Ya podríamos quemar los billetes
La tecnología para acabar con el papel moneda ya está disponible. Los defensores del dinero electrónico destacan que es más seguro, crea empleo y elimina el fraude
Clin. Clin. Clin. Money… Este éxito de Pink Floyd no se entenderá en el futuro, cuando el dinero contante y sonante haya desaparecido de la faz de la tierra y en su lugar una montaña de transacciones digitales controle el designio de todas nuestras cuentas. Todavía es pronto para saber cuándo sucederá, pero tal y como avanza la tecnología, parece seguro: las monedas dejarán de tintinear en los bolsillos y en las canciones.
Dinamarca es el país que siempre se pone como ejemplo de esta transformación. Es uno de los más avanzados en los pagos digitales y el único que ha intentado poner fin a su moneda (la corona danesa). Un plan para 2030 que finalmente se descartó por el cambio de Gobierno. Los ciudadanos daneses tienen interiorizado el uso de su móvil o tarjeta de crédito para comprar todo tipo de cosas, hasta una simple barra de pan o un periódico. “En este país la banda ancha ha penetrado en todos los hogares. Y el móvil se usa para todo. Mucho más que la tarjeta. Tanto como que, si vas a una feria de artesanos y quieres comprar un trozo de un queso en su puesto con monedas, les creas un problema. MobilePay es la aplicación que lanzó el Danske Bank en 2013 y que se ha convertido en un sistema universal. Porque en Dinamarca la tecnología es una commodity y todo el mundo tiene la app. Así se pagan los impuestos, las compras, los suministros e incluso los gastos del colegio”, explica Sanyu Karani, emprendedor de origen indio, cuya educación y carrera profesional se han desarrollado en España, aunque actualmente reside en Dinamarca, “el país donde más innovación hay de Europa”.
Y es que la tecnología para acabar con el efectivo ya está disponible. En Dinamarca [donde en solo tres años MobilePay ha logrado 3,5 millones de usuarios, es decir, cerca del 63% de la población] y en el resto del mundo. De hecho, los pagos digitales mundiales tuvieron un crecimiento récord del 10% en 2015, según el último informe World Payments Report 2016 de Capgemini, hasta alcanzar los 426.300 millones de operaciones.
Es más, el hallazgo de la tecnología blockchain o cadena de bloques o red distribuida, que ha servido para desarrollar las primeras criptomonedas, “lo cambia todo”, según Manuel Polo, desarrollador de una de las primeras startups españolas para hacer transacciones con bitcoin. “Es el nuevo paradigma que va a revolucionar el sistema financiero y muchos otros”, Pero hace falta un gran cambio cultural para que el ciberdinero se convierta en la moneda de cambio. Y aquí es donde radica uno de sus principales problemas.
En España “prevalece el pago en efectivo (84% del total de las transacciones) por razones económicas (influencia de la economía sumergida) y de comodidad de uso (una amplia red de cajeros automáticos)”, sostienen la consultora PwC e IE Business School en su informe Medios de pago, un paisaje en movimiento. Algo que no ocurre en los países escandinavos. En Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca los pagos en efectivo apenas representan el 20% del total.
Ventajas del ciberdinero
Pero, ¿por qué han abrazado estos países el ciberdinero con tanta fuerza y tan rápido? “Porque solo tiene ventajas”, opina Carmen Alonso, directora general de Visa Europe en España. “El dinero digital genera un ciclo beneficioso para la economía y la sociedad al impulsar el consumo. Según un reciente estudio que hemos encargado a Moody’s Analytics, el incremento de los pagos con tarjeta entre 2011 y 2015 ha creado 2,6 millones de empleos en los 70 países analizados”.
El anterior gobierno danés justificaba su propuesta de eliminar el papel moneda alegando que es más caro (tanto producirlo, como intercambiarlo o guardarlo), menos seguro y más sucio que el electrónico. “Emitir billetes y monedas tiene un coste muy elevado, mantener los cajeros electrónicos también es caro y puede haber atracos en los bancos”, sostiene Rodrigo García de la Cruz, director de Innovación Financiera del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) y vicepresidente de la Asociación Española de FinTech e Insurtech.
