Seis lecciones que sí puedes aprender de los desfiles de Madrid
La Mercedes-Benz Fashion Week Madrid deja un puñado de pistas más útiles de lo que parecen
1. Si dudas, estilo militar
“La militar es la mejor sastrería de todas. Siempre hay que volver a ella cuando se hace ropa para hombre”. Esto lo dice Juanjo Oliva, que presentó su primera colección masculina entre las salidas para mujer del desfile de su nueva marca, Oliva. “En realidad de lo que se trata es de tener un buen armario”, explicaba sobre la ropa, una propuesta relajada que en ocasiones nadaba en la concurrida piscina del género fluido pero que en otras era utilitaria, masculina y singular. Había pantalones de trabajo, abrigos y ‘pea coats’ con pinzas en la espalda, una cazadora de piel con capucha e incluso botas Dr Marten’s reformuladas sin cordones (una colaboración sorpresa). Es verdad que las botas son perfectamente unisex, pero la norma sigue siendo la misma: la única desmilitarización en la que no vale la pena creer es la del armario.
2. Saca la camisa blanca y píntala
Una de las pocas pistas de estilismo aptas para el hombre de a pie que se podían sacar del desfile de 44 Studio, un homenaje nada tímido a la andrógina de los Nuevos Románticos de los años ochenta, es un clásico punk: la camisa blanca con mensaje. En el caso de 44 Studio ponía ‘Fade to grey’, título de su colección y del hit con el que el grupo británico Visage alcanzó el éxito en 19XX. Una canción que retrata la atmósfera fría y sintética que gustaba por entonces, y que Xavi García y Franx De Cristal, los diseñadores, homenajearon con terciopelo azul, hombreras y la pata de gallo gigante. Pero también con camisa blanca.
3. Ya se puede hablar de política
Si la última edición de la pasarela neoyorquina ha estado repleta de declaraciones de intenciones políticas –efecto Trump mediante–, en la MBFWM hemos tenido a Ana Locking, cuya colección rendía homenaje a los Panteras Negras mientras la banda sonora reproducía discursos de Martin Luther King. De su propuesta, una revisión de la moda militar en tonos metálicos, rojos y nudo, nos quedamos con las solapas anchas que remiten a las luchas afroamericanas de los años setenta, a la cultura funky y a la sastrería estadounidense. Si el corte entallado agoniza, es normal que las solapas se ensanchen.
4. Guarda esos pantalones pitillo
La colección que García Madrid ha presentado en una performance inspirada en la música impresionista de Erik Satie anticipa con sus cortes holgados y sus pantalones anchos el fin del pantalón de pitillo y el entallado extremo. De momento no parece probable que vayamos a regresar a los pantalones rectos y anchos de los noventa, pero el punto intermedio que plantea Manuel García ya es un paso interesante, especialmente en una firma con un público tan fiel y realista. Nota al pie: el tobillo al aire también tiene los días contados.
5. La bomber es la nueva americana
En estos últimos años, con la bomber ha sucedido lo mismo que con el abrigo de paño marrón, la casaca militar, la gabardina beige o el cardigan de punto: que, lejos de ser una moda pasajera, se ha incorporado al repertorio estilístico millennial por derecho propio. De hecho, una bomber naranja es una de las piezas estrella del avance de Dos Estudio que ha presentado Moisés Nieto en su desfile de la MBFWM. El proyecto es una nueva firma de moda masculina de líneas limpias, inspiración deportiva y colores rotundos con la que el diseñador ubetense se estrena en la moda masculina.
6. No te reprimas
La performance con la que Palomo Spain presentó Objeto sexual, la colección con la que ha debutado esta temporada en Nueva York, fue un máster en homoerotismo. Un cuadro viviente de chicos vestidos de la marca evolucionaba en cada sala del Club Matador, bautizada según su temática (Disco Room, Sex Room, Relaxing Room y Virginity Room). Bailaban, se besaban, tonteaban entre sí o con el público. Había volantes y ligueros y transparencias y sedas y plumas y tocados. Palomo se encoge de hombros: “Todos los chicos deberían llevar un abrigo de animal print y botas de media caña. O un traje de lentejuelas de pata de gallo”. La presentación de Objeto sexual, sobre todo, fue un master en libertad creativa y sana desinhibición.
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