Rajoy ordena a sus delegados votar a Juncker, el candidato de Merkel
El PP español se reservaba el voto para lograr cargos en la Comisión y el Eurogrupo
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha ordenado esta mañana a sus delegados dar el voto al candidato de la canciller alemana, Angela Merkel: el exprimer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker. Rajoy mantuvo la intriga hasta el final, y con la votación empezada los 56 delegados españoles con derecho a voto -entre dirigentes del PP y eurodiputados- no sabían si tenían que apostar por Juncker o el francés Michel Barnier, el otro candidato. Este último gustaba a muchos eurodiputados, y generaba más simpatías que Juncker en la delegación española, además de que su discurso fue mucho más cautivador. Pero la negociación por arriba, entre Rajoy y Merkel, pudo mucho más. El presidente español espera con esta opción lograr una mejor posición, con la ayuda de Merkel, en el reparto de poder europeo que se producirá tras las elecciones del 25 de mayo.
En cuanto acabó el discurso de Juncker, en los bancos donde estaba sentada la delegación española, con María Dolores de Cospedal al frente, se extendió la orden que Rajoy lanzó: "Juncker, Juncker, hay que votar a Juncker". Tras la renuncia del letón Vladis Dombrovskis, el tercer candidato, el partido presionó al vicepresidente y comisario Barnier para que se retirara, con el objetivo de evitar sorpresas en la votación. Pero no logró convencerle y al final hubo votación abierta y en secreto entre dos candidatos, algo que no ha sucedido en los rivales socialdemócratas.
El Partido Popular español, uno de los mayores de Europa, es uno de los poquísimos que ha llegado a Dublín sin tener aún fijado su candidato a las elecciones europeas. El retraso de Mariano Rajoy le hizo perder la oportunidad de presentar a su candidato en un marco perfecto como el del PPE: se escaparon las fotos con la cúpula del poder europeo.
Sin embargo, este retraso tiene un motivo estratégico importante, según el entorno del presidente: antes de rematar la decisión más probable (la elección del ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, como candidato), Rajoy ha querido cerrar una compleja negociación con Merkel y otros dirigentes del PPE, reunidos en Dublín ayer jueves en una cena clave, el reparto de poder en Europa después de las elecciones del 25 de mayo.
La negociación ha sido muy intensa en los últimos días y los líderes solo tenían que rematarla. Diversas fuentes de la delegación española aseguraron que Rajoy se reservó hasta el último minuto sus bazas negociadoras para intentar apuntalar sus dos grandes objetivos: una comisaría importante que sea una vicepresidencia —es lo que España tiene ahora— además del presidente del Eurogrupo, que sería si su estrategia triunfa para Luis de Guindos, ministro de Economía. La negociación incluía el reparto de poder a un nivel menor, condicionado al resultado de las elecciones.
Los 56 miembros del PP con derecho a voto, entre dirigentes del partido y eurodiputados —eran 58 pero Jaime Mayor Oreja, que dio un portazo a Rajoy, y Alejo Vidal-Quadras, que dejó el PP, han decidido no acudir— llegaron por la mañana convencidos de que abarían apoyando a Juncker, como deseaba Merkel, pero Rajoy mantuvo hasta el final esa baza de una numerosa delegación como la española para negociar mejor y amagaba con apoyar a última hora a Barnier.
A la vuelta de Dublín, ya con la negociación cerrada, el presidente anunciará su decisión sobre el candidato a las europeas, probablemente el lunes, y hará una minicrisis de Gobierno con la sustitución de Arias Cañete probablemente por la secretaria general de Agricultura, Isabel García Tejerina. Esas eran este jueves las previsiones en el PP, aunque la información solo la tiene Rajoy y sus decisiones son siempre un misterio.
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