En España nos crecen los pobres
- Repartimos mal los ingresos: En años de crecimiento se rebajaron, dos veces, los impuestos. Esto disminuyó el dinero disponible por el Estado para invertir en las personas. El problema no es que gastemos mucho, sino que ingresamos poco.
Hoy, en España, 12 millones de personas viven en vulnerabilidad. La mayor dificultad que tenemos para entender el impresionante aumento de la pobreza es pensar que la pobreza es producto de la crisis. No lo es. Los altos niveles de pobreza en España han sido una constante en nuestra historia. Antes de la debacle financiera, más del 19% de la población ya vivía en situación de pobreza, unas cifras incomprensibles con el nivel de crecimiento económico que había.
Pero, si estábamos tan bien ¿por qué no disminuyó la pobreza?
- Nuestros mecanismos de inclusión social son precarios. En tiempos de bonanza, España estaba 10 puntos abajo en gasto social frente al resto de Europa. En época de crisis, cuando el resto de los países de la región también han bajado sus cuotas, nos hemos quedado a una distancia de más de 5 puntos.
- Nuestros mecanismos de inclusión social son precarios. En tiempos de bonanza, España estaba 10 puntos abajo en gasto social frente al resto de Europa. En época de crisis, cuando el resto de los países de la región también han bajado sus cuotas, nos hemos quedado a una distancia de más de 5 puntos.
- Los bajos salarios: aún antes de la crisis ya habíamos batido el récord de trabajadores pobres. Ganar un salario no es suficiente para resguardar del riesgo de pobreza para 1 de cada 4 personas en riesgo de pobreza y exclusión.
- Nuestra dinámica de la pobreza: Las consecuencias individuales y sociales de la pobreza son muy diferentes según se trate de situaciones transitorias o crónicas. Según la Fundación Foessa, España ha tenido un alto porcentaje de pobreza transitoria.
- Y no sólo eso; en una parte importante es recurrente; las personas entran y salen de la pobreza por cambios laborales o con las transferencias sociales recibidas. España es, junto con Portugal, Grecia y Holanda, el país europeo con una tasa más alta de individuos que son pobres al menos una vez en un periodo de tres años.
- Los ciclos de la pobreza: Luis Ayalay otros investigadores explican que la sensibilidad de la pobreza al descenso del desempleo es mucho mayor que a aumentos de este. En cada periodo de bajo crecimiento, aumenta la cantidad de personas en situación de pobreza. Y en cada fase de crecimiento, una parte importante no puede retornar a la situación anterior. En cada fase del ciclo nos quedamos con mayor cantidad de personas pobres.
¿Y qué quiere decir esto? ¿Que no vamos a poder reducir jamás la pobreza?
Está claro que si seguimos haciendo lo que estamos haciendo: NO. Pero podemos hacer cosas distintas. La crisis nos enfrenta con las debilidades históricas de nuestro sistema, y también nos muestra dónde deberíamos incidir para reducir la pobreza.
Algunas pistas para seguir:
- Que la lucha contra la pobreza sea un objetivo prioritario para los gobiernos (del actual y de los futuros)
- Generar un pacto de inclusión, que coordine estrategias desde los distintos ámbitos, pero que sobre todo, establezca estrategias a corto, mediano y largo plazo. Si no hacemos nada, cuando la crisis acabe seguiremos teniendo a una gran cantidad de personas cuyo derecho a una vida en condiciones dignas seguirá siendo vulnerado.
- Aumentar la inversión social. Las tasas de retorno de la inversión social son altas (especialmente en educación y salud, que tienen un impacto directo en las rentas, presentes y futuras, de las personas). El gasto social genera riqueza, porque refuerza el capital humano de un país, el principal motor productivo en la economía moderna.
- Que las personas estén el en centro de la acción del Estado. No permitamos que los objetivos macroeconómicos nos encandilan con sus urgencias. Cada medida que se tome en los diversos ámbitos, debe ser valorada en función del impacto que tendrá en la población más vulnerable. El deber del Estado es proteger los derechos de la ciudadanía, deber que durante la crisis NO ha cumplido.
Podemos hacer mucho. Podemos hacerlo mejor. Pero deberíamos empezar a hacerlo YA.
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