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La designación de Ryan da un nuevo impulso a Romney

Romney y Ryan recorren los Estados en los que podrían arrebatarle la presidencia a Obama Ambos emplean los problemas fiscales de Europa para pedir el voto

Los candidatos Romney, derecha y Ryan, en un mitin en Ashland (Virginia).
Los candidatos Romney, derecha y Ryan, en un mitin en Ashland (Virginia). JUSTIN SULLIVAN (AFP)

La elección del congresista Paul Ryan como aspirante a la vicepresidencia del Partido Republicano ha vigorizado a las bases conservadoras, hasta hace poco faltas de un claro entusiasmo por la figura de Mitt Romney, al que veían como un moderado. A apenas dos semanas de la Convención Republicana, en la que serán aclamados por su partido, los dos candidatos comenzaron el fin de semana una frenética gira por aquellos Estados que consideran indispensables para arrebatarle la Casa Blanca a Barack Obama en las elecciones del 6 de noviembre, revitalizando una campaña en la que el Tea Party ha entrado ahora con fuerza.

En sus primeros dos días de campaña, Romney y Ryan recorrieron tres Estados que en 2008 votaron a favor de Obama, y en los que las encuestas no muestran un favorito claro en estas elecciones. Comenzaron en Virginia, Estado tradicionalmente conservador que ha registrado un incremento de votantes demócratas en años recientes, gracias a la expansión de la zona metropolitana de Washington. Siguieron en Carolina del Norte, hasta hace poco bastión republicano donde Obama ganó sólo por un 0,3% de los votos en 2008. Y acabaron en Wisconsin, estado natal de Ryan, que no elige a un candidato republicano a la presidencia desde 1984.

No queremos el desempleo crónico, el lento crecimiento, el acecho permanente de las calamidades fiscales de Europa" Mitt Romney

En sus mítines de este domingo en Carolina del Norte, Romney hizo suyos muchos de los argumentos que Ryan ha empleado en años recientes en el Capitolio para defender sus propuestas de recortes y medidas de austeridad. Entre ellos, el de la eurofobia. “No queremos ser como Grecia. No queremos ser como Europa”, dijo Romney en la localidad de High Point. “No queremos el desempleo crónico, el lento crecimiento, el acecho permanente de las calamidades fiscales. El presidente Obama nos quiere convertir en algo semejante a Europa, pero nosotros queremos seguir siendo América”.

Ese predicamento es extremadamente popular entre las bases ultraconservadoras del Tea Party, del que Ryan es todo un favorito. Cuando ese movimiento nació en 2009, sus integrantes criticaban a Obama por querer aplicar un modelo socialdemócrata y europeo de cobertura sanitaria universal. Desde entonces, esa eurofobia sólo ha ido en aumento entre los sectores más conservadores del Partido Republicano, aplicada a todo tipo de políticas fiscales. Con Ryan, Romney la ha convertido en parte central del léxico de su campaña.

Necesitamos cambio, y la ayuda para lograrlo está en camino" Paul Ryan

El candidato logró lo que buscaba con la elección de Ryan: los asistentes a sus mítines se enardecieron este domingo ante la sola aparición de su nuevo número dos, a quien recibieron con gritos de “te queremos” o “América, América”. Es un cambio sustancial respecto a los mítines pasados de Romney, habitualmente comedidos, donde el público se mostraba poco cálido. Esa falta de entusiasmo se tradujo también en las encuestas: hasta el sábado Obama mantuvo una ventaja discreta pero constante en la inmensa mayoría de sondeos electorales.

A la espera de nuevos sondeos que certifiquen el efecto de Ryan sobre la campaña de Romney, la secretaria de prensa de este último, Andrea Saul, reveló este domingo que en las 24 horas posteriores al anuncio del nuevo número dos, los republicanos recibieron 3,5 millones de dólares en donaciones políticas a través de Internet. “Este es el segundo día de una campaña que va a poner al país en el camino adecuado”, dijo Romney en el discurso de High Point, de forma sintomática, como si su candidatura no hubiera existido hasta el sábado.

Los discursos de Ryan y Romney evidenciaron los desafíos a los que se enfrenta ahora la campaña de Obama. Es un presidente que llegó a la Casa Blanca hace cuatro años con promesas de cambio y mensajes de esperanza, y ahora deberá defender el status quo, sus políticas y las de los demócratas, frente a un joven político, como es Ryan, con ambiciosas promesas de renovación fiscal en el contexto de una lenta recuperación económica y un elevado desempleo.

“El presidente Obama llegó a la Casa Blanca con la promesas de esperanza y de cambio, en las que inmiscuyó a su partido”, añadió Ryan. “Y aprobó prácticamente la totalidad de su agenda política: el paquete de estímulo económico y la reforma sanitaria, por ejemplo. Y dobló las previsiones de déficit en cinco años y las triplicó en diez años... Necesitamos cambio, y la ayuda para lograrlo está en camino”.

La vida personal y la carrera política de Romney le atan a dos Estados en los que su victoria es extremadamente dificultosa. Nació en Michigan y fue Gobernador, entre 2003 y 2007, de Massachusetts. Ambos son bastiones demócratas. Con la elección Ryan, el candidato apela al Medio Oeste, una zona repleta de Estados no comprometidos políticamente. Wisconsin, con sus 10 votos electorales, queda ahora a su alcance. Y el nuevo número dos podría ayudar a decantar el voto hacia los conservadores en el vecino Estado de Iowa.

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