Supervivientes del cáncer de mama desfilan en Nueva York
Una docena de modelos muestran sus cicatrices en la pasarela de la firma de lencería AnaOno Intimates
Dentro de la Semana de la Moda de Nueva York también hay lugar para desfiles más reivindicativos. Si los grandes diseñadores han apostado en sus shows por resaltar el poder de las mujeres y Madeline Stuart, la modelo con Síndrome de Down, ha vuelto dos años después a Manhattan para presentar su propia colección de ropa, la firma de lencería AnaOno Intimates ha subido a su pasarela a mujeres que luchan contra el cáncer de mama o que ya han superado la enfermedad.
Mujeres orgullosas de sus cicatrices desfilaron en ropa interior para recaudar fondos con el objetivo de ayudar a las pacientes que padecen cáncer de mama. “Me siento bella, sexy”, decía una de las participantes. Algunas de ellas mostraron sus mastectomías, otras sus cicatrices y otras sus cirugías reconstructivas de pecho en un desfile para la marca AnaOno Intimates, cuya diseñadora, que padeció esta enfermedad cuando tenía 27 años, ha creado modelos pensados para ellas. “Sexis y descaradas”, decía Dana Donofree, la creadora.
El desfile estuvo introducido por la oscarizada actriz Mira Sorvino, y tras ella una docena de modelos con lencería, encaje, subidas a altos tacones y plataformas que recibieron el aplauso del público que se desplazó hasta el sur de Manhattan en un desfile fuera del calendario oficial de la Semana de la Moda celebrado el domingo por la noche.
“Me he sentido poderosa, muy poderosa, porque estoy cansada de sentirme como avergonzada por tener cáncer y no tener pechos como una mujer”, aseguraba Chiaro D'Agostino, de 45 años, que fue diagnosticada en 2016. “Tenga o no pezones y pechos, soy una mujer”, añadía tras subirse a la pasarela.
Donofree, que tras ser diagnosticada fue sometida a una doble mastectomía, fundó la marca en 2015 después de someterse a la cirugía reconstructiva y darse cuenta de que la lencería no le quedaba de la misma forma. “Es un momento muy importante para ellas salir allí y experimentar algo como esto porque el cáncer de mama ha tomado su cuerpo”. “Necesitamos exponerlo al público y que sepan que es una enfermedad que mata a mujeres”, comentaba una de las modelos que se subió a la pasarela solo cinco semanas después de pasar por quirófano. “Me sentí sexy, bella y orgullosa”, terminaba Paige Moore, de 24 años. “Las cicatrices son sexy e increíbles, estoy viva y me siento bien. Es todo lo que importa”.
“Mientras lentamente reconstruía mi autoestima y confianza, primero con un tatuaje sobre la mastectomía, después hablando a otras mujeres sobre la vida tras el tratamiento, y, finalmente, probándome mi primer sujetador con prótesis, me pregunté por qué nada de esto formaba parte de algo más grande", explica la diseñadora sobre el inicio de su marca en su página web.
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