_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Pactos

No es un aprendizaje relacionado con la urbanidad o la cortesía, sino una enseñanza imprescindible para madurar, para que lleguen a ser felices, a vivir en equilibrio con la sociedad

Almudena Grandes

Están inscritos en la esencia de la naturaleza humana. Vivir es pactar, llegar a acuerdos con uno mismo y con los demás, establecer prioridades, aprender a renunciar a todo para obtener una parte suficiente de lo que se desea, sentarse a hablar, negociar, romper la negociación como una medida estratégica para reanudarla, tirar de la cuerda lo justo para tensarla sin que se rompa, volver a sentarse, volver a hablar, llegar por fin a un pacto. Los niños y las niñas aprenden a pactar antes que a leer y a escribir. En las asambleas que se celebran a diario en las aulas de Educación Infantil, les enseñan a negociar con su deseo de intervenir, a ceder la palabra a los demás, a aceptar turnos y compartir recursos sin sentirse frustrados ni fracasados por no acaparar todos los materiales, todo el protagonismo. No es un aprendizaje relacionado con la urbanidad o la cortesía, sino una enseñanza imprescindible para madurar, para que lleguen a ser felices, a vivir en equilibrio con la sociedad y consigo mismos, porque irremediablemente tendrán que pactar para hacer amigos, para conseguir un trabajo, para atraer a la persona de quien se hayan enamorado, para criar a sus hijos. Todo esto resulta evidente para cualquiera menos para un político en campaña electoral. Entonces los pactos, ese imprescindible instrumento de la civilización, se convierten en una encarnación demoníaca, un enemigo mortal, un anatema. Los candidatos se sienten más fuertes prometiendo que nunca pactarán, porque creen que a sus votantes les tranquiliza una promesa que todos saben que no podrán cumplir. Eso no habla muy bien de la inteligencia ni de unos ni de otros. Porque pactar no es mancharse, y eso los saben hasta los alumnos de Educación Infantil.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_