¿En qué municipios madrileños se ha cebado más el desempleo durante la crisis?
Las comarcas más alejadas, al suroeste y al sureste, concentran los mayores crecimientos de paro
Estimación del paro en Madrid por municipios
% de paro registrado en 2016, en función de la población potencialmente activa (personas de 16 a 64 años)
El desempleo, con casi medio millón de parados, sigue siendo un gravísimo problema en la Comunidad de Madrid, pese a los claros síntomas de recuperación económica. Pero su impacto, muy distinto en unos puntos y en otros de la región, ha dejado un paisaje todavía más desigual tras ocho años de crisis. 13 de los 20 municipios con mayores crecimientos del desempleo entre septiembre de 2008 y septiembre de 2016 (estimado a partir del paro registrado y de la población en edad de trabajar) se concentran en los extremos sureste (la comarca de las Vegas) y suroeste (la comarca de la Sierra Oeste) de la región. En una sociedad cada vez más urbana, las zonas periféricas se quedan en absoluta y creciente desventaja.
“Yo estoy en el paro y mi marido, que es albañil, también. Mi cuñado y mis dos sobrinos [de 18 y 20 años] están igual”. Yolanda Vega tiene 31 años y lleva 11 viviendo en Cenicientos, el último municipio de la región en su extremo suroeste, a más de una hora en coche desde el centro de la capital. En este pueblo de 2.000 vecinos que está en la más absoluta bancarrota (tiene una deuda de 11 millones de euros con un presupuesto anual de 1,6 millones), donde casi todos trabajan fuera y se dedican (o dedicaban) a la construcción, “el mayor problema es ese: el desempleo”, dice su alcaldesa, Natalia Núñez (PSOE), sin dudarlo.
El paro, en la crisis
Variación de la estimación de paro de 2008 a 2016, en puntos
El paro registrado en Cenicientos se ha multiplicado por 2,5 entre septiembre de 2008 y septiembre de 2016 (de 98 a 246 personas), pasando de representar el 8% de la población potencialmente activa (de 16 a 64 años) al 20,1%, el mayor crecimiento de toda la región que le deja con el tercer porcentaje más alto, solo por detras de sus vecinos de Cadalso de los Vidrios (20,7) y, muy al este, Ambite (20,8).
Ante la falta de datos precisos de la tasa de desempleo por municipios (la Encuesta de Población Activa, EPA, no desciende hasta ese nivel), esta aproximación se ha hecho a partir del paro registrado (las personas que están apuntadas como demandantes de empleo) como porcentaje de la población potencialmente activa. Hay que advertir que esta cifra no es comparable con la tasa de paro que da la EPA, pues esta es una encuesta que da la proporción de parados (tanto los que están registrados en los servicios públicos de empleo como los que no) sobre la población efectivamente activa (que es solo una parte, pues otra ni tiene empleo ni lo busca porque tiene algún otro sustento). Por eso, el porcentaje de nuestra estimación para el conjunto de la región (9,7% de la población potencialmente activa) está muy por debajo de la tasa de paro EPA: 15,19%.
Los resultados obtenidos, en todo caso, señalan una tendencia muy clara que deja en mejor posición la zona central y metropolitana de la Comunidad, y en la cuneta a los extremos, sobre todo, el suroeste y el sureste. En la Sierra Oeste, además de Cenicientos y Cadalso de los Vidrios; Fresnedillas de la Oliva, Navas del Rey, Pelayos de la Presa, Santa María de la Alameda y Villamantilla están entre los 20 municipios sobre los que más se ha cebado el desempleo durante la crisis. Y en la comarca de Las Vegas, al este, están Ambite, Carabaña, Perales de Tajuña, Tielmes, Titulcia y Villamanrique de Tajo. Todos ellos han subido entre 5,7 y 12 puntos su porcentaje estimado de paro (la subida media de la región fue 3,2).
"No son extraños los resultados dados sus niveles de despoblamiento y actividad económica. Son dos de las tres zonas menos favorecidas de la Comunidad", señala el profesor de Economía de la Universidad de Alcalá Federico Pablo-Martí. "El desempleo creció con más intensidad en aquellas periferias metropolitanas donde residen grupos de población (a veces parejas jóvenes en busca de viviendas más baratas) con menores ingresos, menor cualificación, empleos más precarios en la construcción o en actividades de servicios al consumo, etcétera", añade el economista y geógrafo del CSIC Ricardo Méndez.
En Cenicientos (cuyo paisaje granítico de color ceniza seguramente inspiró su nombre), la alcaldesa Natalia Núñez busca una fórmula imposible para ayudar a los vecinos a levantar cabeza sin dinero alguno para hacerlo. Lamenta que el Consistorio se haya visto obligado por las deudas a engordar las cifras del paro (de 93 empleados han pasado a tener contratados 21) y habla de sus planes para fomentar el turismo en una zona natural tan rica como la suya. Con un montón de carpetas sobre la mesa, explica que está pidiendo todas las ayudas que ha encontrado y se queja de que ha tenido que elegir solo a 10 de los 30 vecinos que cumplían los requisitos para acceder a una subvención de formación y empleo de la Comunidad de Madrid. “Hacen un reparto por municipios y toca lo que toca, aunque aquí lo necesitemos más”, se queja.
