La culpa no es de los alemanes
Cuando se reitera la salmodia “la culpa la tienen Merkel y los alemanes”, no me puedo callar, porque es injusto. No me puedo callar por mi familia, por mis amigos, por mis estudiantes, por mi trabajo: vivo en Múnich y trabajo en su universidad. Me paso la vida tendiendo puentes, rompiendo estereotipos, abriendo mentalidades y buscando el diálogo intercultural.
No es verdad que los alemanes estén contentos con la política de sus gobernantes conservadores ni que se alegren del mal ajeno. Solo un aviso para navegantes: los políticos corruptos que no dimiten no son los alemanes, la burbuja inmobiliaria no se creó con capital alemán, como tampoco son mafiosos alemanes los que buscan refugio en tierras chipriotas para no declarar sus fortunas.— Sonsoles Gómez Cabornero.
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