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Urgente: 2.620 millones para 43 millones de niños

Unicef pide fondos para atender a los niños que sufren las crisis humanitarias del mundo en 2016

Alejandra Agudo

La educación y la protección contra el tráfico de niños serán las áreas prioritarias de acción de Unicef en las emergencias humanitarias en 2016. Ambos sectores recibirán el 25 y el 12% respectivamente de los fondos que se recauden para este año.

17 millones de niños sufren desnutrición aguda grave provocada por la falta de alimentos.
17 millones de niños sufren desnutrición aguda grave provocada por la falta de alimentos.Unicef
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Unicef estima que necesitará en torno a 2.620 millones de euros para poder atender a 76 millones de personas en riesgo, de los que 43 millones son niños, en 63 países del mundo. Así lo avanza en su informe Acción Humanitaria para la Infancia 2016 publicado este martes. Tal como ocurrió en 2015, la crisis de refugiados y desplazados sirios será la que más recursos de emergencia necesitará este año, según el organismo, que estima que se requerirán 782 millones de euros para asistir a la infancia dentro y fuera del país.

El riesgo de no reunir tal volumen de ayuda es que toda una generación de niños sirios se pierda por el camino, quizá ahogados en el Mediterráneo, como el pequeño Aylan, o simplemente porque no conocen otra realidad que la guerra, que dura ya más de cinco años, sin alimentos suficientes, educación o bienestar emocional.

Para tratar de evitarlo, más de la mitad del total de los recursos reclamados por Unicef (1.500 millones de euros) se destinarán Oriente Medio y África del norte. La atención a refugiados provenientes de Siria en Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Turquía se lleva la partida más gruesa. El prolongado conflicto en el país árabe “es la crisis humanitaria más grande a la que se enfrenta el mundo en 2016”, alerta el informe. La ONU apunta que 13,5 millones de personas necesitarán ayuda urgente dentro del país, de los que 6,5 millones son ya desplazados, y más de cuatro millones han huido fuera de sus fronteras.

A esta, hay que sumar otras crisis humanitarias con graves consecuencias sobre el presente y futuro de los niños. “Cerca de 250 millones viven en países afectados por la violencia, a menudo conflictos prolongados en el tiempo”, advierte Anthony Lake, director ejecutivo de Unicef, en el documento. Y, además, otras emergencias relacionadas con el clima ponen en peligro su bienestar, añade. Ambos, guerras y desastres, se están multiplicando. “El sistema humanitario está siendo forzado más allá de sus límites. Con el creciente efecto de El Niño, esperamos un 2016 aún más desafiante para todos”, abunda en su escrito.

África (exceptuando el norte) es la segunda región del mundo en la que más ayudas necesitarán este 2016, con más de 916 millones. Especialmente crítica es la situación en el Sahel, donde 23,5 millones de personas sufrirán inseguridad alimentaria, estima Unicef. Tan abultada cantidad de seres humanos se levantarán por la mañana sin saber si podrán comer algo o suficiente ese día. Una situación de carencia que causará, según sus cálculos, que unos 5,8 millones de niños padecerán desnutrición aguda en 2016.

Sudán del Sur, República Centroafricana, Nigeria, Irak, Afganistán o Ucrania, engrosan la lista de países donde los niños padecerán los mayores riesgos. Las amenazas abarcan desde las secuelas psicológicas del contacto diario con la muerte y la desnutrición, pasando por la falta de oportunidades de recibir educación, hasta la elevada probabilidad de ser reclutados por grupos armados, o víctimas del tráfico de personas para la explotación laboral o sexual.

Educación, agua y seguridad

La educación es el sector prioritario al que se destinará un mayor porcentaje de los fondos este 2016, con una previsión del 25% del presupuesto solicitado. Le siguen: facilitar el acceso al agua y saneamiento (21% de los fondos) y nutrición (15%), la salud (12%) y la protección infantil (12%).

2016: Siete objetivos

  • Nutrición: 17 millones de niños en el mundo sufren desnutrición aguda grave provocada por la falta de alimentos. Unicef pretende tratar a 2,9 millones de este mal evitable, son 900.000 más que los que atendió en 2015.
  • Salud: uno de sus retos es vacunar a 11,7 millones de niños contra el sarampión, 400.000 más que en 2015.
  • Agua, saneamiento e higiene: conseguir que 17,3 millones de personas cuenten con acceso a agua apta para beber, cocinar y aseo personal, que se sumarían a los 22,6 millones que ya disponen de estas infraestructuras desde 2015.
  • Educación: que 8,2 millones de niños accedan a una mejor educación formal y no formal.
  • Protección infantil: tres millones de niños con acceso a apoyo psicosocial, uno más que en 2015.
  • VHI/Sida: que 243.500 personas dispongan de información, se hagan pruebas y accedan al tratamiento en caso de necesitarlo.
  • Apoyo en metálico a 2,1 millones de personas.

