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3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Qué tiene Davos, y qué tendrá Jersey

<span style="font-family: arial,helvetica,sans-serif; font-size: 8pt;">La economía del 1 frente a la del 99% restante. Imagen de la campaña de Oxfam Intermón</span>.
La economía del 1 frente a la del 99% restante. Imagen de la campaña de Oxfam Intermón.

Por Susana Ruiz. Responsable de Justicia Fiscal en Oxfam Intermón

Un año más, los ojos del mundo se vuelven hacia Davos, esa pequeña ciudad Suiza que una vez al año reúne a personalidades del mundo empresarial, político, intelectuales e incluso activistas. Esta cumbre es siempre una de las primeras citas del año y una de las más esperadas, y marca el pulso del año político, social y económico. Sin embargo, nadie espera compromisos ni grandes declaraciones de acciones conjuntas. Pero lo que “pasa en Davos”, no se queda solo en Davos: nos afecta a todos.

Y año más, es importante aprovechar este momento para alzar la voz y denunciar la alarmante escalada de la desigualdad extrema con un nuevo informe titulado “Una economía al servicio del 1%”. Mucho se está hablando en todo el mundo sobre desigualdad en los últimos años, pero poco es lo que se ha avanzado. Y sin embargo, las tendencias empeoran alarmantemente, El 1% de la población mundial es ya más rico que el 99% restante, un año antes de lo que pronosticamos. Y ya son solo 62 personas las que concentran una riqueza superior al de la mitad más pobre del planeta, 3.600 millones de personas. Tan pocos que caben en un autobús.

España no es ajena a esta realidad. La crisis nos ha dejado más empobrecidos y más desiguales. Somos el segundo país de la OCDE en el que más ha crecido la desigualdad desde el inicio de la crisis, casi 10 veces más que el promedio europeo. La crisis se salda con un resultado paradójico. Casi un 30% de la población española vive ya en riesgo de pobreza y exclusión, mientras la riqueza del 1% es casi equivalente a la de 35 millones de personas. Mientras los 20 más ricos de España vieron como su fortuna crecía un 15%, el 99% restante perdía un 15%.

Quizás la economía vuelva a crecer, pero no crece para todos por igual. Ese 30% de la población que vive en riesgo de pobreza y exclusión ha visto como se llevaba apenas un 3% del crecimiento, mientras que el 56% del crecimiento se quedaba en manos del 10% más rico.

Nada en nuestras políticas públicas está logrando desincentivar esta concentración de riqueza en pocas manos, más bien al contrario. La crisis se salda con un desplome salarial del 22,2% mientras los presidentes del IBEX35 cobran ya 158 veces más que el sueldo de un trabajador medio en su empresa.

El FMI publicaba un análisis revolucionario hace apenas unos cuantos meses: si la preocupación es el crecimiento económico, entonces es mejor invertir en los más pobres. Cuando se incrementa en un 1% los ingresos del 20% más pobre, le economía crece un 0,38%. En cambio, cuando se incrementa en ese mismo punto porcentual los ingresos del quintil más rico, la economía decrece.

Así es que la receta ante esta enfermedad del siglo XXI que es la desigualdad, debería ser clara: invertir en los que menos tienen. Impulsar políticas redistributivas, reducir la brecha salarial, lograr la igualdad entre hombres y mujeres, apostar por un gasto público redistributivo…. Y sobre todo, poner en marcha un sistema fiscal que de verdad capte más de quienes más tienen.

Mientras esta vergonzosa brecha de desigualdad se agrava en España, la inversión hacia paraísos fiscales no ha dejado de crecer, un sorprendente 2000% en un solo año. La inversión desde España sale hacia las Islas Caimán es 64 veces la que se destina a Alemania. Es curioso (por decir algo) que la inversión hacia la isla de Jersey (ese pequeño paraíso fiscal de 90.000 habitantes en el Canal de la Mancha y dependiente de la Corona Británica) haya crecido a un ritmo mucho más vertiginoso que la inversión en China, “la gran fábrica del mundo”. ¿Qué tendrá Jersey?

La inversión en paraísos fiscales es una inversión no productiva, que no contribuye a generar puestos de trabajo ni valor real a la economía, pero que tiene un perverso aliciente: servir para que algunos (grandes fortunas y grandes empresas) puedan reducir su contribución fiscal. Si se pusiera coto al dinero que se escapa tan solo a las Islas Caimán estimamos que se podrían recuperar hasta 550 millones de euros, lo suficiente para garantizar la atención a 42.000 dependientes más, sabiendo que en estos momentos hay 400.000 personas en lista de espera.

Por eso es imprescindible acabar con los paraísos fiscales. Para este nuevo Parlamento que se acaba de constituir y para el futuro Gobierno, esta debe ser la prioridad absoluta. Si el compromiso de quienes tienen la capacidad de hacer cambiar las cosas es real, debemos ver en los primeros cien días de gobierno cómo se impulsa una Ley contra la Evasión Fiscal. La inacción es un lujo que no podemos permitirnos. Hagamos historia.

Comentarios

Está claro que la desigualdad es cada vez mayor y que para que haya ricos, lamentablemente, siempre tiene que haber pobres... políticas para pararlo ya!
Está claro que la desigualdad es cada vez mayor y que para que haya ricos, lamentablemente, siempre tiene que haber pobres... políticas para pararlo ya!
Está claro que la desigualdad es cada vez mayor y que para que haya ricos, lamentablemente, siempre tiene que haber pobres... políticas para pararlo ya!

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