Zika: ¿realmente hay motivos para suspender los Juegos Olímpicos?
Lo que está en juego aquí es una cuestión de salud global. La pregunta clave es si proceder con el evento favorecerá la propagación del virus hacia países donde abunda el vector
El zika vuelve a ser objeto de debate, esta vez en torno al riesgo que supone llevar a cabo los Juegos Olímpicos en Brasil. Antes que nada, es importante hacer una distinción entre el riesgo para la salud individual de los atletas y turistas, y el riesgo para la salud pública.
En el caso de atletas, delegaciones acompañantes y turistas, el riesgo es mínimo, ya que la infección por el virus del Zika causa síntomas leves (sarpullido, fiebre) y de duración limitada (unos cinco días). Algunos adultos han desarrollado un síndrome neurológico (síndrome de Guillain-Barré), aunque la frecuencia de esto parece ser extremadamente baja. La principal amenaza del zika es para las mujeres embarazadas, cuyo feto puede sufrir malformaciones neurológicas, incluida la microcefalia, si el virus atraviesa la placenta.
En el caso de atletas, delegaciones acompañantes y turistas, el riesgo es mínimo, ya que la infección por el virus del Zika causa síntomas leves
Lo que en realidad está en juego aquí es una cuestión de salud global. La pregunta clave es si proceder con los Juegos Olímpicos como está previsto favorecerá la propagación del virus hacia nuevos países donde abunda el vector (Aedes aegypti), pero donde aún no hay transmisión local del linaje asiático del virus que actualmente está circulando en Latinoamérica y que, como se ha demostrado recientemente, provoca malformaciones fetales. Sería el caso de varios países del continente africano, los Estados Unidos, una gran parte de Asia, y la cuenca mediterránea (donde no hay Aedes aegypti, pero sí su primo hermano, el mosquito tigre o Aedes albopictus).
¿Posponer?
Los argumentos a favor de posponer o cambiar la sede de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro quedaron plasmados en una carta abierta dirigida a la OMS y firmada por unos 150 académicos. Las razones que dan son las siguientes:
- Río de Janeiro es una zona muy afectada por el virus (es la segunda ciudad del país en cuanto a número de casos).
- A pesar de que los juegos se llevarán a cabo en invierno, cuando hay menos mosquitos, este año ha sido más caluroso y el número de casos de otras enfermedades transmitidas por mosquito (dengue) ha aumentado comparado con el mismo periodo el año pasado.
- En vista del neurotropismo del virus, es decir, su capacidad para infectar al sistema nervioso, es posible que cause otras patologías neurológicas aún no descritas.
- Se estima que, entre los más de 500.000 viajeros previstos, un porcentaje regresará infectado a sus países en el hemisferio norte durante los meses de verano, cuando la actividad del mosquito es mayor. Si esto ocurre en países con sistemas de salud frágiles (sureste de Asia y África) el impacto será aún mayor.
- Finalmente, los autores de la carta argumentan que en el pasado se han anulado o cambiado otros eventos deportivos por razones de salud pública: la copa africana de naciones por causa del ébola y la copa mundial femenina en 2oo3 por causa del SARS.
¿O no posponer?
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha contestado a la carta afirmando que cancelar, posponer o cambiar la sede de los Juegos Olímpicos de 2016 no alterará de manera significativa la propagación del virus del Zika.
Anular o posponer los juegos daría una sensación de falsa seguridad con respecto a la globalización de la enfermedad
- El principal argumento detrás de esta afirmación es que los Juegos de Brasil representan solo una pequeña fracción del total de personas que ya viajan hacia y desde los 60 países y territorios (39 de ellos en Latinoamérica) donde hay transmisión activa del virus. Así mismo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. han declarado que el número de viajeros a los Juegos representará menos del 1% del total de viajes a zonas afectadas por zika.
- Anular o posponer los juegos daría una sensación de falsa seguridad con respecto a la globalización de la enfermedad.
- Los atletas y turistas se alojarán en condiciones menos propensas a las picaduras de mosquitos (hoteles en zonas con sanidad adecuada, aire acondicionado, etc.).
- El mes de agosto es época de sequía y el número de mosquitos habrá disminuido. Además, las autoridades han llevado a cabo campañas agresivas de fumigación en las zonas donde se llevarán a cabo los eventos deportivos.
- La mejor manera de reducir el riesgo de propagar el virus a otras regiones es seguir las recomendaciones de las autoridades de salud pública: protegerse de las picaduras, evitar viajar a regiones con transmisión activa del virus en caso de embarazo, y usar preservativos al regreso del viaje (ocho semanas o hasta seis meses si se tuvieron síntomas).
Quizás también sea importante tener en cuenta el impacto de otros eventos pasados. Por ejemplo, el Carnaval de Río de Janeiro, que se llevó a cabo en febrero de este año, atrajo a más de un millón de turistas (una quinta parte eran extranjeros), pero no parece haber tenido un efecto considerable sobre la propagación del virus del Zika. Durante el mundial de fútbol de Brasil en 2014 existía la preocupación de que muchos extranjeros contrajeran dengue. Sin embargo, un estudio publicado en The Lancet en 2015 concluye que fueron pocos. También es cierto que fue un año excepcionalmente seco y, por lo tanto, con menos mosquitos.
Confiamos en que la OMS, como promete en su último comunicado, continuará vigilando la situación
Al final del día, las autoridades de Brasil y del Comité Olímpico Internacional son las únicas con capacidad de decisión sobre una hipotética anulación o cambio de sede o fecha de los Juegos de Río. Ciertamente la OMS ha sido criticada por su falta (o exceso) de reactividad ante brotes previos (ébola o influenza H1N1), pero es y debe seguir siendo la referencia en salud pública a nivel mundial.
Desde el inicio de la epidemia de zika, la OMS ha coordinado la respuesta internacional y ha trabajado de la mano con el gobierno brasileño y el comité organizador de los Juegos. Confiamos en que la organización, como promete en su último comunicado, continuará vigilando la situación de cerca y será capaz de revisar sus recomendaciones si fuese necesario.
Adelaida Sarukhan es doctora en Imnunología y redactora científica en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Jose Muñoz es investigador de ISGlobal y jefe de la Sección de Medicina Tropical y Salud Internacional del Hospital Clínic de Barcelona.
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