_
_
_
_
_
HISTORIA

Los regalos que nos han hecho felices

La Mariquita Pérez, el comediscos, la Magia Borrás, la 'bici' BH, la Gameboy, un 'smartphone'... Los obsequios estrellas de las últimas décadas retratan cómo cambian los gustos españoles

Karelia Vázquez
Getty

Mucho antes del encendido de las luces de Navidad se pone en marcha el oráculo del regalo, ese ejercicio adivinatorio que intenta pronosticar cada año cuál será la estrella. Pero, digámoslo ya, la bola de cristal casi nunca funciona. Entre otras cosas porque por un lado va el objeto de deseo –lo que se pide–, y por otro, lo que se compra. “Sabrás que es el objeto estrella cuando vayas a comprarlo y ya esté agotado”, dice Andrés Payá, miembro del Observatorio del Juguete. Por ejemplo, en 2011 se vendieron en España 850.000 unidades de las muñecas Monster High. “¡Nunca se anunciaron, fue un fenómeno absolutamente viral!”, añade Payá.

La lista de los objetos que han triunfado cada Navidad serviría para hacer un estudio social y antropológico de España. Los yoyós, peonzas y pelotas de caucho eran imbatibles en la década de los años veinte y treinta. En 1939 sale a la venta la muñeca Mariquita Pérez y en 1955 entra en la lista de best seller navideños. En 1959 nace en Nueva York Barbie. “Para los chicos quedaban las cajas de colores Alpino, los libros y los tebeos, y a los más privilegiados podía caerles un juguete de cuerda casi siempre alemán”, recuerda José Luis Nueno, profesor del IESE.

En 1957 se estrena el primer anuncio de publicidad en la televisión española. El universo del regalo se revoluciona. Desde entonces, es muy raro que un juguete sin apoyo publicitario obtenga buenas ventas, reflexionan los expertos. En esta época reinaba el Scalextric, “un juguete más codiciado por los padres que por los niños”, reconoce Payá, cuya familia fabricó un tren eléctrico que fue también superventas. Por entonces, los chicos incorporaron a sus juegos los héroes de la televisión. Fue la época de gloria de la pizarra mágica, las cajas de soldaditos de plástico de Comansi, los Madelman, el kit de Magia Borrás, la bicicleta BH y los muñecos de Famosa.

La lista de los objetos que han triunfado cada Navidad serviría
para hacer un estudio social
y antropológico de España

“El adulto entra en el universo del regalo navideño cuando aparece el pequeño electrodoméstico. A finales de los setenta, las casas se empiezan a adornar con un árbol de Navidad copiado de las películas y las series americanas”, apunta Nueno, que afirma que a medida que el árbol se hace más grande y el belén más pequeño, el regalo se va democratizando. Las colonias de Gal, Myrurgia y Puig, las corbatas y una camisa blanca “de vestir” eran grandes clásicos de la época.

Entre los años sesenta y setenta, la familia intercambia discos. Primero, los de microsurcos de 45 rpm; luego, los elepés, y más tarde aterrizaron el comediscos y el tocadiscos portátil de Philips. Algunas familias, según recuerda Nueno, podían regalarse un televisor portátil que iba y venía en el coche de camino en cada viaje a la segunda residencia.

Y ahí empieza un bucle del que aún no hay salida a la vista: el regalo tecnológico. El walkman de Sony, la calculadora de Casio o HP, la minicadena de doble pletina, la Game Boy de Nintendo, los primeros reproductores de vídeo VHS… Cada año, las versiones mejoradas o para niños de cualquiera de estos artilugios son susceptibles de convertirse en el regalo estrella de la temporada. Pero ya hemos dicho que no es una ciencia exacta y siempre puede ocurrir que, como pasó en 2001 contra todo pronóstico, un patinete se imponga en la lista de juguetes más vendidos

Los años 50. Solo para niños. Hasta los cincuenta, el regalo navideño es casi exclusivo de los niños, por eso se obsequiaban juguetes. La pelota de hule y la peonza eran imbatibles. “En muchas familias se regalaban golosinas, carbón o una mandarina. España era un país de pobres”, explica José Luis Nueno.

1955. Las muñecas más famosas. Nace Mariquita Pérez y se convierte en un best seller. El desarrollo de la industria del plástico permite construir muñecos articulados. En 1959 nace Barbie, que llegaría a España a finales de los setenta.

1957. El poder de la publicidad. Comienzan los anuncios en la televisión española y todo cambia. “A partir de entonces es muy raro que un juguete que no se anuncie se venda”, señala Andrés Payá desde el Observatorio del Juego Infantil. “Los anuncios homogeneizan los gustos y los objetos de deseo”, dice Nueno.

1962. Juguetes sobre vías. El Scalextric triunfa y su reinado durará varios años. “Es un regalo más codiciado por los padres que por los hijos”, señala Payá. Su familia fue la creadora de otro éxito navideño: el tren eléctrico Payá.

1968. La reina española. Famosa crea la Nancy, la muñeca española más vendida en 1971. Ahora se exporta a 17 países.

Los setenta. Todos los juegos en uno. España se sienta en torno a los Juegos Reunidos de Geyper, que incluían la oca, el parchís, el quita y pon y la ruleta. En esa década, la familia regala elepés. “Con ellos llegan el comediscos y el tocadiscos portátil de Philips, que eran los regalos estrella para el hijo yeyé”, según José Luis Nueno.

