado para ofrecer gratuitamente sus casas de madera a los familiares, que están a punto de llegar al punto poblado más cercano al siniestro. Profesores de colegios se han ofrecido para hace de traductores, aunque Lufthansa se está haciendo cargo de la organización.
En el valle existe una estación de esquí muy cerca, Montclar, por lo que hay varios pequeños hoteles que suman otras mil camas disponibles. Algunos de ellos estaban cerrados pero han decidido abrir sus puertas.
En Digne-les-Bains, a 40 kilómetros de Seyne-les-Alpes, el lugar donde se estrelló el martes el Airbus de Germanwings, se habilitó a primera hora de este miércoles el palacio de Congresos para acoger a los familiares de las víctimas que lleguen al lugar, ya que las autoridades creyeron en un primer momento que sería más fácil atender a quien lo necesita en esta localidad, más accesible que Seyne-les-Alpes. Sin embargo, finalmente se ha decidido cerrar este operativo, puesto que el palacio de Congresos, a pesar de las 200 hamacas que se habían instalado y del equipo de 20 psicólogos, era un lugar más inhóspito para los familiares de las víctimas. Las familias españolas serán acogidos por los habitantes de Seyne-les-Alpes, que les han ofrecido sus casas.
A Digne-les-Bains han llegado algunas. Ninguna de ellas es española, según aseguró a este periódico, en la tarde del miércoles, la ministra de Fomento, Ana Pastor. Las autoridades españolas frenan la llegada de los suyos, pero los primeros comenzarán a llegar este jueves a Seyne-les-Alpes. Germanwings ha fletado dos aviones, uno desde Barcelona con 64 personas y otro que tenía previsto salir desde Düsseldorf, ambos con destino a Marsella, a donde ya han llegado. Otro grupo de 14 familiares salió anoche en autocar desde Castelldefels, al negarse a viajar en avión. Venir es traumático y, como dice una voluntaria de la Cruz Roja francesa, “estas naves son inhóspitas para acogerles”. En cualquier caso, el impresionante operativo vela para que las pocas familias que acceden a la zona no sean importunadas; menos aún por la prensa.
El Ayuntamiento al completo de Digne-les-Bains, con todos sus ediles, está movilizado, y no menos de una cincuentena de personal de la Cruz Roja francesa. Pero hay más. Once trabajadores de la Unidad de Emergencias del Ayuntamiento de Barcelona ya estaban desde el miércoles en el enorme pabellón de Dignes-les-Bains. Casi todos son psicólogos, como Isabel Ferrer, que tiene experiencia en este tipo de tragedias. “Nuestro trabajo consiste en acompañarles. Es todo lo que podemos hacer. Lo que no podemos hacer es quitar el dolor a nadie”.
El subprefecto, un hombre de edad avanzada llamado Pascal Zingraff, supervisaba todo el operativo. Fuera hay sitio para los autocares. Todos están preparados para ver la tragedia de cerca. “En toda la comarca solo hay 16.000 habitantes, pero hay muchos voluntarios, como ve”, explica.
La movilización de la población alpina de este lugar, acostumbrada a que nunca pase nada, como explica un operario de la zona industrial situada junto al aeródromo de Seyne-les-Alpes, impresionó este miércoles de manera especial a los tres mandatarios que recorrieron la zona durante tres horas. La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, valoraron especialmente la actitud de los lugareños. “A todos ellos quiero darles las gracias”, dijo Rajoy.
Todavía este miércoles subían a la zona decenas de policías franceses movilizados de todas partes del país, y especialmente de Marsella, la segunda ciudad más importante de Francia. La máxima preocupación es atender a los familiares de las víctimas. “Me ha tocado hacer atentados y es terrible. Son situaciones de dolor inimaginables”, comenta uno de los gendarmes franceses llegado este miércoles desde a Marsella a Digne-les-Bains.
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