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Fiestas populares que no maltratan a animales

La crueldad no ha de ser un reclamo. Esto es solo una pequeña muestra de festejos nacionales que lo refrendan

Unos 60.000 animales son maltratados cada año, según la Fundación Faada, en las fiestas populares de nuestro país. Si a usted (como a tantos otros) le espanta que el maltrato sea un reclamo a la diversión, sepa que existen muchas otras quedadas por nuestra geografía que apelan al jolgorio y la alegría de forma mucho más original y menos cruel. Hoy queremos conocerlas, tras plantear esta pregunta: ¿Están desapareciendo fiestas, como la del Toro de la Vega, de nuestro país? Desde Libera, organización internacional sin ánimo de lucro dedicada a la defensa de los derechos de los animales, se muestran poco esperanzados: “Por toda la geografía española vemos que el Medievo sigue vigente en temporada de fiestas: becerradas, toros embolados, ensogados y lanceados, patos al agua, pavas arrojadas desde campanarios, pruebas de fuerza de caballos y bueyes, muerte, sangre, maltrato y violencia son la norma, no la excepción”, comenta Samuel Leal, en nombre de la asociación animalista.

Un pasito hacia adelante, en su opinión, ha sido el rechazo explícito del líder socialista, Pedro Sánchez, que promovió el pasado día 25 una proposición no de Ley al respecto en el Congreso de los Diputados, aunque fue tumbada con 173 votos en contra. Sea como fuere, ese tipo de festejos no tendrán cabida en nuestro artículo. Así, empezaremos el año con el primer carnaval de Europa (hay un animal implicado, pero no es lo que parece) y lo terminaremos enharinados.

1. A la caza del oso en Silió (Cantabria). La Vijanera, primer carnaval de Europa, se celebra el primer domingo del año. En ella desfilan una serie de personajes como los Zarramacos, que llevan un cucurucho forrado de tela negra, adornada con lazos y rosetones y coronado con crines de caballo. Esta particular celebración festiva tiene su momento álgido con la caza de un oso, que está representado por un muchacho disfrazado con pieles de oveja. El colofón a esta celebración festiva es la lectura de las coplas, de carácter crítico. Sirva como muestra un extracto de 1922: “Critican La Vijanera diciendo que es algo bruta, y patrocinan los toros que es la fiesta más inculta”. Esta fiesta, de orígenes centenarios, trasciende lo meramente festivo para los vecinos de la localidad cántabra: “Lejos de las cotas de repercusión mediática alcanzadas en los últimos años, se encuentra el sentimiento del centenar de personas que cada primer domingo del año damos vida al rito. Hoy por hoy, el objetivo principal de nuestra asociación es honrar la memoria de quienes mantuvieron viva la celebración durante miles de años al tiempo que transmitimos a los más jóvenes la fiesta en su estado original, factores que en pleno siglo XXI nos diferencian de otro tipo de tradiciones”, comenta César Rodríguez, portavoz de la Asociación Cultural Amigos de La Vijanera.

2. La danza de la muerte en Verges (Girona). Esta espeluznante tradición se remonta a la Edad Media, cuando epidemias y pestes asolaban al mundo entero. El teatro y las representaciones fueron una herramienta útil para enseñar al pueblo los mensajes adoctrinadores de la Iglesia. La población asimilaba la muerte como algo natural. De la muerte se extraían mensajes y enseñanzas para el día a día, muy especialmente en lo que se refiere al mensaje cristiano: la función pedagógica de la danza subrayaba la importancia de la gloria y la eternidad a través de la perenne que es la vida mortal. El Jueves Santo es el día en el que esta particular procesión se lleva a cabo. La citada danza tiene lugar de noche, cuando varios personajes vestidos de esqueleto recorren las calles de la localidad al son de timbales, iluminados por las antorchas. Un esqueleto levanta una bandera hacia el público en la que puede leerse Lo temps es breu (El tiempo es breve); y otro muestra una guadaña en la que aparece la inscripción Nemini Parco, que avisa de que la muerte no perdona a nadie. No apto para miedosos.

3. "Agua, agua, queremos agua", gritan al unísono en Grado (Asturias). En el día de Santa Ana, el 26 de julio, la fiesta está asegurada en la localidad de Grado desde primeras horas con el desfile de carrozas y charangas, durante las que algunos habitantes del pueblo piden a otros que les tiren agua desde los balcones y ventanas.

4. Una romería vikinga en Pontevedra. El primer domingo de agosto tiene lugar en Catoira (Pontevedra) la denominada Romería Vikinga, sin duda, la fiesta más divertida de Galicia, que además ha sido declarada de Interés Turístico Internacional. El origen de esta vistosa romería se remonta al siglo XI, cuando los vikingos trataron de adentrarse con sus barcos en la ría de la localidad con el objetivo de conquistar Santiago de Compostela y así saquear sus valiosos monumentos. Por supuesto, los habitantes de esta localidad lucharon por impedirlo.

5. Los donostiarras se enzarzan en la guerra del merengue. En San Sebastián, el que acabe más limpio será premiado por el jurado en esta guerra jocosa que se lleva a cabo durante las fiestas de la ciudad. Todo el que quiera puede participar, sabiendo que el objetivo es manchar y evitar ser manchado. Para jugar en igualdad de condiciones, la prueba está dividida por edades en esta particular guerra que transcurre, anualmente, en el mes de agosto.

6. Una verdadera guerra campal con verduras, petardos y harina en Ibi (Alicante). La batalla de los enharinados o de la justicia nueva se celebra cada año el día 28 de diciembre. En esta particularísima guerra se enfrentan dos grupos satíricos que luchan, de forma ficcionada, por hacerse con el poder del pueblo. Cada participante representa un papel: alcalde, los jueces... Van vestidos con ropas viejas de colores vistosos, con un sombrero y el rostro llamativamente maquillado.

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