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Los cinco bulos que nadie puede desterrar

Mensajes sobre atentados o secuestros son algunas de las mentiras que se repiten de forma periódica

Patricia R. Blanco
Tuit de la policía sobre el bulo de los llaveros rastreadores.
Tuit de la policía sobre el bulo de los llaveros rastreadores.

Una legión de internautas que cada día suma nuevos reclutas lucha incansable contra ellos. Pero ni siquiera el respaldo del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil ha sido suficiente para aniquilarlos. Son los bulos virales, mentiras que juegan con el miedo y el morbo, que se propagan por las redes sociales y sortean los embates de quienes, tuit en mano, intentan desmontar la falacia que entrañan.

“Los bulos suelen repetirse de forma periódica y es casi una misión imposible acabar con ellos”, reconocen fuentes policiales. La cuenta de Twitter de la policía, @policia, que dispone de 2,73 millones de seguidores, rebate casi a diario los embustes que circulan por las redes vinculados a la seguridad ciudadana. Y, pese a ello, las mentiras relacionadas con terrorismo, secuestros o bandas organizadas dispuestas a robar o incluso a asesinar a cualquier persona que caiga en su trampa vuelven una y otra vez. Según la policía, “en muchas ocasiones los bulos no tienen una finalidad concreta, tan solo difundir información falsa para generar miedo en la población, pero en otras su objetivo es captar direcciones de correo, transmitir malware [código maligno o software malicioso] o realizar posteriores campañas de correo masivo”.

Aunque, de acuerdo con la policía, los ciudadanos están tomando cada vez una mayor conciencia sobre los bulos, estos son los cinco que más se repiten:

1. Atentado terrorista inminente

El bulo más recurrente que ha detectado la policía es el que alerta de un atentado terrorista inminente. Suele aprovechar “el gancho” de otro ataque ocurrido, generalmente en Europa, para comenzar a infectar los grupos de WhatsApp con un mensaje que avisa de que el Ministerio del Interior ha elevado el nivel de alerta terrorista a 5, el máximo de la escala. Para resultar más realista, incluye una fotografía de un supuesto documento difundido por el Ministerio del Interior con un sello de este departamento y de la Dirección General de la Policía, en el que se avisa a las comisarías de “riesgo de atentado inminente” de carácter islamista. La impronta de veracidad se logra con la supuesta fuente que ha difundido el papel: siempre es un primo o amigo policía de quien inicia la cadena.

2. Un secuestrador en las inmediaciones de un colegio

Las versiones sobre el bulo del falso secuestrador varían. Unas veces se difunde un mensaje con la imagen de una persona que merodea por las inmediaciones de un centro escolar e intenta alertar a los padres para que vigilen a sus hijos. Otras veces se divulga la fotografía de un menor que ha sido secuestrado. “Generalmente el mensaje lleva el audio de alguna supuesta madre o padre”, avisan desde la policía. Pero todas las variaciones son falsas.

Cómo detectar un bulo

La mayoría de los bulos que circulan en WhatsApp o Facebook tienen unas características comunes. “Suelen ser anónimos pero siempre hacen referencia a una supuesta fuente de confianza, como el primo que es policía o un médico de un hospital”, alerta un portavoz de la policía. Además, casi todos “suelen estar redactados de la manera más atemporal posible y en un castellano neutro para facilitar su difusión en países de habla hispana”, añaden las mismas fuentes, que subrayan que en muchas ocasiones suelen contener faltas de ortografía. Para lograr mayor impacto, cuentan con un gancho que genera miedo o morbo y se aprovechan de hechos de actualidad como atentados terroristas en otros países europeos. Por último, la última pista que, según la policía, debe alertar al ciudadano de que se encuentra ante un bulo es que habitualmente incluyen una petición de reenvío, “ya sea para alertar a otras personas, para evitar la muerte o para concienciar a otros”.

3. Llaveros rastreadores

La mentira viral de un llavero rastreador que “regalan en centros comerciales” con fines delictivos es otra vieja conocida de la policía. Según este bulo, el llavero tiene “un chip” que permite al supuesto delincuente seguir a su víctima y atracarla en su casa. Pero, si quien recibe el llavero es escogido al azar, desde una lógica criminal, ¿qué gana el supuesto delincuente rastreando a una víctima sobre la que no tiene información? ¿No perdería menos tiempo escogiendo casas al azar? La policía no tiene dudas: esta información es falsa.

4. El rito de iniciación de la pandilla Sangre

El mensaje lleva más de 10 años deambulando por correos electrónicos y siendo compartido a través de Facebook y de grupos de WhatsApp: si ves un coche circulando de noche con los faros apagados y haces un cambio de luces para avisarle pasarás a convertirte en el objetivo de una banda latino-rumana que intentará sacarte de la carretera o asesinarte. Según este bulo, que una vez más lleva un sello del Ministerio del Interior y de alguna jefatura provincial de Tráfico para parecer real, es el rito de iniciación de la pandilla Sangre.

5. Las botellas de agua explosivas

Si ves una botella de agua en el suelo, no la toques: contiene papel de aluminio y sosa cáustica y al moverla puede explotar. Este es básicamente el mensaje de otro de los bulos inmortales que la policía y la Guardia Civil se ven obligadas a desmentir de forma periódica y que ha llegado a causar alerta en algunas poblaciones españolas.

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Sobre la firma

Patricia R. Blanco
Periodista de EL PAÍS desde 2007, trabaja en la sección de Internacional. Está especializada en desinformación y en mundo árabe y musulmán. Es licenciada en Periodismo con Premio Extraordinario de Licenciatura y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid.

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