La pasarela alternativa de Nueva York
El Made Fashion Week es el punto de encuentro del talento emergente y las tendencias más urbanas de la Gran Manzana
Esta semana Nueva York es un trajín de editores, modelos, celebridades, blogueros y profesionales o aficionados a la moda. Pero hay otra fashion week que corre paralela a esos desfiles multitudinarios y fiestas de firmas globalmente conocidas. Un evento cuyo público prefiere el chándal de última generación al tacón de lujo, la tecnología y la transgresión frente a la sobriedad y las tendencias masivas. Mientras en el Lincoln Centre se celebra la semana de la moda oficial, en los Milk Studios tiene lugar el Made Fashion Week, punto de encuentro del talento emergente y las manifestaciones urbanas. Una cita alternativa que lleva desde 2009 funcionando como cantera de grandes talentos. De sus pasarelas decoradas al modo industrial han salido creadores como Altuzarra, Proenza Schouler o Alexander Wang. De ahí que los medios especializados hayan dejado de verla como una segundona.
Creada por tres amigos profesionales de la cultura urbana, Mazdack Rassi (dueño de los estudios Milk), Jenné Lombardo (consultora cultural) y Keith Baptista (productor de eventos relacionados con la moda), Made comenzó hace seis años a poner en contacto a diseñadores con músicos y artistas. La meta era lograr un evento multidisciplinar en el que las prendas interactuaran con otras facetas culturales. El reclamo consistió en ofrecerles infraestructura gratuita. Maquillaje y puesta en escena corren por cuenta de la organización.
Con el tiempo, Made recibió un aluvión de peticiones, pero sus artífices quisieron seguir captando talento de forma espontánea, dando lugar a un calendario en el que se mezclan creativos que han solicitado su lugar en la pasarela con pequeñas marcas que sus promotores han ido descubriendo por Instagram o Tumblr. Esa vocación digital fue la que llamó la atención de VFiles, la tienda online / red social que condensa las tendencias urbanas y que, desde hace un año, elige por votación popular a algunos de los diseñadores y estilistas que participan en Made. Como María ke Fisherman, la firma española que, tras varias temporadas en el EGO de Cibeles, entró a formar parte del evento neoyorquino el año pasado.
La búsqueda de jóvenes creativos se ha convertido en una batalla privada para firmas como LVMH o Chanel
La importancia que ha ido adquiriendo esta plataforma es tal que IMG, la empresa que gestiona la pasarela oficial de Nueva York, acaba de comprarla. Y aunque sus tres fundadores seguirán ejerciendo la dirección, todo apunta a que a corto plazo ambas semanas de la moda acabarán fundiéndose. No es de extrañar el interés, dado que en esta edición de Made —que se clausura este jueves— cuentan con nombres tan potentes como Jeremy Scott, Public School o Cushnie et Ochs, diseñadores consagrados o con una enorme proyección que han preferido presentar sus colecciones bajo este paraguas alternativo y multidisciplinar.
La compra de Made por parte de IMG llega en un momento en el que las grandes citas de la moda están buscando vías para el rejuvenecimiento y la promoción de nuevas generaciones. Se sabe que en la próxima edición, que tendrá lugar en septiembre, las grandes enseñas americanas dejarán la sede del Lincoln Centre y buscarán enclaves más modernos y urbanos. Por su parte, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, anunció hace pocos días que financiará esta apuesta por la creación emergente. Piensa destinar 15 millones de dólares (13,2 millones de euros) al apoyo de la tecnología textil y el aumento de becas y contratos de prácticas. “En términos económicos, esta industria es más vital que nunca. Esta ciudad triplicará el presupuesto destinado a estas iniciativas”, afirmó durante la inauguración de Made.
Fuera de las fronteras americanas, la búsqueda de jóvenes creativos se ha convertido en una batalla privada. Mientras el grupo LVMH celebrará en breve la segunda edición de sus premios homónimos, que premian con 300.000 euros y un año de asesoramiento a diseñadores menores de 40 años (el año pasado recibieron más de 1.200 candidaturas y recayó en manos de Thomas Tait), Chanel acaba de anunciar que financiará el premio Andam, destinado a creadores jóvenes residentes en Francia. Los galardones, destinados a la industria textil y de accesorios, incluyen becas entre los 90.000 y los 250.000 euros, así como asesoramiento de dos años y comercialización de las colecciones en las míticas Galerías Lafayette.
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