Lo peor que te puede pasar a bordo de un avión

La última que cogió un avión: ¿Pidió ventana y le dieron pasillo? ¿Le desvelaron los ronquidos de su compañero de asiento? ¿Le pico la nariz por el olor a humanidad? Considérese afortunado, al menos a tenor de lo que hemos descubierto en Passenger shaming, página de Facebook, Instragram y Twitter.

En ella, los usuarios de las líneas aéreas retratan a aquellos que han convertido un paseo por las nubes en una pesadilla aérea peor que Serpientes en un avión. Sí, es un linchamiento público, y sí, es un bastante esnob (¿quién no ha visto en un viaje en autobús cosas que nadie podría ni imaginar?). Pero también tiene su uso: denunciar lo inaceptable en ese mundo sin ley ni gobierno que son los aviones. Si son especialmente sensibles, no sigan leyendo. Lo que van a ver a continuación podría provocar sudores fríos hasta al mismísimo Ted Striker, protagonista de Aterriza como puedas. En las instantáneas hay de todo. Por ejemplo, una pareja recrea, digamos, el primer vuelo de Emmanuelle (1975) que, para los más jóvenes, era una película sobre una mujer que tenía muchos calores como sus espectadores, que tenían que ir a verla a los Pirineos.

También abundan los pasajeros que se quejan de la pedicura de sus acompañantes. Harán que odies el chiste de Faemino y Cansado del pato dedicado a un tipo que tenía las uñas como mejillones. O personas que pretenden llamar la atención de la azafata haciendo el pino. Lo cierto, es que uno siempre se maravilla de hasta qué extremos de elasticidad es capaz de llegar el cuerpo humano.

Otro tema es el el sobrepeso, no el de la maleta, sino el de tu compañero de viaje, que debe haber conseguido una buena rebaja por descubrir su lorzas, porque sino no se explica el espectáculo cárnico con el que tiene a bien regalar a la vista de sus compañeros de viaje.

Por supuesto, está el clásico secuestrado en despedida de soltero ataviado como Toñín el torero, extraterrestre o Mariló Montero… Que hay que ver lo tiquismiquis que son los de seguridad con las cremas para después del afeitado y la vista gorda que hacen con los ¿zorros? en los aviones

Pero también los hay que han empezado la fiesta antes del vuelo y, por el precio de un billete de una aerolínea low cost quieren que, además de viajar, aquello sea el Space Ibiza a 10.000 metros de altura.

Así que, ya lo sabe qué será del próximo Hevia, Melendi o Jennifer López: la próxima vez que decidan liarla en un avión, les esperará la condena de Instagram.