Nueva York, Beyoncé, el Papa y la ONU
La 70ª cumbre de las Naciones Unidas está a punto de comenzar para sellar la agenda de desarrollo del mundo hasta 2030
Los ciudadanos de Nueva York viven con una distante expectación el advenimiento de la 70ª Asamblea General de las Naciones Unidas, por la que desfilarán jefes de estado y artistas de todas partes del mundo, y en la que se aprobará la agenda para el desarrollo después de 2015. La cumbre, que abrirá mañana y cerrará el domingo, contará con la presencia del Papa Francisco quien, como una estrella del rock, ya ha eclipsado en las mentes de los neoyorquinos a todas las demás personalidades que harán un alto en Manhattan durante estos tres días.
No es que la ciudad se haya detenido por la reunión, pero al menos sí que ha aminorado su ritmo, quizá algo obligada por las 818 toneladas de barreras de cemento y los 67 kilómetros de vallas y barricadas que la policía de Nueva York ha desplegado para la ocasión. La Gran Manzana espera fiestas, ceremonias solemnes, instalaciones artísticas, vigilias, conciertos en Central Park, exposiciones, conferencias y un sinfín de actividades con las que marcar el nacimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODM).
En la organización de Naciones Unidas están exhultantes. Nelson Muffuh, director de divulgación y participación de la ONU, siente que “la ciudad está excitada esperando esta celebración”. En el descanso de un ensayo de lo que será la apertura de la Asamblea General, Muffuh, nacido en Camerún, no puede ocultar su alegría: “Naciones Unidas y Nueva York cumplen 70 años de relación. Se oye a la gente hablarlo en la calle, se ve en los taxis, en los eventos que hay ya por la ciudad. Creo que a partir del viernes habrá una actividad frenética.”
De momento, sin embargo, se percibe una calma tensa. Es cierto que se han organizado varias conferencias, mas se dan a puerta cerrada; los medios de comunicación mencionan la asamblea y hay un runrún sobre la agenda de desarrollo, aunque es el Papa quien copa casi todas las portadas; miles de carteles anuncian por la ciudad el festival Global Citizen, con Beyoncé, Pearl Jam, Coldplay y Ed Sheeran, pero nadie podrá disfrutarlo hasta la tarde del sábado. Entretanto, algunas plazas ya se están iluminando con velas para marcar metafóricamente el camino hacia un futuro mejor, y hay gente que se entretiene participando en campañas de redes sociales como Dizzy Goals o We the people.
El pontífice abrirá mañana el evento con un discurso de una hora en el edificio de Naciones Unidas, al este de Manhattan. Después, los cerca de 200 participantes en la asamblea verán un extracto de la película Project Everyone, con la que el cineasta británico Richard Curtis quiere difundir el contenido de los ODM. Antes de que los jefes de estado y de las instituciones internacionales comiencen sus intervenciones, Shakira y la artista de Benín Angélique Kidjo, embajadoras de buena voluntad de la ONU, actuarán para la sala. La activista paquistaní Malala Yousafzai, galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2014, también tomará la palabra.
Lo que no se espera son grandes enfrentamientos de protesta, a pesar de que entre los dos centenares de líderes mundiales vayan a encontrarse enconados rivales políticos como el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el de Ucrania, Petro Poroshenko, además de representantes de varios países señalados por sus violaciones de los derechos humanos. Sin embargo, ninguna de las grandes ONG, como Humans Right Watch o Amnistía Internacional, ha querido destacarse en estas fechas, ni tampoco otros agentes sociales o grupos políticos.
“El nuevo marco de desarrollo sostenible que será aprobado en la Asamblea General es un gran logro y un primer paso hacia un futuro mejor para todo el mundo en todas partes del mundo”, señalan en las oficinas de Amnistía Internacional en Nueva York. Aunque no vayan a organizar ninguna campaña especial este fin de semana, Renzo Pomi, representante de la ONG, no deja escapar la oportunidad para llamar la atención sobre la inacción del Consejo de Seguridad de la ONU antes los crímenes que se están cometiendo en Oriente Medio y la catastrófica situación de los más de cuatro millones de refugiados que han tenido que huir del conflicto.
También los refugiados estarán presentes en la cumbre, aunque en un entorno muy aséptico. En la entrada al edificio de Naciones Unidas, el colectivo Shared Studios ha construído junto a Unicef un portal que conecta, mediante realidad virtual, con el campo de refugiados de Zaatari, en Jordania. Los diplomáticos que allí se detengan podrán ver un documental de nueve minutos sobre la vida en el campo y también, mediante videoconferencia, hablar con las personas que se asomen a un portal similar construído en Zaatari.
El lunes Manhattan irá volviendo a su ajetreada normalidad, aunque la Asamblea General continuará hasta el fin de semana siguiente.
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