Aterrizar los ODS en el entorno país, clave para el éxito
Las empresas españolas están en una situación privilegiada para liderar las transformaciones de la nueva Agenda de Desarrollo Post2015
Desde que en el año 2000 naciera la iniciativa del Pacto Mundial de Naciones Unidas, las empresas participan de forma sincronizada en la incorporación y el respeto de los derechos fundamentales y el estado de derecho en los países en los que operan, por medio de la integración en sus operaciones de 10 Principios en materia de derechos humanos, normas laborales, medioambiente y lucha contra la corrupción.
Este ejercicio de sostenibilidad corporativa ha supuesto, para muchas organizaciones de nuestro país, el paso inicial a través del cual se han adentrado en una agenda de mucho mayor calado para la que 2015 representa un momento clave. Y es que este año el sector privado está llamado por primera vez en la historia a involucrarse en primera persona en lo que se conoce como la Agenda de Desarrollo mundial Post 2015.
El llamamiento histórico a la comunidad empresarial plantea una realidad dual que nunca antes había sido tan evidente: por un lado, el reconocimiento global de que el desarrollo de las naciones pasa por el fortalecimiento de las empresas que residen en ellas. Y, por otro, el entendimiento por parte de la empresa de que sólo en sociedades prósperas, estables, transparentes e inclusivas es posible la generación de beneficios sostenibles en el largo plazo.
Esta realidad empuja a la empresa a participar en la Agenda de Desarrollo con una visión de mercado como nunca antes lo había hecho: buscando oportunidades en la consecución de los Objetivos a los ritmos que plantea la libre competencia, respondiendo a los desafíos del desarrollo en los mismos términos en los que se responde a los retos de la comunidad empresarial. Un escenario de oportunidad en torno a la Agenda de Desarrollo que permite a las empresas no sólo plantear soluciones a los desafíos del mundo para la generación de beneficios sino, al tiempo, la posibilidad de obtener de los ciudadanos del mundo licencia para operar.
Nos encontramos en un momento muy ilusionante y decisivo del desarrollo a nivel mundial. Las expresiones “oportunidad histórica” y “ser parte de la solución” se repiten como mantras en los foros empresariales y del sector privado en general. Pero en Pacto Mundial sabemos que no es suficiente. Si realmente queremos que esta Agenda de Desarrollo se cumpla, es necesario entender cuál es nuestro papel y cuáles son los objetivos que cada uno de nosotros nos marcamos.
Una de las contribuciones que puede tener la empresa viene de su propia forma de trabajar, que tiene mucho que aportar al desarrollo. Su predisposición a la innovación, su orientación a resultados, su interés en la medición o su capacidad de reacción, entre otros, pueden inspirar la Agenda Post 2015 y complementar su papel natural como agentes vitales de desarrollo.
Todos los agentes que trabajamos en pos de los objetivos de Naciones Unidas, y Pacto Mundial en particular por estar llamado a catalizar la acción de las empresas en este sentido, tenemos que hacer un ejercicio de medición, aterrizaje y definición de objetivos y adaptarlos a la realidad contexto-país.
Las expresiones “oportunidad histórica” y “ser parte de la solución” se repiten como mantras en los foros empresariales y del sector privado en general
En este sentido, en la Red Española del Pacto Mundial llevamos meses trabajando para comprender de qué manera la Agenda de Desarrollo ha de bajarse a la realidad de nuestro país. Para ello, hemos tomado el pulso a los asuntos clave a los que se refieren los ODS y hemos estudiado de qué manera estos asuntos clave cruzan con las áreas de trabajo en materia de sostenibilidad de las empresas del Pacto Mundial. El resultado ha sido sorprendente: las empresas españolas están en una situación privilegiada para liderar las transformaciones de la nueva Agenda de Desarrollo Post2015. No en vano, atesoramos un buen recorrido de buenas prácticas en áreas como la energía, la gestión del agua, las tecnologías de la información, las infraestructuras o la ISR.
El trabajo que hemos llevado a cabo en clave multistakeholder nos ha permitido dibujar una serie de líneas maestras que nos van a ayudar a arrancar esta nueva etapa. Por medio de la identificación de fortalezas, debilidades y, sobre todo, oportunidades, el sector privado puede sumarse al reto del desarrollo sostenible de la mano del Pacto Mundial.
Pero para la consecución con éxito de los ODS, también será necesario llevar a cabo transformaciones importantes en áreas como el empleo, especialmente el joven, el crecimiento inclusivo, la transparencia o el consumo responsable.
En esta línea, atendiendo a los seis elementos esenciales que enmarcan los ODS y que han sido destacados por Naciones Unidas, podemos señalar seis de las prioridades que se proponen para nuestro país:
- Dignidad: Promover un nuevo modelo de futuro sostenible en España bajo el prisma de los Derechos Humanos, donde el sector público involucre al sector privado en la definición de los marcos legales.
- Personas: Abrir espacios de diálogo público-privado en educación, sanidad e igualdad que soslayen la territorialidad y los cambios de gobierno.
- Prosperidad: Mejorar el acceso a la energía, infraestructuras y a las tecnologías de la información, generando un cambio en el modelo de negocio.
- Justicia: Situar la corrupción como prioridad de las empresas españolas, sobre la base de mecanismos de responsabilidad corporativa.
- Planeta: Promover la educación escolar y empresarial en medio ambiente, la alimentación sostenible y los valores sociales para fomentar una cultura de consumo responsable.
- Asociación: Establecer la Agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible como elemento unificador de colaboración entre la administración pública/empresa/tercer sector.
Tal y como declaró Ban Ki-moon a la Asamblea del Pacto Mundial hace sólo un par de semanas, “el desarrollo sostenible no es caridad; es una decisión inteligente”. Nuestra misión es difundir este mensaje y conseguir que todos los actores de nuestro país comprendan dónde radica esa inteligencia. Tenemos que seguir trabajando para facilitar el impacto positivo de las empresas y canalizar sus esfuerzos en pos del desarrollo. Porque como dije en una ocasión, el desarrollo es negocio… pero negocio “del bueno”.
Isabel Garro es directora general de la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas.
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