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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Unidad en torno a París

Solo una colaboración sin fisuras y el compromiso de todos los países de Europa pueden hacer que la posibilidad de vencer al yihadismo sea real

Una mujer prende una vela frente a la sala Bataclan, ayer en París.
Una mujer prende una vela frente a la sala Bataclan, ayer en París. Peter Dejong (AP)

El respaldo unánime dado ayer por todos los miembros de la Unión Europea a la petición de Francia para invocar el artículo 42.7 del Tratado de la Unión, que hace referencia a la solidaridad en materia de Defensa, es un mensaje claro e inequívoco de que Europa considera al terrorismo yihadista como un enemigo común y coloca la lucha contra este como la principal de sus prioridades.

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Es imposible pasar por alto la trascendencia del paso dado por el titular de Defensa francés, quien por primera vez en la historia de la Unión ha invocado un artículo que hace referencia directa a la ayuda de todos los socios europeos, en términos de Defensa, a un país atacado. Y aunque es cierto que cada Estado es libre de considerar hasta qué punto debe ayudar, no lo es menos que se trata de una medida de carácter legal que abre la puerta a una vía de colaboración existente sobre el papel pero que hasta ahora no había sido transitada.

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No se trata pues de asumir acciones bélicas —la política de Defensa es mucho más que eso—, sino de poner los medios disponibles que ayuden a la defensa del país agredido. En este sentido, la ampliación de la información compartida sobre movimientos de yihadistas ofrecida por la mayor parte de los socios comunitarios es probablemente el arma más eficaz para evitar que se repitan tragedias como la del viernes en París.

Lo importante es que los ministros de Defensa de la UE reunidos ayer han escenificado el compromiso real de sus Estados con la defensa de los valores de libertad y democracia sobre los que se funda el proyecto europeo ahora amenazado por el Estado Islámico. La lucha contra el terrorismo islámico no puede ser labor de un solo país ni el fruto de acciones individuales descoordinadas y como reacción a acontecimientos concretos. Solo una colaboración sin fisuras y el compromiso de todos los países de Europa pueden hacer que la posibilidad de vencer al yihadismo sea real.

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