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Los Objetivos de Desarrollo Sostenible alzan el vuelo en China

La aerolínea regional Xiamen Airlines se convierte en la primera empresa del sector en propagar el mensaje de la ONU y en tomar conciencia medioambiental en el país más contaminante del mundo

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Es evidente que China no parece el mejor ejemplo de desarrollo sostenible. Se ha convertido en el país que más contamina y que más recursos naturales consume del mundo, y la conciencia medioambiental todavía se encuentra en la primera infancia. No obstante, sus dirigentes son muy conscientes de los peligros a los que se enfrenta el gigante asiático –el aumento de muertes prematuras y el deterioro de la salud, la escasez del agua, el efecto devastador que puede tener el aumento del nivel del mar y el aumento de las temperaturas, y un largo etcétera– y están decididos a buscar soluciones. Buen ejemplo de ello es el inesperado papel que China está jugando como adalid de la lucha contra el cambio climático después del fiasco protagonizado por Donald Trump y Estados Unidos.

Ya lo dijo el anterior primer ministro chino, Wen Jiabao, en su último discurso: “China debe crecer menos, pero crecer mejor”. El actual presidente, Xi Jinping, es de la misma opinión, y las empresas chinas parecen haber recogido el guante. Poco a poco, asuntos como la eficiencia energética, el tratamiento de residuos industriales, la dependencia del carbón, e incluso los derechos laborales comienzan a ser tenidos en cuenta. Las leyes se adecúan a la grave coyuntura medioambiental y el régimen comunista toma conciencia de la necesidad de proporcionar mayor bienestar a la población para renovar su legitimidad al frente del país más poblado del planeta.

A pesar de todo ello, no deja de ser sorprendente que haya sido una aerolínea china la primera que apoye los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, una agenda de 17 puntos que abarcan aspectos tan diversos como la erradicación del hambre y de la pobreza, la igualdad de género, o la acción contra el cambio climático. El objetivo es lograr avances claros en los próximos 15 años. “La misión de Xiamen Airlines es mejorar la satisfacción de sus clientes, aumentar el valor de sus empleados y contribuir a la sociedad”, afirmó el presidente de la compañía aérea, Zhao Dong, durante la ceremonia de firma del acuerdo de compromiso de la corporación con la llamada Agenda 2030.

FOTOGALERÍA: El difícil compromiso chino con el desarrollo sostenible. Además de la de Xiamen Airlines, el país lanza incitativas para preservar el medio ambiente.
FOTOGALERÍA: El difícil compromiso chino con el desarrollo sostenible. Además de la de Xiamen Airlines, el país lanza incitativas para preservar el medio ambiente.Z.A.

“Aunque entre nuestros objetivos está crecer, también queremos contribuir a los esfuerzos medioambientales, por ejemplo reduciendo el consumo energético, y participar en programas para combatir la pobreza y mejorar el acceso de la infancia a la educación”, añadió Zhao. “Esta es una extraordinaria forma de extender la información sobre la agenda de desarrollo global. Y la primera de este tipo”, apostilló la subsecretaria de la ONU para la Comunicación y la Información Pública, Cristina Gallach.

Uno de los aviones más modernos de la aerolínea será pintado con el lema de los ODS y servirá para informar a la población china de unos objetivos desconocidos por la mayoría

Pero, ¿es el acuerdo con Xiamen Airlines realmente un avance en la consecución de los ODS o se trata de una mera estrategia de marketing? “Somos conscientes de la necesidad de realizar cambios importantes en el modelo de desarrollo. Es una estrategia nacional que también hemos adoptado en el seno de la empresa, que es de titularidad pública”, contesta a EL PAÍS Xia Junfeng, responsable del acuerdo con la ONU y director del departamento de Estrategia de la aerolínea regional, que cuenta con una flota de 168 aviones. Uno de los más modernos –un Boeing 787 Dreamliner– será pintado con el lema de los ODS y servirá para informar a la población china de unos objetivos que resultan desconocidos para la mayoría.

“Xiamen Airlines fue creada en 1984 cuando el presidente Xi era vicealcalde de Xiamen –localidad costera del este de China–. Desde entonces, ha disfrutado de tres décadas de beneficios, y ahora quiere convertirse en ejemplo para la industria de la aviación en el país”, explica Xia. “Xi Jinping firmó la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030 tras un viaje a Estados Unidos en el que visitó Boeing. Ahora que Xiamen Airlines comienza una expansión mundial fuerte –con vuelos a Ámsterdam, Sídney o Nueva York–, queremos convertirnos en ejemplo de esos objetivos de desarrollo”.

Ceremonia de forma del acuerdo entre la empresa y la ONU. Imagen cedida por la aerolínea.
Ceremonia de forma del acuerdo entre la empresa y la ONU. Imagen cedida por la aerolínea.

