Racismo en la pasarela
La modelo surudanesa Nhykor Paul es la última en denunciar la discriminación en la industria, que aun emplea a un 80% de profesionales blancas
Esta vez ha sido la modelo sursudanesa Nhykor Paul quien ha puesto el dedo en una llaga que lleva demasiado tiempo abierta, la del racismo en la moda. La maniquí, que ha participado en campañas para Louis Vuitton y en desfiles de Vivienne Westwood, Balenciaga y Rick Owens, colgó una larga nota en su cuenta de Instagram que empieza: “Querida gente blanca del mundo de la moda, por favor no os toméis esto mal pero aclaraos de una maldita vez con nuestra piel”. La maniquí denuncia que la mayor parte de los maquilladores ni siquiera dispone de los productos adecuados para ella, que debe cargar con sus propios cosméticos. “No me hagáis sentir mal porque soy negra oscura”, añade, y menciona varias de las marcas que sí venden maquillaje apto para distintos tonos de piel, como Mac, Bobbi Brown, Make Up Forever, Lancôme, Clinique o la firma de cosméticos que fundó Iman, harta precisamente de este tipo de problemas.
En su nota, Paul también reclama que dejen de pedirle perdón ante este tipo de situaciones: “es un insulto y una falta de respeto a mi raza y no ayuda”. Y denuncia que “sólo porque contratáis a muy pocas de nosotras no quiere decir que nos tengáis que poner en plan ratchet”. Este polémico término, que se refiere a la estética barriobajera, ha sido reivindicado en los últimos tiempos por estrellas como Beyoncé o Rihanna pero se ha entendido tradicionalmente como un insulto.
La modelo, que ganó el año pasado el premio humanitario que concede la poderosa web models.com por el trabajo de su fundación We Are Nilotic, se une a las voces de otras maniquíes negras de enorme éxito como Jourdan Dunn o Chanel Iman, que llevan años denunciando la situación. Dunn, la primera modelo negra que desfiló para Prada en más de una década, ha contado cómo muchas veces la rechazan en un casting “porque ya hay otra otra chica de color” y explicó en un artículo en Net-à-Porter que en una ocasión un maquillador blanco se negó a trabajar sobre su piel.
A pesar de los tímidos intentos de la industria por reequilibrar la situación y de la creciente popularidad de profesionales como Joan Smalls, el 80% de las modelos que desfilaron en las cuatro principales semanas de la moda en 2015 fueron blancas, según un informe que publica dos veces al año The Fashion Spot. La temporada anterior, la cifra llegó al 83%.
En 2013, el director de casting James Scully, que suele trabajar para firmas Tom Ford, Jason Wu o Stella McCartney, acusó a Saint Laurent, Chanel y muy específicamente Dior de “sacar un muy deficiente en diversidad”. “La selección de modelos de Dior es tan descaradamente blanca que parece hecha adrede (…) Natalie Portman puede llamar racista a John Galliano, pero Raf Simons está lanzando el mismo mensaje”. Alguien en la maison oyó el mensaje. En su siguiente desfile contrataron a seis maniquíes negras y recientemente anunció el fichaje de Rihanna como embajadora de la marca.
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