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ACHIM STEINER | DIRECTOR DEL PROGRAMA PARA EL MEDIO AMBIENTE DE LA ONU

“El G20 debería abordar las cuestiones medioambientales”

El dirigente de Naciones Unidas carga contra el contenido de la cumbre económica

Manuel Ansede
Achim Steiner, en una imagen de 2012.
Achim Steiner, en una imagen de 2012.REUTERS

Los dirigentes de las 20 mayores economías del mundo se reúnen este fin de semana en Brisbane (Australia) con el objetivo de impulsar su producto interior bruto un 2% por encima de las previsiones para los próximos cuatro años. Y, a unos pocos cientos de kilómetros de allí, en Sidney, los principales responsables de la conservación de la naturaleza se dan cita en el Congreso Mundial de Parques para buscar soluciones a la crisis medioambiental del planeta. Uno de ellos es Achim Steiner, director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Desde el congreso de Sidney, organizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, Steiner, nacido en Brasil en 1961, carga contra la falta de contenido medioambiental de la cumbre del G20 en una entrevista realizada este jueves.

Pregunta. Usted ha sido crítico con la reunión del G20 en Brisbane. ¿Cree que esta cumbre es una oportunidad perdida para hacer la economía global más medioambientalmente sostenible?

Respuesta. Bueno, no creo que haya sido muy crítico. Observo cada cumbre del G20 y cada país anfitrión le da una dirección particular a la agenda. Lo que he dicho repetidamente es que la cumbre del G20 es un foro igualmente legítimo para que el tema del cambio medioambiental y su impacto en la economía tengan un hueco en la agenda. Y a la vista de que hemos tenido el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas, el Informe Calderón [un plan elaborado por una comisión independiente liderada por el expresidente mexicano Felipe Calderón para abandonar las energías fósiles] y ahora el anuncio de China y EEUU [de sus programas para reducir sus emisiones de CO2] —que envía una gran señal a nuestras economías en cuanto a combustibles fósiles, eficiencia energética e inversión en infraestructuras—, creo que cualquier foro, incluido un foro enfocado a las políticas económicas como es el G20, debería abordar estas cuestiones. Son pertinentes en la economía. Y también son relevantes en cuanto a la agenda del desarrollo: el acceso a la energía, el acceso a oportunidades de empleo, la urbanización. Estas cuestiones tienen mucho que ver con la economía, tanto como con el medio ambiente y los temas sociales.

Ahora es el momento de pensar cómo queremos influir en la industria, en los inversores que financian el mercado de capitales"

P. Usted ha escrito que el enfoque de esta cumbre del G20 en el crecimiento económico eclipsa las preocupaciones medioambientales.

R. Creo que el G20 está dominado por los temas de políticas económicas. Mi argumento es que la relación entre el cambio medioambiental, como es el cambio climático, y las políticas económicas es cada vez más primordial para el desarrollo de la mayoría de los países. Por lo tanto, este vínculo merece ser abordado en un foro de política económica. Por poner un ejemplo, cuando los gobernadores de los bancos centrales se reunieron hace unas semanas en EEUU en su encuentro anual, Mark Carney, el gobernador del Banco de Inglaterra, hizo una declaración muy interesante. Dijo que el cambio climático es muy importante para la manera en la que pensamos el futuro de nuestras economías. Creo que es una constatación del hecho de que lo que hemos discutido tradicionalmente en foros científicos y medioambientales es cada vez más relevante en los foros de toma de decisiones económicas y de desarrollo.

P. Usted también es crítico con el lanzamiento de la Iniciativa Global sobre Infraestructuras llevado a cabo por los ministros de Economía del G20 en septiembre en Cairns (Australia). Ha afirmado que podría haber sido, pero no lo fue, una oportunidad para minimizar la contaminación y tener infraestructuras más medioambientalmente sostenibles.

R. Mi argumento es que estamos hablando de inversiones de billones de dólares en el horizonte. Son inversiones que llegarán en cualquier caso, ya sea para energías, infraestructuras de transporte, infraestructuras urbanas. Cuanto más retrasemos la oportunidad de tener en cuenta la contaminación y la eficiencia en el uso de recursos a la hora de decidir qué tipos de tecnologías e infraestructuras hacemos, más alto será el coste de revertir los efectos de estas decisiones. Ahora es el momento de pensar cómo queremos influir en la industria, en los inversores que financian el mercado de capitales, en los estándares y normas para la construcción, con el objetivo de influir en estas inversiones desde un punto de vista de la sostenibilidad. Por eso Naciones Unidas ha estado hablando de la transición hacia una economía verde, con un uso más eficiente de los recursos, menos contaminante y que dé respuesta a las cuestiones sobre el acceso a la energía, al transporte. En este sentido, cualquier foro económico que no aborde estos temas es una oportunidad perdida.

Se envían ciertas señales al sector bancario que desincentivan las inversiones en algunas tecnologías renovables"

P. También ha sostenido que las normas bancarias están desincentivando las inversiones en energías renovables. ¿Por qué?

R. En el ámbito internacional, por ejemplo a través de los Acuerdos de Basilea lll [las propuestas de reforma de la regulación bancaria tras la crisis financiera de 2008], se envían ciertas señales al sector bancario que desincentivan las inversiones en algunas de estas tecnologías. A nivel nacional, la política financiera y los marcos regulatorios pueden tener un efecto de enfriamiento en bancos e inversores a la hora de que se muevan hacia estos sectores. ¿Cómo puede ser examinada la política de los mercados financieros para ver si estimula un incremento significativo en la financiación verde o lo desalienta? Estamos examinando diferentes sistemas regulatorios, desde los procedentes del marco regulador global de Basilea hasta los marcos reguladores nacionales. Hay bancos centrales como el de Bangladesh, que como país en desarrollo ve que el banco central también tiene un papel en el desarrollo. En algunos de los países más industrializados, los bancos centrales están confinados simplemente al papel de la estabilidad monetaria. Y esto es una discusión interesante, porque los gobiernos por sí solos no pueden financiar las transiciones de las que estamos hablando. Necesitamos que el mercado de capitales financieros se convierta en una parte de la respuesta. La financiación verde es fundamental.

P. Volviendo a este congreso, solo 1 de cada 4 áreas protegidas están gestionadas adecuadamente y más de la mitad de las regiones del mundo importantes para la biodiversidad están directamente desprotegidas. ¿Se toma esto como un fracaso personal?

R. En absoluto. Es un recordatorio diario de por qué tengo mi trabajo, de por qué tantos miles de personas en el mundo trabajan en áreas protegidas. Y creo que hay que agradecer que tengamos hoy 200.000 áreas protegidas, porque si no las tuviéramos no podríamos mejorarlas. Y, en segundo lugar, para mí, y para las personas que están en una posición influyente, es una oportunidad para hacer algo mejor y, con suerte, que la siguiente generación llegue a un punto en el que solo el 5% de las áreas protegidas del mundo no tenga un presupuesto suficiente y una gestión adecuada. Pero haber conseguido que las áreas protegidas ocupen el 15% de la superficie terrestre del planeta, y que se estén extendiendo rápidamente a los océanos, es un tributo a la lógica de la conservación de las áreas protegidas y a muchos pioneros que, cuando hablaron por primera vez de tener un parque nacional o un área protegida, fueron ridiculizados. A día de hoy hemos creado un legado, un patrimonio sobre el que nosotros mismos y otras generaciones pueden construir. Es solo un incentivo para hacer más.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III

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