Bella Hadid se corona en Cannes
La 'top' representa, junto a su hermana Gigi, el futuro de la industria de la moda
Bella Hadid (Los Ángeles, 1996) ha sido la reina indiscutible de las alfombras rojas del Festival de Cannes. Sus modelos, por atrevidos, han colmado los medios de comunicación y ya se habla de ella como nueva embajadora de Dior.
La modelo se fotografió a su llegada a Cannes rodeada de bolsas con productos de la casa de lujo francesa, agradeciendo el detalle a Aline Dos Santos, relaciones públicas de la maison. Además, los looks elegidos para la inauguración de la tienda en la localidad de la Costa Azul, para la cena de gala de la firma en Le château de La Colle Noire y también la pasada noche en la gala de amFAR, los había diseñado Dior.
Sin embargo, el vestido que más ha llamado la atención fue el que lució este miércoles en el estreno de La fille inconnue. Rojo, de satén y con una amplia abertura que recorría la pierna izquierda y terminaba en la cadera, además de un pronunciado escote. El conjunto en su totalidad, firmado por Alexandre Vauthier, intuía la figura de la modelo estadounidense.
Bella Hadid participó, junto a otras 39 modelos, en el desfile que organiza la asociación amFAR, previo a la subasta para recaudar fondos en apoyo a la lucha contra el sida. La top subió a la pasarela con una reinventada cazadora bomber, con la cremallera abierta y sin nada debajo.
Hadid se ha convertido en la rival directa de su hermana, la también modelo Gigi, de 21 años. Ambas son hijas de de la top internacional holandesa de los noventa Yolanda van den Herik, protagonista del reality show The Real Housewives of Beverly Hills. Gigi y Bella Hadid aparecieron en este programa televisivo cuando todavía eran unas niñas. La agencia de maniquíes IMG las fichó entonces e impulsó su carrera en el mundo de las pasarelas.
Las hermanas, además del parentesco y la carrera meteórica en moda, tienen otras características comunes: ambas han trabajado en campañas para Topshop y sus novios son músicos. Zayn Malik, el de Gigi, y The Weeknd, el de Bella. Sin embargo, su comportamiento no es el de una modelo estándar. Bella era jugadora olímpica de equitación, pero tuvo que dejarlo porque sufre la enfermedad crónica de Lyme, al igual que su madre y su otro hermano, Anwar —una infección que transmiten las garrapatas y que, posiblemente, contrajeron en el rancho en el que vivían, en Santa Bárbara (EE UU), según ha explicado Van den Herik—.
Gigi Hadid, además, está considerada en la industria como una modelo con curvas (en comparación con el resto de sus compañeras), motivo que le llevó a pedir respeto por su cuerpo el pasado octubre. "No, no tengo el mismo tipo de cuerpo que el resto de las modelos en los desfiles. No, no me creo la mejor en ningún desfile. Sí, quiero tener una forma de desfilar única pero también sé que tengo que mejorar. No, no soy la primera ni la última modelo de mi tipo en la industria. Podéis inventar todas las razones que queráis para explicar por qué estoy donde estoy pero, de verdad, soy una gran trabajadora que confía en sí misma, una confianza que empezó al tiempo que sentí que la industria estaba preparada para un cambio", escribió en una carta abierta.
¿Qué más? Mientras Gigi posa habitualmente con morros de pato, Bella luce camisetas con logos de 2013 que resultan nostálgicos en 2016. Estas dos millennials ocupan un puesto importante en el mundo de las redes sociales, pero además actúan como paparazis con frecuencia —cuelgan en la Red fotos de ellas mismas antes de que nadie publique la exclusiva—. Y, sobre todo, representan al futuro de la industria.
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