Además, el dinero electrónico permite erradicar el fraude de la economía, puesto que todas las operaciones están controladas de principio a fin y la huella digital es fácil de seguir. Es lo que se llama trazabilidad. “Si Hacienda quiere controlar las operaciones, es mucho más sencillo que con el dinero en efectivo. El pago digital queda registrado, el banco tiene acceso, y elimina así la fuente de la transacción ilegal que es la que se hace con dinero contante y sonante”, indica Jesús Palau, profesor de Economía y Finanzas de Esade. “No habría blanqueo de capitales y el pago de impuestos sería igualitario”, apostilla García de la Cruz.
“No me explico por qué no se impone el dinero digital”, afirma el profesor de IEB, más aún en un país como España, con la mayor penetración de smartphones de Europa [el 81% de la población tiene un teléfono inteligente, según la Fundación Telefónica]. ¿Quizás porque los bancos tengan detrás del efectivo un modelo de negocio que no sería rentable para las pequeñas transacciones digitales o porque en este tipo de operaciones intervienen varias compañías que se tienen que llevar comisiones?, se pregunta. “Con la tecnología que existe no tiene sentido llevar dinero en los bolsillos”, sostiene. “Es un anacronismo que no se puedan hacer micropagos por Internet o que se tarde días en realizar operaciones financieras que podrían ser instantáneas”, apoya Manuel Polo.
Todo por mi 'wallet'
A la espera de que el sistema que ha hecho posible el bitcoin y el resto de criptomonedas, el mítico blockchain, explote todo su potencial, los bancos españoles se están lanzando de lleno a desarrollar el pago a través del teléfono móvil con sus aplicaciones conocidas como wallet. BBVA, ING, Sabadell, Santander, CaixaBank, Bankia y un largo etcétera de entidades llevan un par de años en la carrera de desplegar las app entre sus clientes y dotarlas de todo tipo de utilidades. Por ejemplo, la entidad presidida por Francisco González anunció la semana pasada que ya se puede abrir una cuenta de forma inmediata mediante un selfie enviado desde el smartphone.
“El boom de 2016 es el pago por móvil. Acabamos de lanzar Bizum junto a otras entidades para mejorar nuestro wallet. Y cada mes incrementamos un 20% las transacciones electrónicas. Actualmente cerca del 30% de la población paga ya con dinero digital”, explica Montse Guardia, directora de servicios digitales de Banco Sabadell.
Bizum es una plataforma tecnológica que integra las aplicaciones de la treintena de bancos que se han unido en torno a ella para hacer transferencias instantáneas entre particulares a través del móvil, de momento de forma gratuita. “Es una iniciativa muy cercana al usuario final”, opina Guardia.
Aunque, según Rodrigo García de la Cruz, se trata de un movimiento defensivo de los bancos ante la entrada en el negocio de los pagos móviles de las grandes tecnológicas, como Apple o Google.
El futuro se llama 'blockchain'
Y ese movimiento es el que subyace también tras su interés por el desarrollo del blockchain, “una de las propuestas más brillantes de nuestro siglo”, según decía el experto digital Andrés Pedreño en su artículo Las 10 revoluciones que nos cambiarán en #Talentodigital, en el que destacaba cómo la “eclosión de las fintech, un desarrollo de startups e innovación sin precedentes de ámbito mundial está reinventando el mundo del dinero y los servicios financieros a través de la tecnología digital”.
Ellas son las impulsoras de la tecnología que dio origen a la primera moneda virtual y al desarrollo de sus aplicaciones. Y una amenaza para las entidades financieras, según Manuel Polo. Los bancos van a la zaga. De momento, “están utilizando el blockchain para buscar ahorros de costes internos”, según el vicepresidente de la Asociación de Fintech, en vez de para ofrecer servicios a los usuarios.
