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La Policía de Nueva York desmantela el programa de espionaje a musulmanes

El nuevo alcalde defiende la decisión para recuperar la confianza de los ciudadanos en la policía

Miembros de una mezquita en Brooklyn, Nueva York.
Miembros de una mezquita en Brooklyn, Nueva York. Bebeto Matthews (AP)

La Policía de Nueva York ha desmantelado el programa que utilizaba a agentes encubiertos para espiar en las comunidades musulmanas de la ciudad. El proyecto, impulsado en 2003 con la ayuda de un empleado de la CIA, salió a la luz en 2011 y es objeto de dos demandas a nivel federal que todavía no han esclarecido su legalidad.

“Este es un paso crítico para reducir las tensiones entre la policía y las comunidades a las que sirven”, aseguró este martes el alcalde, Bill de Blasio. “Ahora tanto los agentes como los ciudadanos pueden ayudarse mutuamente para perseguir a la gente verdaderamente peligrosa”.

El programa era conocido como “Unidad Demográfica” y pertenecía al marco de medidas en respuesta a los atentados del 11 de Septiembre de 2001. La policía destinó a cerca de 30 agentes para recolectar información sobre los lugares de la ciudad donde se reunían ciudadanos musulmanes, desde mezquitas hasta restaurantes, así como sus conversaciones, números de teléfono y contactos.

Su presencia perjudicó la confianza de las minorías en los agentes, despertando numerosas críticas por parte de las organizaciones locales. Estas denunciaron que la policía había calificado de sospechosas cualquier actividad por parte de los ciudadanos musulmanes. El jefe de la policía de Nueva York aseguró sin embargo en 2012 que el trabajo de este programa nunca derivó en investigaciones ni obtuvo pistas sobre amenazas terroristas.

El espionaje de la policía neoyorquina a musulmanes salió a la luz en 2011 gracias a una investigación de la agencia Associated Press. El programa había sido creado ocho años antes gracias a la colaboración de un agente de la CIA con el Departamento de Policía, a pesar de que la agencia tiene prohibido espiar en territorio estadounidense. La revelación provocó una investigación interna de la CIA. El organismo aseguró entonces que el programa no había violado ninguna ley, pero sí criticó la falta de supervisión con la que operó uno de sus agentes en la creación de la Unidad Demográfica.

La anulación de este programa fue una de las promesas electorales del nuevo alcalde de Nueva York y supone también un giro significativo en el liderazgo de la agencia policial. Su nuevo comisario, William Bratton, confirmó este martes en rueda de prensa que todos los agentes destinados a este programa han sido asignados a las unidades de inteligencia.

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A partir de ahora, los tribunales deberán determinar el destino de la información recabada por estos agentes, ya que quedan pendientes dos demandas ante la justicia. Organizaciones de derechos civiles denunciaron la ilegalidad del programa alegando que se había vigilado la actividad de determinados ciudadanos basándose únicamente en su etnicidad y su religión.

Los agentes, que siempre trabajaron de incógnito, llegaron a infiltrarse en campus universitarios para contactar con grupos de estudiantes musulmanes y tenían la orden de entablar conversaciones sobre política exterior y asuntos internacionales. Según informa el diario The New York Times, el programa llegó a designar diversas mezquitas como “empresas terroristas”, lo que le permitía recabar aún más información, como matrículas de vehículos, o grabar en sus inmediaciones, una táctica criticada abiertamente por el nuevo alcalde, y que nunca derivó en la detección de amenazas de nuevos ataques.

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