Trece militares israelíes se niegan a colaborar en "la opresión de millones de palestinos"
Trece militares del Sayeret Matkal, la unidad de élite del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Israel, enviaron ayer domingo una carta conjunta al primer ministro, Ariel Sharon, en la que expresan su negativa a prestarse "a la opresión en los territorios [de Cisjordania y Gaza] y a denegar los derechos humanos a millones de palestinos". Todos los sectores del país han atacado hoy a nuevos objetores, todos reservistas y nueve de ellos en servicio, sobre los que pende la amenaza de expulsión si no se retractan. El jefe del Gobierno israelí no les ha respondido aún.
Se trata de la tercera toma de postura pública en este sentido por parte de miembros del Ejército israelí, donde crece la conciencia crítica respecto a la política de Sharon. A principios del año 2002, se creó el movimiento Coraje para negarse, que hoy en día recoge las firmas de 570 oficiales y soldados en la reserva. En septiembre de este año, se sumó a la protesta un grupo de 27 pilotos de la prestigiosa Fuerza Aérea, que se negaron a atacar a combatientes de la resistencia palestina si ponía en peligro a civiles palestinos. También despertó duras críticas. Además, un tribunal militar condenó recientemente a penas de calabozo a cinco reclutas de 18 años por negarse a servir en un "Ejército de ocupación".
Prácticamente todos los sectores políticos y gran parte de la opinión pública claman hoy de forma unánime contra este "grave fenómeno", ya que las Fuerzas Armadas (FFAA), en las que sirven obligatoriamente todos los ciudadanos, "es un Ejército popular" de defensa (Tsahal). Los únicos ciudadanos eximidos de prestar servicio, aunque hay voluntarios, son los de la comunidad árabe -cerca del 20% de la población de Israel, un 90% musulmanes y los demás cristianos-, debido al conflicto de Oriente Próximo.
Los palestinos, sin asistencia médica
La negativa de esos reservistas, cuya graduación va desde la de sargento a la de mayor, coincide hoy con noticias difundidas por Jacov Kirsh, responsable de la Comisión de Seguridad de los kibutz, las granjas colectivas agro-industriales identificadas con el sector pacifista, acerca de la caída de la motivación de servir en las FFAA entre los jóvenes de esos establecimientos. También la Asociación Israelí de Derechos Humanos en los Territorios Ocupados, Betselem, ha difundido hoy un informe en el cual afirma que el 70% de los palestinos que requiere asistencia médica en hospitales de Cisjordania no la obtiene pues no logran pasar las barreras militares de control en las carreteras.
Incluso un diputado laborista, Dany Yatom, ex jefe de los Servicios Secretos (Mosad), ha recomendado "darlos de baja y juzgarlos". "Pero ello no nos libera, como sociedad, de afrontar el problema", ha agregado. Por su parte, los partidos de la derecha interpretan la carta como maniobra del sector pacifista en la oposición. En este sentido, el diputado Yosi Sarid, del frente pacifista Merets, ha expresado su oposición a los objetores pues "éste será el mejor pretexto para los soldados de la derecha cuando deban desalojar a los colonos" de los asentamientos judíos de Cisjordania y Gaza.
La mayoría de los detractores centra sus críticas en que "no deben aprovechar su condición de militares de un cuerpo de elite para manifestar sus ideas políticas", algo que en un régimen democrático pueden llevar a cabo por otros medios y en elecciones. "Nos oponemos como soldados pues es con ese carácter, y no como civiles, que nos convoquen para cumplir nuestras obligaciones militares en la reserva", ha replicado uno de los objetores, que no pueden identificarse debido a la delicadeza de sus funciones. "Las Fuerzas Armadas están desmoronándose por dentro y tenemos que abrir los ojos", ha argumentado otro de los objetores.