Las oportunidades están en la ciudad
"La tendencia general es que las zonas urbanas vayan ganando relevancia en detrimento de las menos densamente pobladas. Nos dirigimos hacia una sociedad cada vez más urbana y de servicios y en ella las ventajas aumentan con el tamaño de la ciudad (o conurbación)", insiste el profesor Pablo-Martí. El investigador de la Complutense Daniel Sorando, pese a que pone algunos reparos al método usado aquí para estimar el impacto del paro registrado por municipios, admite que "se constata una y otra vez es la brecha divide la Comunidad de Madrid, lo cual es coherente con que los municipios con mayor paro registrado estén en el Sureste y Suroeste".
En todo caso, advierte contra el peligro de "enfatizar una problemática que afecta a un porcentaje de población mínimo" y prefiere poner el foco en el área metropolitana. Si nos centramos en la treintena de ciudades que la componen, los resultados también apuntan a una clara brecha en el mundo urbano, aunque esta vez las subidas registradas por encima de la media regional (3,2 puntos) se concentran —en seis de los 10 casos registrados— en el sur: Pinto, Leganés, Parla, Getafe, Alcorcón, Móstoles. El resto son la capital y tres ciudades del este: Torrejón de Ardoz, Alcalá de Henares y Mejorada del Campo.
En el lado contrario, donde menos ha variado el porcentaje de paro (por debajo de los dos puntos) es en la zona más rica, el oeste: Pozuelo de Alarcón, Villaviciosa de Odón, Majadahonda, Boadilla del Monte, Las Rozas, Villanueva del Pardillo y Villanueva de la Cañada. Junto a ellos, hay una excepción al norte (Paracuellos del Jarama) y un elemento extraño al sur: Humanes de Madrid. Eso sí, en el caso de esta localidad de 20.000 habitantes enclavada entre Fuenlabrada y Parla, se puede concluir que se ha movido muy poco (1,8 puntos), porque la cifra ya era en 2008 la más alta de toda la corona metropolitana: 10,8.
Milagros estadísticos en la sierra norte
De los 179 municipios de la Comunidad de Madrid, hay 11 que tienen ahora menos paro registrado que en 2008. Y de ellos, nueve (Gargantilla del Lozoya y Pinilla de Buitrago, La Hiruela, Horcajo de la Sierra-Aoslos, Horcajuelo de la Sierra, Navarredonda y San Mamés, Pinilla del Valle, Prádena del Rincón y Puebla de la Sierra y Redueña) están en la misma comarca, la de la Sierra Norte. Todos, además, son pueblos muy pequeños (el mayor tiene 350 habitantes) en los que minúsculas diferencias de población o en el mercado de trabajo pueden cambiar enormemente el paisaje del municipio.
Aún teniendo eso en cuenta, no deja de ser llamativo que, a su vez, cuatro de esos pueblos se concentran en una sola subcomarca, la de la Sierra del Rincón, una enorme zona de más de 15.000 hectáreas donde viven apenas 700 personas, declarada por la Unesco Reserva de la Biosfera. Y la quinta localidad de la zona, Montejo de la Sierra, apenas ha subido 0,6 puntos. Todos, asimismo, están por debajo de la media de la Comunidad: La Hiruela (2,9%), Horcajuelo de la Sierra (3,6%), Montejo de la Sierra (4,78%), Puebla de la Sierra (5,8%) y Prádena del Rincón (8,2%).
"Es verdad que hay algo de trabajo en los restaurantes y el turismo rural, y también están la planta de madera y los retenes forestales, pero yo creo que la razón principal es, simplemente, que la gente se ha ido", dice Carlos Rivero, secretario de los Ayuntamientos de Horcajuelo, Prádena y Puebla. Y no se trata de las subidas y bajadas del censo (que se ha reducido en torno a un 6% de media en la zona), sino de quién se va y quién se queda.
Por ejemplo, en Montejo ha crecido la población, pero por la parte de los menores de 16 años, y también ha crecido en Prádena, pero con gente que ya trabajaba fuera, dice Rivero. Mientras, continúa, los que vivían allí y se quedaron en paro, ante la imposibilidad de encontrar empleo en un lugar tan alejado de la capital, se marcharon. Así, aunque eso haya hecho que baje el paro registrado, no se trata de una buena noticia, ya que quiere decir que la crisis ha reforzado esa atracción hacia las zonas urbanas y ha empeorado todavía más el despoblamiento en la zona.
Los otros dos pueblos madrileños donde ha bajado el paro registrado desde 2008 son Talamanca del Jarama (3.371 habitantes al este de la región) y Valdaracete (639 en el sureste).
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