¿Alonso o Vettel?
Determinar cuál de los dos pilotos es el más rápido no deja de ser una entelequia en una disciplina donde tiene tanto peso el componente mecánico
Si hay una pregunta que toca las narices a cualquier piloto de fórmula 1 es aquella que le obliga a mojarse y a definirse sobre quién es el mejor corredor de la parrilla. En una disciplina como esta, en la que el componente mecánico influye en el resultado final en mayor proporción que el conductor, comparar a dos o más protagonistas termina por convertirse en una entelequia, aunque no por eso vayamos a dejar de hacerlo. La gresca que Fernando Alonso y Sebastian Vettel mantienen esta temporada terminará pronto, por más que el que finalmente consiga proclamarse tricampeón tampoco pondrá fin al debate que gira alrededor de quién es el más rápido de los dos.
En este escenario, la única comparación más o menos justa sería aquella que les haría medirse a ambos en igualdad de condiciones, esto es, con dos monoplazas idénticos, algo que no siempre supone un buen negocio, como pueden dar fe Lewis Hamilton y el propio Alonso.
Así pues, el único recurso que le queda a uno para señalar cuál de los dos (o tres) es su favorito pasa por buscar elementos de juicio externos que le deriven hacia una conclusión. En este sentido, la última carrera debería jugar tanto a favor del alemán como del español, aunque las 20 posiciones que recuperó el primero después de arrancar desde los talleres y terminar en el podio puedan relativizar la espectacular actuación del asturiano, que a punto estuvo de llevarse el triunfo pese a haber comenzado desde la sexta plaza. Que el aparato que maneja Vettel es más competitivo que el de su rival es algo que salta a la vista, aunque la demostración del domingo en Abu Dabi también es un argumento suficientemente potente como para que Alonso no le ningunee como hizo hace 15 días, cuando aseguró que no estaba luchando contra el piloto de Heppenheim, sino que competía con Adrian Newey, el ingeniero que ha diseñado el Red Bull.
También es verdad que la retroalimentación entre cada uno de ellos y su escudería no tiene nada que ver. Ferrari no hace más que darle las gracias al ovetense por seguir peleando por el Mundial con ese coche, mientras Vettel se deshace en elogios hacia su tropa por haberle ofrecido el suyo.
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