En el plan de la aerolínea la labor informativa es la que más destaca. “Además de pintar el avión de forma sostenible, no con las pegatinas habituales en la industria, ofreceremos espacio en nuestras publicaciones –incluidas redes sociales, revistas y vídeos– a los proyectos de Naciones Unidas sobre los ODS”, relata Xia. Además, Xiamen Airlines también realizará cambios en sus operaciones para ser consecuente con lo que promueve. “Queremos reducir nuestra huella medioambiental en 300.000 toneladas de CO2 al año, reciclar toda la basura generada en los aviones, donar 10 millones de yuanes (1,35 millones de euros) anuales a programas de desarrollo, y comprometernos con las zonas más pobres del país abriendo nuevas rutas que faciliten su crecimiento económico, aunque no sean rentables”, enumera Xia.

La compañía aérea también tomará medidas que afectarán a otras empresas, e incluso a los pasajeros. Porque ha prometido implementar una tolerancia cero con el tráfico de especies protegidas –varias aerolíneas chinas han prohibido ya el transporte de aletas de tiburón–, obligará a la renovación del sistema de saneamiento del aeropuerto de Xiamen, su principal centro de operaciones, para tratar todos los residuos, y continuará renovando su flota con aviones menos contaminantes. “La adopción del Boeing 787, que consume un 20% menos, nos ha permitido ahorrar 191.000 toneladas de combustible en tres años. Así se demuestra que cuidar el medio ambiente no tiene por qué estar reñido con hacer un buen negocio”, sentencia el directivo.

Xiamen Airlines quiere reducir nuestra huella medioambiental en 300.000 toneladas de CO2 al año y reciclar toda la basura generada en los aviones

Teniendo en cuenta que la aviación comercial crece en China más rápido que en ningún otro país, y que a nivel mundial supone el 2% de las emisiones contaminantes a la atmósfera, que el ejemplo de Xiamen Airlines sea referencia en la industria no parece una nimiedad. “Además, hay muchas cosas que se pueden hacer más allá de consumir menos combustible, aunque muchas pasan inadvertidas. Por ejemplo, nuestros nuevos sistemas informáticos calculan de forma muy precisa la ocupación de nuestros asientos. De esta forma, en 2016 conseguimos reducir el consumo de agua a bordo en 7.141 toneladas, y ello conllevó también un ahorro de las 811 toneladas de combustible necesarias para transportar ese agua”.

Finalmente, Xiamen Airlines también quiere convertirse en paradigma de una nueva cultura corporativa comprometida con la sociedad, algo todavía desconocido en China. En 2014, puso en marcha uno de sus proyectos más exitosos, con el que ha logrado ya 6.000 voluntarios para trabajar en 70 programas de ONG que trabajan en zonas depauperadas del país. Y no solo se centra en quienes menos tienen: también ha puesto en marcha un programa de becas para que estudiantes chinos viajen a Australia y completen allí su formación. “Cuando regresen a China, como hacen ya decenas de miles, el país se enriquecerá con sus conocimientos”, apunta Xia.

Llevará tiempo comprobar si nuestro acuerdo con la ONU, el primero del mundo en esta industria, se traduce en un impacto cuantificable para la sociedad Xia Junfeng, responsable de Xiamen Airlines del acuerdo con la ONU

Xiamen Airlines es un buen ejemplo del poder que tienen los dirigentes chinos a la hora de dictar políticas que terminan impregnando el tejido empresarial, también más allá del que respecta a la esfera pública. La centralización política del régimen comunista supone que las medidas que se dictan en Pekín se extienden rápido por todo el país. Y, teniendo en cuenta que el desarrollo sostenible se ha convertido, por fin, en una prioridad política, es evidente que pronto se verán muchos casos como este. La reducción en el consumo de carbón, el incremento del porcentaje que las renovables representan en el menú energético del país, el aumento de la eficiencia industrial, y el impulso de todo tipo de iniciativas verdes son razón para la esperanza en un panorama especialmente oscuro.

“Llevará tiempo comprobar si nuestro acuerdo con la ONU, el primero del mundo en esta industria, se traduce en un impacto cuantificable para la sociedad”, reconoce Xia. “Pero ya estamos viendo algunos pasos positivos. Por ejemplo, el director general de China Southern [una de las tres principales aerolíneas del país, con base en la capital manufacturera de Guangzhou] nos visitó junto a cien altos cargos de la empresa para aprender de nuestro proyecto. No es común que la empresa matriz tome como ejemplo a la subsidiaria [China Southern posee el 55% del capital de Xiamen Airlines], así que creo que vamos por el buen camino”.

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