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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La guerra del Ejército de Tierra se libra en Twitter

Deporte es deporte, pero Ejército es Ejército y el nuestro no debe usar frases belicistas del franquismo para felicitar a Nadal

Berna González Harbour
Alberto Garzón.
Alberto Garzón.Carlos Díaz (EFE)

El himno español volvió a sonar ayer en Río de Janeiro, y la noticia no fue solo que un piragüista balear conquistara una nueva medalla de oro para España con el sabroso añadido de lo imprevisto, del valor de un David que se carga a varios Goliat de un plumazo en los últimos metros de una carrera, sino que eso no generara más disgustos en casa.

Los primeros días de estos Juegos fue TV-3 quien dio la nota al atribuir a Purito Rodríguez la senyera en lugar de la bandera española con la que se clasificó quinto en ciclismo en ruta, ya que no consta equipo catalán olímpico alguno en Río. Y estos días ha sido el Ejército de Tierra.

Para animar a Rafa Nadal mientras se batía este domingo sin éxito, el Twitter marcial eligió esta frase belicista dedicada por Camilo José Cela al general José Millán Astray en 1949 en El Alcázar: “La guerra no es triste, porque levanta las almas... porque nos enseña que fuera de la Bandera, nada, ni aún la vida, importa. Gracias, Rafa”. La intención del Ejército era noble, felicitar a Nadal por sus esfuerzos aunque sucumbiera derrotado, pero la frase elegida no cuadra bien con este siglo, digamos. Por ello, por la carcajada y la indignación general que se escuchó en Twitter al convertirse el asunto en trending topic bajo el nombre #TuiteaComoUnMilitar, el Ejército retiró el tuit y pidió disculpas. Le costó algo más desbloquear a Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida, al que el Ejército de Tierra inexplicablemente había bloqueado como spam.

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John Carlin nos enseñó en El factor humano que Mandela usó el rugby para evitar la guerra civil en Sudáfrica; y las grandes competiciones nos recuerdan cada día que las buenas guerras hoy se libran en las canchas y en estadios, aunque luego tengamos que soportar las grandes frases de entrenadores y jugadores en lugar de las de Churchill. Merece la pena. Los islandeses recibieron este verano a sus jugadores como auténticos conquistadores vikingos que hubieran invadido Mercia y Northumbria a la vez, aunque apenas llegaron a cuartos de final. Y Portugal alzó la Eurocopa con orgullo renovado después de tantos años mordiendo el polvo de la crisis. Fútbol es fútbol y deporte es deporte, sí, pero nos llena de alegrías o excusas para el orgullo nacional o las trampas.

Y es que Ejército es Ejército, también. Garzón registró ayer en el Congreso una pregunta al Gobierno sobre “la exaltación de la guerra y de ideología franquista desde la cuenta oficial”, inconforme con las explicaciones del Ejército, que pidió disculpas y retiró el tuit y desbloqueó su cuenta tras reconocer “un error”. Y la diputada del PSOE y comandante retirada del Ejército Zaida Cantera ha criticado que el mensaje “trivializa la guerra y desprecia la vida”.

Sin sacar mayores conclusiones, el Ejército debe saber que las guerras de hoy no solo se libran en las canchas, sino también en Twitter. Simplemente, cuidado.

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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