“La educación da sentido de normalidad y esperanza para el futuro en medio de la violencia, inestabilidad y desastres. Además de darles habilidades para construir vidas mejores, más seguras y sanas para ellos mismos”, dice Lake. Pero en un momento en el que mundo enfrenta la mayor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial, la necesidad de recursos es elevada. A principio de curso, Turquía alertaba que no disponía de plazas suficientes para escolarizar a los críos sirios que han llegado al país. El Gobierno advertía que unos 400.000 no quedaban sin plaza. En otros puntos del planeta donde los focos no iluminan una realidad oculta, la situación no es mejor. En Bangladesh, miles de niños de la minoría rohinyá perseguida en Birmania tienen vetado ir al colegio. Las alternativas para ellos son las redes informales o las escuelas coránicas.

Para estos pequeños extremadamente vulnerables, la escuela es más que un lugar de estudio y aprendizaje, sino un espacio libre de amenazas donde los críos desarrollan su resiliencia para sobreponerse a situaciones adversas, subraya Javier Martos, director ejecutivo de Unicef Comité Español.

“Un tema que nos preocupa es que los niños tengan un entorno donde se sientan seguros y no corran el riesgo de ser secuestrados”, detalla Martos. El tráfico de niños para convertirles en soldados, esclavos laborales o sexuales es una práctica cada vez más habitual en emergencias humanitarias en las que una gran cantidad de menores se quedan sin la protección de su familia, explica. Es ahí donde Unicef y otros organismos de la ONU y ONG tienen que reforzar su acción para que la desgracia colectiva no se convierta en el río revuelto en el que pescan delincuentes sin escrúpulos, como sucedió tras el terremoto de Nepal.

Informe de Acción Humanitaria 2016. Unicef.
Informe de Acción Humanitaria 2016. Unicef.

El mapa de la infancia en peligro

Los fondos reclamados por Unicef, calculados sobre la base de sus investigaciones en terreno, serán aportados por sus donantes: Gobiernos, organismos multilaterales (como la Unión Europea), y particulares. La petición para 2016 es inferior a la que hicieran en 2015, cuando solicitó 3.300 millones de los que recibió 2.200. Con este dinero se proporcionó suministros de emergencia por valor de 140 millones de dólares, de los que 3,3 se destinaron a Nepal y 10,1 a Yemen.

Con todo, se produjo un déficit de financiación. “Las crisis prolongadas en Afganistán, Chad, República Democrática del Congo, Níger y Sudán lucharon por atraer recursos pero recibieron menos del 40% de la financiación que necesitaban”, señala el informe de Unicef. Malí y Uganda se llevaron la peor parte, apenas obtuvieron el 17% y el 14% de lo que requerían respectivamente. ¿Esto qué significa en la práctica? "Se ven afectados los programas. Hay cosas que se dejan de hacer. Por ejemplo, si quieres atender la educación con garantías, pues no puedes hacerlo y prestas formación de menor nivel académico o se retrasan los pagos a los maestros... Intentamos, no obstante, que donde nosotros no llegamos, actúen las ONG u otras agencias de la ONU", explica Martos.

Las oficinas de Unicef en el mundo aseguran que este 2016, los lugares adonde la infancia necesitará apoyo sin déficit son:

“En 2015, un millón de refugiados y migrantes llegaron a Europa, la gran mayoría a través de los Balcanes occidentales, Grecia y Turquía, haciendo viajes muy duros, muchas veces peligrosos, principalmente desde la República Árabe Siria y zonas de conflicto en Oriente Medio. Los niños representan una creciente proporción de las llegadas”, advierte el organismo.

23,5 millones de personas sufrirán inseguridad alimentaria en esta subregión africana. Tal abultada cantidad de seres humanos, se levantarán por la mañana sin saber si podrán comer algo o suficiente ese día. Esta situación causará, según los cálculos de Unicef, que unos 5,8 millones de niños padecerán desnutrición aguda en 2016.

Desde 2014, la violencia ejercida por Boko Haram ha provocado dos millones de desplazados internos. Más aún, subraya Unicef, los niveles de desnutrición están subiendo y las instalaciones educativas y de salud han sido destruidas.

La guerra civil en este país que se prolonga en el tiempo con mayor o menor intensidad por momentos, es la causa por la que 39.000 niños menores de cinco años padecerán desnutrición aguda grave, advierte la organización.

580.000 niños son víctimas de la guerra en este país. “Se enfrentan todos los días a bombardeos, minas y explosivos no detonados”.

El prolongado conflicto en Siria es la crisis humanitaria más grande a la que se enfrenta el mundo en 2016. La ONU estima que 13,5 millones de personas necesitarán ayuda urgente dentro del país, de los 6,5 son desplazados. Más de cuatro millones han huido fuera de sus fronteras.

La violencia constante ha expulsado de su hogar a casi 3,2 millones de personas. Además de sus desplazados internos, el país ha recibido a refugiados sirios. Los niños enfrentan el riesgo de ser reclutados por grupos armados, para el trabajo infantil, perder su escolarización y contagiarse de cólera, entre otras desgracias que lista Unicef.

Si los niños afganos ya sufrían las consecuencias del conflicto prolongado en el país, las inundaciones, avalanchas y un terremoto agravaron su vulnerabilidad en 2015. Este año, la previsión es que su situación sea igualmente precaria.

“En riesgo de perder una generación de niños”. Ese es el diagnóstico que hace Unicef de la situación de la infancia del país, en grave peligro debido al actual conflicto que ya dura dos años.

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Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM

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