“Estamos en el punto de inicio de esta tecnología, que va a ser trascendental para el sistema financiero porque permite inmediatez, seguridad y transparencia”, reconoce Montse Guardia. Banco Sabadell utiliza por ahora este sistema encriptado que comunica dos nodos entre sí sin necesidad de un sistema central para mejorar los procesos internos. De momento, “su importancia a nivel tecnológico es clave, pero a nivel modelo de negocio tenemos que aterrizarlo”.
La utilización del blockchain en productos y servicios destinados al usuario se está testando todavía. Podría servir para realizar pagos internacionales, para transacciones comerciales y financiación internacional, para los mercados de capitales... Así lo cree Mario Pardo, responsable de estrategia digital de BBVA, entidad que está trabajando con esta tecnología desde distintos flancos. Lo hace de forma interna, con su propio equipo; a través de compañías y startups en las que participa, colaborando junto a IBM y Microsoft y también como miembro del consorcio R3, creado junto a otros grandes bancos internacionales "para tratar de explorar las posibilidades que ofrece el blockchain". Este grupo de entidades financieras ha hecho estudios sobre 40 posibles usos comerciales y ahora está analizando su impacto en un producto como los créditos sindicados. “Le vemos muchas ventajas y un enorme potencial, pero cuando hablamos de escalar esta tecnología, comprobamos que requiere más desarrollo”, sostiene Pardo.
“Es una tecnología exploratoria que puede permitir que en cinco o diez años proporcionemos unos servicios más rápidos y seguros”, añade. Su potencialidad es cambiar la forma que tienen los bancos de hacer las cosas, sus procesos. “Y esto tendrá impacto en nuestros clientes, que en cuestión de segundos verán trasladado su dinero de un país a otro, en vez de esperar días como ocurre actualmente”, agrega Pardo.
Aunque antes de que esto suceda, al blockchain le quedan varios retos por superar. La tecnología ha de estandarizarse, debe crearse un marco legal y regulatorio para ella y debe ganarse la confianza del usuario, según Álvaro Martín, responsable de regulación digital de BBVA.
Los bancos no quieren criptomonedas
El sistema que subyace tras los cientos de monedas virtuales que existen se “está desarrollando bajo el método prueba-error. Y tenemos que estar seguros antes de lanzarlo”, admite el responsable de estrategia digital de BBVA.
Las entidades financieras buscan las aplicaciones de ese sistema, pero en ningún momento se han interesado por desarrollar criptomonedas, otra de las patas del banco del dinero digital. De hecho, así lo asegura Banco Sabadell y también BBVA, que considera que el peso que el bitcoin (la primera y más desarrollada de las monedas virtuales) tiene en la economía y la operativa de pagos es “ínfimo”.
“La amenaza del bitcoin para la banca es cierta. Apareció en 2009 y ha revolucionado el mundo del dinero, al poder moverlo de un sitio a otro sin que nadie pueda copiarlo y al eliminar a los intermediarios. A las entidades financieras les interesa hablar de blockchain y no de monedas virtuales, que atacan su negocio”, sostiene Manuel Polo, creador de la startup desaparecida Pagobit y experto en esta tecnología.
“Aún falta mucho tiempo para que el usuario utilice las criptomonedas y los servicios que se desarrollarán a partir del blockchain. No solo falta regulación, sino concienciación por parte de la gente, que es reacia al cambio”, continúa Pardo.
¿Desaparecerá el dinero en efectivo? “Estamos ante un cambio de generación [llegan los millennials y luego lo harán los nativos digitales]. Pero primero necesitamos hacer la transformación digital, no solo entender la filosofía del dinero virtual, sino confiar en él, y para eso aún queda mucho”, zanja Montse Guardia. Mientras, al fondo, se escucha la caja registradora y el tintineo de las monedas de la canción que el grupo británico Pink Floyd convirtió en número uno de ventas en 1973.
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