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El kirchnerismo promueve una ley para regular los piquetes en las calles

Los bloqueos comenzaron en los años de alto paro y continuaron como método para atraer la atención de los medios de comunicación

Alejandro Rebossio
Escena de un piquete realizado por un sindicato opositor al Gobierno de Cristina Fernández
Escena de un piquete realizado por un sindicato opositor al Gobierno de Cristina Fernández Enrique García Medina (EFE)

Durante años de gobierno, el kirchnerismo siempre se opuso a la represión de los piquetes en las calles y carreteras. Sin embargo, ahora que la situación social empeora tras el alza de la inflación (33%) derivada de la devaluación del peso en enero pasado, diputados fieles a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, presentaron este miércoles un proyecto de ley para regular los bloqueos.

El piquete como método de protesta surgió en los 90 cuando el paro superó el 15% en el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999). Sin empleo y, por tanto, sin la posibilidad de recurrir a la huelga, los trabajadores buscaban llamar la atención de su desamparo cortando carreteras. Eran los llamados piqueteros. En 2001 y 2002, los bloqueos se intensificaron con un desempleo superior al 20%. Varios de ellos fueron reprimidos con tal brutalidad por las fuerzas policiales que acabaron con la vida de diversos manifestantes.

Cuando en 2003 Néstor Kirchner asume el poder, decide que se dejen de reprimir las interrupciones del tránsito, sostiene que el derecho a la protesta estaba por encima del de la libre circulación y comienza a atraer a los piqueteros hacia el naciente kirchnerismo. Pero hubo piqueteros de izquierda que se mantuvieron en la oposición y además los bloqueos comenzaron a ser usados como método de protesta de cualquiera que quisiese captar el interés de los medios de comunicación y, de ese modo, también el de las autoridades. Es así que sindicatos cortan calles contra despidos o por demandas salariales o vecinos interrumpen el tránsito cuando sufren cortes de electricidad u quieren manifestar diversas reclamaciones al Estado.

Lo que comenzó como un medio de los más pobres para protestar también fue usado por la clase media, como ante los apagones del pasado verano austral. Uno de los piquetes más recordados fue el que ciudadanos argentinos montaron durante tres años y medio en uno de los tres puentes que comunican a su país con Uruguay para reclamar contra la instalación de una planta de pasta celulosa y su eventual impacto ambiental. El paro, del 6,4%, ya no es el motivo de los bloqueos.

El kirchnerismo fue acumulando críticas por su tolerancia a los piquetes y ya en los últimos años Fernández comenzó a pedir a los manifestantes que acabaran con ellos. Pero el pasado marzo la jefa de Estado ordenó en el Congreso a sus diputados que elaboraran un proyecto de ley para regularlos. Y así fue que este miércoles algunos de ellos presentaron un proyecto que declara ilegítimos aquellos piquetes que no dejen al menos un carril libre para la circulación, obstruyan la prestación de servicios públicos y no sean anunciados a la Policía con 48 horas de antelación.

Estos bloqueos podrán ser reprimidos por las fuerzas de seguridad, aunque sin armas letales y con una previa instancia de mediación con los manifestantes. Además, la iniciativa obliga a los medios de comunicación estatales a cubrir todos los piquetes. El proyecto ha despertado reproches de la izquierda trotkista, que la semana pasada fue criticada por montar unos 50 piquetes en toda Argentina en ocasión de la huelga general, pero también por el Centro de Estudios Legales y Sociales, de posiciones cercanas al Gobierno de Fernández, o de Luis D’Elía, uno de los piqueteros que dejaron los bloqueos para abrazarse al kirchnerismo.

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