1972. Figuras en acción. Los niños empiezan a “jugar a los muñecos” con los Madelman y, poco después, con los Geyperman. Dos años más tarde triunfan los Clicks de Playmobil, especialmente su barco pirata. Para Payá, todos son variaciones de un gran clásico: los soldaditos de plomo.

1975. La muñeca con curvas. Barbie empieza a comercializarse en España, y las niñas la convierten en un objeto de deseo. Otros regalos estrella de la década de los setenta: Magia Borrás, las muñecas Barriguitas, la bicicleta BH, el CinExín y el futbolín.

1979. La antesala de la tecnología. Sony crea el walkman y vende millones de unidades. “Es un regalo caro, de lujo, tecnológico, que se vuelve viral y supone la antesala de la omnipresencia de la tecnología en el regalo navideño”.

1980. Para toda la familia. “Desde finales de los sesenta, las casas adornan con un árbol de Navidad copiado de las películas y series estadounidenses. Papá Noel trae regalos para todos”. El juego de mesa Monopoly se convierte en estrella de las Navidades de 1980.

1981. Útiles para casa. La industria del pequeño electrodoméstico se hace hueco con el exprimidor de Braun, el secador Taurus y las máquinas de afeitar eléctricas. Para la mujer triunfan colonias de Puig, Gal o Myrurgia. Estivalia es un best seller de los ochenta.

1985. El primer ordenador. El ordenador Spectrum empieza a ser habitual en las casas. Encabeza la lista del regalo más deseado de los chicos por su doble pletina y sus primeros videojuegos. Su precio oscilaba entre 39.000 y 52.000 pesetas.

1987. Pensar vende. El cubo mágico de Rubik es el best seller de las Navidades y el puzle mecánico de más éxito del mundo, con alrededor de 300 millones de unidades vendidas.

1990. Portátil La Game Boy de Nintendo revoluciona el modo de jugar y se convierte en la compra por excelencia de esas Navidades (con más de cien millones de unidades vendidas en todo el mundo).

1997. Llega Tamagochi. La mascota virtual atrapa a niños y adultos. Vende 79 millones de ejemplares en el mundo. La compañía que tiene sus derechos anuncia su regreso para 2014. Luego vendrá Furby y Pokémon y sus 350 personajes. 

2000. La reina de las consolas. En noviembre, cuando la Play Station 2 de Sony desembarca en España, ya había 40.000 pedidos reservados. Su éxito esas Navidades, y las que vendrán, es arrollador. Los videojuegos llegan al máximo estrellato en el ranking de los regalos.

2001. El patinete sorpresa. Contra todo pronóstico, el patinete de metal es el regalo más vendido para los adultos. Ese año, Steve Jobs presenta al mundo el iPod, el objeto más deseado de la década. El espectro de tamaños y precios permite que haya ipods para casi todos los bolsillos.

2003. Llamadas de bolsillo. El teléfono móvil es cada vez más sofisticado y pequeño. Los SMS arrasan como forma de comunicación. El Nokia 1100 es el teléfono más regalado esas Navidades. 

2004. El reino de las deportivas. Will Smith se calza unas Converse All Star modelo Chuck Taylor  en la película 'Yo robot' y las zapatillas creadas en 1908 salen de un largo letargo. En España, las primeras deportivas que se convirtieron en regalo de lujo fueron el modelo Adidas ADI SL-76, popularizadas por la serie Starsky y Hutch.

2005. Estrellas galácticas. Nace Lego Star Wars: The Videogame, un juego que recrea varias películas de La guerra de las galaxias desde el universo Lego. En 1977 se estrenó la película, y desde entonces, cada año, ha habido al menos un best seller navideño derivado de la exitosa saga.

2006. Café navideño. George Clooney empieza a anunciar las cafeteras Nesspreso y el mundo se vuelve adicto al café para sibaritas. Las cápsulas y el universo de las cafeteras Premium se convierten en regalo estrella y tema de conversación.

2009. A dos ruedas. Urbana, ligera y plegable. Así es la bicicleta que se regala este año. Los ciclistas empiezan a ser habituales en el tráfico de las grandes ciudades y las salidas de fin de semana. La ropa y los complementos para bicis también se ponen de moda.

2011. Tinta digital. La tinta electrónica se convierte en una realidad llamada Kindle, un lector electrónico que, tras varios meses de esperas y rumores, Amazon empieza a vender en España por 99 euros.

2013. Quiero pantalla. Los smartphones y las tabletas se perfilan como las estrellas. Si no son los más vendidos, serán los más deseados. Aunque un informe reciente de la consultora Deloitte confirma que el dinero en efectivo será lo mejor recibido.

 

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Karelia Vázquez
Escribe desde 2002 en El País Semanal, el suplemento Ideas y la secciones de Tecnología y Salud. Ganadora de una beca internacional J.S. Knigt de la Universidad de Stanford para investigar los nexos entre tecnología y filosofía y los cambios sociales que genera internet. Autora del ensayo 'Aquí sí hay brotes verdes: Españoles en Palo Alto'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_