China se apoya en España en su primer gran congreso gastronómico

Poseer una cultura milenaria puede convertirse en una pesada losa. Es lo que le sucede a China en el ámbito gastronómico, donde la rigidez de su tradición culinaria ha supuesto un freno para la innovación. Consciente del potencial que tiene el fascinante universo de su variada cocina, el país más poblado del mundo se ha propuesto levar el ancla y promover una ambiciosa transformación que le permita competir por la vanguardia que ahora representa Occidente. En esta estrategia se enmarca el primer gran congreso internacional gastronómico que se celebra en la ciudad de Shanghái. Sabor Fusión, un evento de dos días que arrancó este martes con España como país invitado, reúne a los mejores chefs de ambos países para crear un diálogo en los fogones.

“El objetivo es doble: por un lado está servir de catalizador para la innovación gastronómica de China a través de la interacción con chefs que están a la vanguardia, de los que pueden aprender técnicas diferentes; y por otro nuestra meta es también mejorar la imagen de España como potencia culinaria mundial en un mercado muy importante, algo que se potencia también con una zona expositiva para empresas del sector”, explica el donostiarra Pol García, coordinador del grupo de cocineros extranjeros afincados en Shanghái.

Sin duda, la elección de la capital económica del país para celebrar Sabor Fusión no es casualidad. Se trata de la ciudad más cosmopolita de China, un hecho que le ha permitido desarrollar más su gastronomía y que ha llevado a la Guía Michelin a decidirse por ella para aterrizar en la china continental con un primer tomo que publicará el año que viene. “Los chinos son unos apasionados de la comida. Esperamos unos 8.000 asistentes, entre los que un 70% serán especialistas de la industria gastronómica, y muchos más disfrutarán de los menús especiales que diferentes restaurantes han preparado para esta semana”, añade Sandra Grano de Oro, responsable de comunicación de Sabor Fusión. “En un principio pensamos en coordinarlo con Madrid Fusión, pero al final ellos se decantaron por Manila y hemos decidido organizarlo por nuestra cuenta”.

El acontecimiento, celebrado en un gran centro de convenciones del corazón financiero de la ciudad, se estructura en tres pisos: el primero cuenta con un pequeño recinto ferial para empresas de diferentes sectores -desde el vino hasta los cuchillos-, así como espacio para clases de cocina básicas y para un concurso culinario al estilo de MasterChef; en el auditorio del segundo piso los cocineros distinguidos con estrellas imparten clases magistrales; y en el tercero se celebran las catas de Vino Fusión. Para acceder a los dos últimos es necesaria una entrada especial que cuesta 2.888 yuanes (390 euros), pero, a pesar del precio, en su primera jornada estuvieron casi llenos.

“Estamos contentos por lo que vamos a poder mostrar, pero también por lo que vamos a aprender. La de China es una cocina muy desconocida a la que nos acercamos desde una perspectiva muy turística por la idiosincrasia de los restaurantes chinos de España. Este congreso servirá para promover una fusión de conocimiento”, comenta Diego Herrero, coordinador de los cocineros con distinciones Michelin. “Los chinos tienen mucho sabor y están empezando a hacer vanguardia”, animó mediante un vídeo el excéntrico cocinero de Diverxo, Dabiz Muñoz.